domingo, noviembre 27, 2011

Un ataque de romanticismo (otro pasito con la Ducati 500)

Creo que nunca había hablado aquí de mi Ducati Desmo, lo cual no es justo.

Sé que es una moto denostada, que no tiene mercado, que arrastra una fama horrible, que no está cotizada para nada, pero si debo ser sincero, fue mi moto entre los 21 y los 25 años más o menos, y me dio momentos maravillosos y no mucha guerra mecánica para la mala fama que tenían.

La paré hace ahora 22 años al comprar la Guzzi Le Mans 850 y no le había vuelto a hacer ni puñetero caso en muchísimo tiempo. Supongo que porque sé que meter tiempo y dinero en ella es lo más irracional que hacerse pueda. Pero ahora que no me oye nadie, confieso que de vez en cuando voy comprando cosillas sueltas con el ánimo de irla haciendo poco a poco. Y cuando tengo un día tonto -como tenía hoy- le doy un empujoncito.

Hoy le ha tocado a un caballete que me regaló un amigo de La Maneta, porque el suyo había perdido el apoyo para ponerlo. Y ya que ése era el objetivo, y que tocaba sacar los escapes para poder hacerlo, he aprovechado para ponerle unos codos comprados hace tiempo que estaban mejor que los míos, y para limpiarla un poco más.


Creo que lo siguiente que haré será toda la parte delantera. Es decir: cambiar retenes de horquilla, pintarla, desmontar los hidráulicos que están reventados para mandar fabricar un reemplazo, y así darle otro empujoncito.

Al fin y al cabo, cuando la paré no tenía ningún problema mecánico, con lo que debería ser factible ponerla en marcha. Si miráis la foto de abajo con detenimiento, veréis que he tenido otros ataques de romanticismo con ella, y le he ido cambiando las tuercas que fijan el depósito (que están a medio apretar), las bujías (nunca han funcionado aún), limpiado las coronas de los escapes y cambiado sus tornillos ... en fin, que poquito a poco algún día compraremos una batería e intentaremos que ruja de nuevo. Que buena no sería, pero tenía un chorro de voz, que ya lo quisiera para sí Miguel Aceves Mejía.


sábado, noviembre 26, 2011

Condensador de electrónica en la Cota 348 de José María

Dejábamos el sábado pasado la moto de José María funcionando bastante bien, aunque con problemas de arranque en caliente que me daban la sensación de ser imputables al condensador.

Hablando con Ramón Valls y Óscar Ramírez, que son realmente profesionales de la electrónica (no como el chapucero que escribe estas líneas) me aclaré un poco sobre la cuestión.  Resulta que los condensadores Motoplat suelen tener 0,35 microfaradios, y que hoy día se encuentras de electrónica modernos con valores superiores y a un precio ridículo. Así que me aprovisioné de condensadores acudiendo a Don Electrón y a Telkron, dos sitios clásicos en Madrid ... y en cuanto amaneció el sábado puse proa a la Estepa para meterle mano a la moto de José María.

Mi idea no era sólo emplear material moderno por ser más fiable y económico (cada uno de los condensadores que veis en este comentario no llegan al euro de precio), sino aprovechar también para "sacar" el condensador del sitio donde está originalmente. Pocos lugares en una moto generan más calor y vibraciones que el alojamiento del volante magnético ... que a la larga son las que acaban con el condensador.

El caso es que, entre unas cosas y otras empecé bastante tarde porque el taller había quedado bastante poco ordenado tras el sábado anterior. Pero al cabo de un rato ya tenía el instrumental en la mesa. Como podéis ver en la foto, puse en marcha el estañador, y saqué todo el montón de conectores para tener donde elegir.


Lo primero fue derretir la barra de estaño que había comprado para reponer el nivel en el estañador. Que vino de China por recomendación de La Maneta, y funciona más que correctamente para el precio que tiene.


Una vez estañado el cable, tocaba soldar un primer cable al condensador que íbamos a usar, al que previamente había cortado una de las patillas, que son larguísimas. En este caso, como se puede leer en la foto, se trata de un condensador de 0,47 microfaradios para 630 voltios. Es decir: sobradísimo de prestaciones para el trabajo que se le va a requerir.


