lunes, noviembre 26, 2007

Trial clásico "light"

Ayer anduve de nuevo por la estepa con Corsino y parte de su cuadra. Por una serie de carambolas familiares extrañas, no llegué diez kilómetros más allá para darle una vuelta a mi 349, sino que recalé en Alcázar, y sobre la 200 Portús de Pepe. Y como yo era el de la cámara, no queda testimonio gráfico del evento. Así que por no hacerle un feo a la moto que tiró de mí, pondré una foto de otra sesión anterior en la zona.


Y ya que no fotos, lo que sí queda de ayer son un montón de sensaciones de una salida muy atípica. Faltaba José Luís Quer, que por algo es pareja de hecho de Pepe (luego supimos que, para más desgracia, se hizo daño con la moderna), yo iba con la moto de Pepe y él con la 172 en la que anda trabajando desde hace unos meses, no había más plan que dar una vuelta (que ya es raro) ... en fin, que nada recordaba a otras veces, excepto dos de las cosas casi constantes en la Mancha para esta época del año: un frío pelón y una luz maravillosa.

En la foto, Pepe girando con la Cota 172 en Los Molinos de Alcázar de San Juan. Pese a que la estuve probando, tampoco hay fotos mías con esa moto, que es parecidísima a la que fuera mi primera trialera a los 16 años: una Cota 74, que como casi todas en aquella época, acabó siendo 172.

Para quien no haya probado nunca uno de estos juguetes, es complicado explicar las sensaciones que transmite, más allá de quedarse en el tópico de la ligereza. Subes en una de ellas y entras en un mundo diferente, donde la conducción (no me atrevo a llamarlo "pilotaje") varía radicalmente con relación a las motos "grandes".

Después de todo un año con una Cota 349/4 a la que ahora empiezo a sacar partido, lo primero que sientes con una 200 Portús entre las piernas es que vas montado en una pluma que, en lugar de llevar motor, lleva un molinillo. El tacto de la moto se puede definir como "saltarín". Puede que en ello tenga algo que ver la particular puesta a punto de las suspensiones que le ha hecho Pepe, pero también es cosa de chasis, indudablemente. Al fin y al cabo, la horquilla que monta su moto es de una Cota 247, que tiene un tacto radicalmente diferente.

Lo segundo en una moto de este tipo es que tienes que centrar la atención en cosas distintas a las que atiendes a los mandos de una de las grandes. Aquí no tienes problemas de exceso de tracción o de dosificar potencia, pero sí hay que ser mucho más cuidadoso con mantener el motor en par jugando con la velocidad y buscando trazadas que te permitan ir rápido. No es tanto un tema de potencia máxima, como del modo en que el motor la entrega. Aquí no hay posibilidad de dejar casi morir el motor frente a un escalón y que te saque un golpe de gas.

Pero a cambio tienes una ligereza que puede resultar la diferencia entre acabar una carrera o dejarlo por agotamiento, y una capacidad de improvisar que no permite un motor tan serio como los trescientos y pico que manejamos la mayoría.

Tal vez buscando un compromiso ideal entre uno y otro mundo, se han hecho experimentos desde hace muchos años. Uno de los cuales son las llamadas "247 Portús", de las cuales pongo aquí uno de los mejores ejemplos que conozco.


Es "la moto de Franqueira". Uno de las más particulares que corren el madrileño de clásicas, hecha sobre la base de una Cota 172 a la que un genio de la mecánica llamado Portús ha acoplado un cilindro de Cota 247, e instalado un escape con una bufanda que recuerda mucho a las que puso de moda la Ossa TR 80. Lleva, al igual que la 172 de Corsino, amortiguadores NJB atrás, pero está más acabada todavía, puesto que va con llantas de aluminio en ambas ruedas (Akront delante y Morad tubeless detrás), un puente de horquilla Sammy Miller y guardabarros de plástico, aparte de estriberas modernas en una posición cambiada.

Tuve ocasión de probarla durante en cursillo de Mick Andrews y es "un mundo aparte", que pese a combinar elementos de moto grande y pequeña, termina por no ser ninguna de las dos a base del enorme trabajo en evolucionarla que se ha hecho en los últimos años. Lo único que no me convenció fue un tacto de horquilla un tanto "flotante", al menos por comparación con las reacciones de las motos a que estoy acostumbrado.

En fin ... que supongo que lo de ayer fue cualquier cosa antes que un entrenamiento, y que más me vale darle una vuelta el sábado próximo a la 349/4 antes de meterme en carrera, o corro el riesgo de hacer cosas extrañísimas. Por lo menos hasta que se me pase un poco el efecto de este rato de "trial bajo en calorías" que ha sido la mañana de ayer.

domingo, noviembre 04, 2007

Trial en Collado Mediano - Dos pilotos y una 349



Primer vídeo de carrera que cuelgo en el blog, cortesía de Chema Carrión, que siempre está pendiente de todo. Chema es el tipo de persona que, aunque la conozcas, no deja de sorprenderte en cuanto al grado de "vivir para los demás" que aplica como conducta. Y hoy además de no correr, se ha pasado el día cámara en mano para que los demás tuviéramos aún un mejor recuerdo de un fantástico día de trial.

En consecuencia, todo lo que no sea empezar con el mayor de los agradecimientos para los amigos de Trialmadrid que se dieron la paliza, sería una absoluta injusticia. Y a riesgo de olvidarme de alguno, sé que Chema y Pedropedales se quedaron hoy en tierra organizándolo todo, y que previamente se habían dado una paliza de marcar zonas juanto a Carlos Zorzo, Togno y José Luís Quer. El resultado creo que ha merecido la pena. Han vuelto a sacar el máximo partido del mínimo espacio en que puede hacerse un trial. No están todos en la foto, pero ...



