miércoles, febrero 02, 2022

El Fueraborda Montesa de Ramón (II)

Más pronto de lo que esperaba, un pasito más en la vuelta a la vida del fueraborda. Porque me pude escapar a la Estepa, y la visita me dio lo suficiente como para algún avance significativo.

Si recordáis, en la primera entrega terminaba con el cilindro en la mano, especulando sobre qué pasaría al poner el pistón en su lugar. Pero para ello tocaba desmontar el cárter, sustituir la biela y el cigüeñal, y poner el pistón en su sitio. Y si miráis la primera imagen de esta entrada, el cárter había sido pintado en gris de forma que sus dos mitades no sólo estaban unidas por los cuatro tornillos pasantes que aseguran ambos semicárteres, sino por la pintura gris, y la junta de silicona que Ramón había empleado para prevenir fugas.


Pero en realidad, nada que unos toques cariñosos en los extremos del cigüeñal con una maza de nylon no puedan solucionar. Unos cuantos por cada lado, y tuvimos los dos semicárteres separados, mostrando el corazón del sistema: el cigüeñal. Que, desde luego, no se diseñó pensando en optimizar la precompresión, porque sus palas dejan espacio para aburrir dentro del cárter, como podéis apreciar en la imagen de abajo.


Acercándonos un poco más descubrimos que la biela está fabricada en dos mitades, para compensar que el cigüeñal sea de una pieza, y que sus tornillos vienen fijados con un alambre normal que los une mediante unos orificios en su parte superior. No estoy seguro de si el alambre fue cosa de Ramón, o era el que venía desde fábrica, pero dado que iba a reemplazar el conjunto, no me molesté en desmontarlo. Me limité a poner la biela nueva engrasando bien sus cojinetes lisos de bronce y a poner un alambre de acero inoxidable trenzando su parte final para asegurar ambos tornillos:


Y a comprobar cómo, pese a ser un diseño exacto al del British Seagull original, la biela viene marcada con su M gótica que delata su procedencia. No me preguntéis para qué diablo lleva un punto de pintura amarilla, porque no tengo la más remota idea. Como también ignoro por qué la que sustituí no lo llevaba.



Lo cierto es que las tolerancias de las piezas que quité no estaban mal, a falta de una medición más seria. Pero pese a ello, se queda uno más tranquilo sabiendo que todo lo que lleva dentro está en perfecto estado de revista ... con una pequeña excepción. Si miráis la foto de abajo, la grupilla (o el circlip) que fija el bulón por su extremo, tiene un aspecto regular. Lo que tiene una explicación: la que trae de fábrica llevaba en sus extremos unos orificios tan diminutos, que ni el alicate especial más pequeño que tengo fue capaz de extraerla sin dañarla. Así que me cargué una de las dos al sacar el pistón, y mi rectificador me regaló un par de ellas del tipo "omega de alambre", a la que tuve que cortar un extremo porque no cabía bien. Y el resultado no me convenció en absoluto. Menos, cuando ya he visto algún cilindro gripado por culpa de un circlip que se ha salido de su sitio.

Así as cosas. decidí sustituir la grupilla por un anillo elástico "tipo E" que tenía por el taller, que encajaba como anillo (nunca mejor dicho) al dedo.Eso sí ... teniendo cuidado de que las puntas estén hacia abajo para que el movimiento tienda a expandirlo y dificulte su salida.


Y nos quedaba por ver lo último, que era comprobar si el cilindro y el pistón quedaban bien y las puntas de los segmentos no tocaban las lumbreras. Para eso marqué en la cabeza del pistón con un rotulador los lugares en cuya vertical estaban los topes. Y como se ve en la imagen de abajo, por la derecha no había problema alguno: ni la lumbrera de transferencia (arriba en la imagen) ni la de escape (en su lado opuesto) interfieren en el recorrido.

Pero, pese a estar la foto tomada en punto muerto inferior, no se aprecia la lumbrera de admisión ... porque directamente queda por debajo.

Y cuando miras a través de ella, te llevas la sorpresa de que el tope del segmento superior queda justo en su recorrido. Y de forma innecesaria, porque hay espacio de sobra para ponerlo en otro sitio. Y no, no es un defecto de fabricación del pistón, porque el antiguo tenía exactamente el mismo problema. Se trata, simplemente, de los oscuros arcanos mecánicos de la Gran Bretaña, cuyos hijos siempre tuvieron puntos de vista distintos al del resto de la humanidad.

Y como prueba de cargo, la foto:



El caso es que así anduvo durante años, el pistón y sus segmentos estaban bien y la camisa no tenía raya alguna antes de ser rectificada. Esperemos que cuando se le haga el rodaje siga sin dar guerra.

Espero no tardar demasiado en volver a juntar todas las piezas y arrancarlo de nuevo. Seguiremos informando.

1 comentario:

Como diría Juan Ramón Jiménez, mi troll es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva huesos.

Probablemente no tiene huesos y por eso insulta bajo seudónimo. Pero además de cobarde es tan coñazo que he decidido que sólo me moleste a mi. De tal modo que a partir de ahora me quedo con la exclusiva de leer sus bobadas. Disculpadme el resto que os haga pasar por la "moderación" de vuestros comentarios.