Para hacer las cosas bien, después de soldar (la foto deja claro que no me ganaré la vida con ello si no practico mucho) aplicamos macarrón termoretráctil a la unión para aislarla y evitar malos contactos. Y aunque no se vea en la foto, rematé el cable con una terminal de tipo arandela (con 6 mm de diámetro) para ponerlo a masa, aunque crimpada en lugar de soldada.


El alicate pelacable es otra de esas cosas que te hacen la vida sencilla. Me costó tres pesetas en Leroy y resulta mucho más cómodo que la típica tenaza de terminales que usamos todos. En la foto se ven también otros dos condensadores preparados para ser soldados. Ya que estaba con ello, era mejor aprovechar y dejar repuesto preparado. En realidad, si la cosa funciona, las motos que más uso van a sufrir el mismo tratamiento.


Hecho eso, tomé otro cable al que puse una terminal redonda del diámetro del tornillo de corriente de los platinos, y lo saqué hacia la parte trasera del chasis, para subirlo por detrás del filtro de aire hacia la tapa superior de éste, donde hay tres tornillos M6 ideales para tomar masa. En la foto se puede ver el recorrido inicial del cable, con los platinos ya puestos.


Con la masa ya puesta a un tornillo del filtro, lo único que faltaba era poner un conector rápido de tipo bala tanto en el otro extremo del condensador, como en el cable que sube de los platinos para poder conectar y desconectar con comodidad. Y añadir, por supuesto, el detalle manchego de las gomas alrededor del condensador para protegerlo de vibraciones.


Hecho eso, los metí en su emplazamiento definitivo, dentro del tubo superior del chasis. Pocos lugares más y protegidos. Lo que no sé es si muy fresco, que es algo que querría comprobar porque el escape no pasa muy lejos.


La última foto se podría bautizar como "Paisaje después de la batalla". Parece mentira el montón de cosas que llegas a usar cuando te metes en faena.


En fin ... que el resultado es que la moto arranca dando una chispa azul sanísima desde muy pocas vueltas, funciona con una regularidad estupenda y tiene pinta de que ya no tendrá los fallos de arranque en caliente que tenía con el condensador antiguo.

Pero lo mejor de todo no es eso, sino que el día que muera el condensador (que debería estar muy lejano), no habrá que retirar el volante magnético entero para cambiarlo, sino levantar el kit, mover un tornillo M6 y enchufar el nuevo. Excuso deciros lo que puede ser eso en una carrera, donde las probabilidades de un condensador muerto crecen exponencialmente por el stress al que sometemos la mecánica.

Y edito, cinco años después, para añadir que desarrollo un poco más la idea en una entrada de Octubre de 2.016.

domingo, noviembre 20, 2011

Domingo en rojo Montesa ... y en rojo sangre.

Dejamos el otro día la Cota 348 de José María a medio camino de la nada. Con los retenes del cigüeñal cambiados, algo más estable de carburación, pero sin terminar de ir bien. Y como el fin de semana pasado pasé por allí sin compañía, no hice fotos del siguiente paso, que fue bastante simple: limpieza a fondo del carburador (por segunda vez), posicionar la aguja en la posición central (no me había dado cuenta pero estaba demasiado elevada con lo que enriquecía la mezcla) y poco más.

El resultado fue que la moto arrancaba perfecta en frío y marchaba bastante redonda en las marchas cortas que pude probar por el patio de casa, y allí la dejé, pendiente de probarla más a fondo en el campo con su dueño.

La ocasión se presentó este sábado. Los planetas se alinearon de modo que en lugar de ser dos, se apuntaron también mi amigo Carlos, y el bueno de Germán (más conocido como Ger.Maneta en los ambientes moteros clásicos) que se vino con dos de sus motos. Una preciosa 348 ex JR Piñeira (que se puede ver en la foto de abajo) y una Cota 247 flamante. La idea era hacer un par de cosas a la 348 de José María, probarla en campo y echarle luego un ojo a la 247 de Germán, que no terminaba de ir bien.