¡¡Gracias, amigos!!

Y dejado resuelto lo que es de justicia, paso a "lo mío", que queda divinamente resumido por el vídeo en que aterrizo y me calzo un 5 como una casa ... donde previamente había hecho otro 5 por un despiste en la trazada, y un 3 antes en la misma salida. Pero lo peor no es eso ... lo peor es que en el cursillo de Mick hice varias veces esa misma salida sin ningún problema. Patético.

Pero no todo el trial fue así, conste. Aunque si intento hacer un resumen escrito de lo sucedido hoy en Collado desde la óptica de mi moto, creo que acabo hablando del Transtorno Bipolar, que se me ocurre que pueda ser lo más parecido al desarrollo de la mañana. La pobre de la Cota debe estar aun preguntándose cual de los dos pilotos que la llevaron hoy es el que la conducirá en la última carrera del campeonato.

Y palabra de honor que aún no lo sé. Pero eso lo cuento luego, que hay cosas más interesantes.

La primera, tal vez sea que hoy Alfonso Sánchez-Eguíbar estrenaba en carrera la James que le ha estado haciendo Mick Andrews desde hace tiempo. Igual puedo poner fotos con la moto, porque creo que Chema tomó alguna esta mañana, pero de momento hay que conformarse con estas dos:


En la primera, la moto vista en general. Parecidísima a la que Mick usó en Robregordo y el cursillo del motoclub. Pero la que tiene mérito es la segunda ... porque la cara de Alfonso no puede estar más tranquila mientras charla con José María Domínguez, explicándole que ha untado el cárter en una piedra y se ha tenido que retirar porque la moto se estaba quedando sin aceite. Todo un ejemplo más de cómo se deben tomar las carreras; ser capaz de estar así de tranquilo después de un episodio como el que había vivido explica a la perfección el carácter de Alfonso ... y los kilómetros de trial que tiene en el cuerpo.

Curiosamente, también Togno ha tenido esta mañana un toque fuerte con una piedra en el cárter de embrague de su Sherpa, aunque ha podido terminar la carrera con una reparación de emergencia hecha a base de silicona.

Fin del primer brochazo de la carrera, y vamos con el segundo.

Hoy volvía a competición el bueno de Lallorea (dice que en la vida real se llama Juan Ciordia, pero no estaría yo muy seguro de que tenga otra vida aparte de las Bultaco). Se ha pegado unas buenas palizas de entrenar durante estos meses, y hoy ha conseguido tres cosas importantes: no matarse, acabar el trial, y sacar su primer cero. Y eso que la moto no le responde todavía como debería ir una Sherpa. Se ha ganado una foto, en consecuencia. Aquí va con su casco azul charlando con Manolo Fernández Palencia, bultaquista y amigo.


Pero es que hoy ha sido un día especial también para otro amiguete que se estrenaba "entre cintas", tras un bautismo de fuego como "turista" en Robregordo. Hablo de Nacho247, que con una 349/4 parecida a la mía, le ha echado un valor y un pundonor espectaculares, y ha dado sus tres vueltas sin renunciar a una sola zona. Increíble lo suyo porque su moto va sin volante de inercia y es como un cohete cuando le abres el gas. Aparte, claro está, de que no aguanta en baja lo que aguantan las nuestras. Cuando este hombre tenga la moto en condiciones, va a dar muchísima guerra, seguro. Vale la pena ver su cara de felicidad al salir de la mesa de control.


Un placer compartir la carrera contigo, Nacho. Y que sean muchas más. Aunque no lo has visto todo todavía ... te falta ver en acción a la más consolidada de las parejas de hecho en este deporte, que es el matrimonio Quer-Corsino. Acuérdate de lo que te digo. En este trial no estuvo Pepe, y se notó.

Y cierro crónica retomando la idea del principio.

Hoy he vuelto a hacer el recorrido entero con el que se está convirtiendo en mi media naranja trialera, que es José María Domínguez Vila. Que no sólo monta en moto mucho mejor que yo, sino que hoy me ha demostrado de nuevo que estos cacharros no se conducen sólo con los brazos, sino sobre todo con la cabeza. Como otras veces, hemos ido bastante parejos hasta mitad de carrera, pero un cinco tonto por mi parte en la segunda vuelta al encarar la dichosa zona 7 (en una sola zona un tercio del total de puntos en carrera, manda carallo) me ha descentrado por completo. Una lástima, porque de las ocho zonas de hoy, cinco o seis (no estoy seguro al 100%) han salido a cero. Y aunque esté feo que lo diga, alguna de ellas incluso con ceros bonitos.

Pero en cuanto pierdes concentración tiras la carrera.

Que tampoco es importante en nuestro caso, porque se trata de pasar un buen rato y eso lo hemos conseguido de largo. Pero que fastidia porque vuelves a casa sin saber muy bien con cual de las dos versiones deberías quedarte. No tienes nada claro si eres el idiota que hace 13 puntos en una zona sin historia, o el piloto que va siendo capaz de tener algún momento de lucidez más largo que hace unos meses.

En fin ... que queda ahora por ver a qué van a saberme las agujetas del lunes, y qué pasará cuando arreglemos la moto de José María, que tampoco iba fina. Pero como decían en "Lo que el viento se llevó", eso ya lo pensaré mañana.