Así que en cuanto llegamos a la Estepa nos metimos en el taller para repasar la horquilla de la 348, que perdía aceite por los retenes. Y aprovechando que estaba desmontada, decapamos la pintura negra con que alguien la disfrazó no sé sabe de qué. En la foto puede verse a José María entregado a la brocha:


Mientras uno decapaba, otro montaba retenes para ir ganado tiempo. Y para jugar con la última herramienta: una carraca neumática de media pulgada que es perfecta para manejar vasos pequeños. Los tornillos del 10 que sujetan el guardabarros salían a toda mecha. Un gusto ... que ojalá hubiera tenido en las largas sesiones de "Tambores Grandes".



Y más abajo, otra foto del montaje, con Carlos sujetando el manillar mientras servidor aplica la 32 plana a los tapones de la horquilla, observado por un José María cuya cara refleja con claridad que empieza ser consciente de lo mucho que ha aprendido, y se reserva a sí mismo para labores de más valor añadido.


El caso es que en un rato tuvimos la horquilla montada y las motos arrancadas para irnos al campo. Salimos con las dos 348, mi incombustible 349/4 y la Enduro 250 que llevaba Carlos porque no pensaba hacer trial sino simplemente acompañarnos.

Estábamos terminando de recorrer la última calle antes de salir del pueblo, cuando oigo a mi espalda un golpe fuerte seguido por el característico ruido de una arrastrada por el asfalto. Me giro y veo a Carlos medio incorporado junto a un bordillo con la Enduro unos metros más allá, tirando gasolina. Me doy la vuelta, compruebo que no le ha pasado nada y levanto la moto. Viendo el entorno está claro lo que ha ocurrido: los neumáticos de cross que monta la moto no se llevan bien con el montón otoñal de hojas húmedas que tapiza la carretera. Pero no entiendo cómo puede haber sucedido esto en una recta a bajísima velocidad. Aunque luego se aclaró el misterio: Carlos iba probando el tacto que le daban las botas sobre el freno trasero cuando éste se le escapó y terminó una frenada innecesaria clavando el delantero. Entre el gesto y el suelo sólo faltaba que se pusieran de acuerdo el Pentacross, las hojas húmedas y el asfalto. Con la colaboración, supongo de un piloto que conduce a diario una moto con ABS. Una combinación ideal para irse al suelo; menos mal que llevaba casco integral porque arrastró la cara sin mayor consecuencia.

Bueno ... consecuencias sí que hubo. Por parte de Carlos un pantalón roto, una rodilla que parecía la de un niño de cinco años volviendo del fútbol, un dedo medio chungo, unos guantes destrozados y un casco rallado. Poco mejor balance puede obtenerse de un paseo de 300 metros. Por parte de la moto, el depósito tiene un golpe feo -e incomprensible porque está en la cara superior que no tocó el suelo- y poco más.

En la imagen de abajo, el dedo de José María y la rodilla de Carlos.



Volvimos al taller, decapamos y sellamos la rodilla de Carlos, le atizamos un ibuprofeno preventivo y nos fuimos de nuevo al campo. Allí pasamos un rato probando la 348 de José María, que va bien en marcha pero cuyo arranque falla como una escopeta de feria en cuanto se calienta. El próximo fin de semana cambiaremos platinos y calaremos encendido ... aprovechando para probar los condensadores electrónicos que nos ha recomendado el maestro Ramón Valls.


Y del habitual campo de operaciones, nos alargamos a tomar unas raciones en la gasolinera cercana. Estando allí dentro, apareció una pareja de la Guardia Civil con sus BMW, que estuvieron mirando nuestras motos un buen rato. Afortunadamente, como son moteros como el que más, se limitaron a disfrutarlas sin decirnos nada. Aunque, por supuesto, ni se nos ocurrió movernos hasta que se fueron. Tampoco hay que tocar las narices más de la cuenta.

El la primera foto, de izquierda a derecha, servidor, José María y Carlos. En la siguiente es Germán el que sustituye a José María.



De allí nos volvimos al taller a hacerle algunas cosillas a la 247 de Germán. Había que cortar la cadena y cambiar platinos y condensador. Pero cuando abrimos estaba el retén derecho del cigüeñal para pocas fiestas y lo cambiamos. La luz de la foto, proporcionada por el sol poniente de La Mancha, es verdaderamente especial y hace que la moto luzca como merece.


Y esta foto me encanta. Hecha a taller cerrado porque estoy comprobando el cambio de intensidad de la bombilla con la que chequeamos la apertura de los platinos.


No tuvimos tiempo para mucho más, pero fue suficiente para disfrutar de la compañía de los amigos y pillarse las estupendas agujetas que tengo hoy. Mi forma física está para poco trial, me temo.

Seguiremos contando como evoluciona la 348 de José María. Empieza a tener buena pinta.

jueves, noviembre 10, 2011

La oración del motorista

Me pasa un buen amigo una oración para el motorista. Está en inglés y creo que se entiende bien. La traducción no es simple. La versión en inglés dice así:






A Motor Cyclist's Prayer


O God,


I thank thee for the marvel of a motor cycle -alive and powerful at my touch- a thing of tremendous possibilities, wonderful or terrible.


Help me to acquire the skill to control it wisely, like a tool shaping a better life for myself and those around.


I thank thee for the promise of adventure each time I start; the thrill of the open road - far places - strange sights - new friends.


Make me aware as I ride around, signalling, stopping, waiting, turning, zooming ahead that I am not dealing merely with THINGS -lorries, cars, bicycles, taxis- but with PEOPLE. People such as I know; people such as I am … making mistakes, perhaps, but not really wanting to.


Because I like people and above all because I know how precious they are to thee, let me be alert, courteous, patient, considerate of the rights of others on the road, gracious enough to give up some of my own rights. And always let me be careful, realizing that another's pain would destroy my pleasure, another's loss would destroy my pleasure, another's loose would rob my gain, and the life I save is just as precious as my own.


Amen



Podría traducirse más o menos como:


La oración del motorista


Oh Dios,


Te doy las gracias por la maravilla de la moto -viva y potente en mis manos- algo de tremendas posibilidades, maravillosa o terrible.


Ayúdame a adquirir la habilidad para controlarla con prudencia, haciendo mejor mi vida y la de quienes me rodean.


Te doy las gracias por la promesa de aventura cada vez que arranco, por la emoción de la carretera abierta - lugares lejanos - vistas extrañas - nuevos amigos.


Hazme consciente mientras conduzco, señalizo, me detengo, espero, giro o acelero de que no estoy tratando simplemente con COSAS -camiones, coches, bicicletas, o taxis- sino con PERSONAS. Gente como la que conozco; gente como yo mismo ... que comete errores, tal vez, pero sin realmente quererlo.


Porque me gustan las personas y porque sé lo valiosos que son para ti, permíteme estar alerta, ser atento, paciente y considerado con los derechos de los demás en la carretera, lo suficientemente amable para renunciar a alguno de mis propios derechos. Y hazme ser prudente y consciente de que el dolor ajeno destruiría mi placer, que la pérdida de otro destruiría mi placer, que la pérdida del otro robaría mi ganancia, y que la vida que salve es tan valiosa como mi propia vida. 


Amén


Si alguien se anima a mejorar la traducción, encantado de aprender.

EDITO Y AÑADO, CON MI AGRADECIMIENTO AL "Capitán Haddock", impalero de pro y autor de esta estupenda traducción:


“Te doy gracias por las maravillas de la motocicleta, viva y ponderosa en mis manos, algo de tremendas posibilidades, maravillosas o terribles.


Ayúdame a saber cómo manejarla sabiamente, como una herramienta que moldea una vida mejor para mí y para los que me rodean.


Te doy gracias por la promesa de aventura que me da cada vez que la arranco; la excitación de una carretera libre, sitios lejanos, vistas desconocidas, nuevos amigos.


Hazme ser consciente mientras conduzco, señalizo, aparco, espero, giro o acelero, de que no solo trato con cosas –camiones, coches, bicicletas, taxis- sino con gente. Gente como la que conozco, gente como yo, que tal vez comete errores, pero nunca intencionadamente.


Precisamente porque me gusta la gente y, sobre todo, porque sé cuán preciosa es para tí, manténme alerta, cortés, paciente, considerado con los derechos de los demás en la carretera. Generoso como para ceder mis propios derechos. Y haz que siempre sea cuidadoso, dándome cuenta de que el dolor y el daño ajeno destruirán mi gozo, las pérdidas de los demás se llevarán mis ganancias, mientras que cada vida que salve será tan preciosa  como la mía propia."


miércoles, noviembre 09, 2011

El otro ayudante y su Cota 348 Malcom Rathmell

El fin de semana pasado volvimos a la Estepa. No sólo para repatriar la 247 a su vuelta de Cabrianes, sino para ver qué tal estaba la Cota 348 Malcom Rathmell que José María se había agenciado en Cataluña, aprovechando su visita trialera.

La moto está muy bonita, a falta de cuatro detalles tontos que corregir. Puede verse en su estado actual aquí, donde se aprecia que, más que una moto, la 348 era una cuenta pendiente que mi compañero tenía consigo mismo. Que son las peores.

El caso es que al llegar a casa, la moto arrancaba más bien regular, no mantenía el ralentí para nada y tenía un sonido no tan limpio como suele tenerlo ese modelo. Para mi gusto, uno de los sonidos más bonitos en una Montesa de trial.

Así que desmontamos el carburador y nos encontramos con que faltaba la zapata de goma del pistón del mecanismo de arranque en frío. Que cuando está ausente no sólo hace complicado el arranque en frío, sino que fastidia la carburación general. Así que, tras limpiar el carburador, y a falta de recambio específico (la dichosa goma no se vende suelta sino como conjunto en www.amalcarb.co.uk con lo que nunca me he animado a comprar una) le atizamos una tórica para salir del paso y arrancó bien, aunque sin mantener una carburación correcta.

Mal asunto, porque indicaba claramente entrada de aire por algún sitio. Así que visto el color negro de la bujía sospechamos del retén izquierdo del cigüeñal. Una vez abierto el tapón de vaciado de la primaria nos vimos con una cantidad ridícula de aceite en la bandeja de vaciado (forma pomposa de llamar a una base de macetero de plástico, que es lo que uso para recoger el aceite usado) que confirmaba que el resto se había ido por algún lugar. Con dos candidaturas: el retén del eje del selector de cambio, que tenía una mugre espectacular, y el retén del cigüeñal. Así que decidimos cambiar ambos.

Pero con una novedad grande: en lugar de ser servidora la que se encargara de hacerlo, tomó los mandos José María. Ciudadano al cual hace un par de años cambiar una bujía se hacía un mundo, pero que en un rato se las apañó divinamente para sacar la tapa, desmontar embrague y cambiar el retén sin que yo le ayudara más que para darle herramientas ... y desmontar el piñón de salida del cigüeñal porque me hacía ilusión usar el extractor original Montesa.

Abajo puede verse una foto de mi colega mecánico en pleno exámen de la placa fijatornillos de la tapeta portaretén del motor. Impresionante.


El caso es que con eso algo mejoramos. Pero no del todo. Con lo que seguimos buscando la entrada de aire en el lado derecho, donde los restos de aceite dejaban claro que tampoco aquel retén estaba en su mejor momento de vida.


Segundo retén cambiado y moto arrancada de nuevo. Y sigue sin ir bien, aunque mejora en cada paso. Así que como no nos quedaba mucho más tiempo, optamos por volvernos a Madrid. Si Dios quiere, este sábado terminaremos la faena. Si hay suerte, hago unas fotos del mecanismo de starter para contaros algún truquillo.

martes, noviembre 01, 2011

Mando de aire remoto en el Amal de la Impala

Desde que decidí que la Impala iba a ser la excepción en un garaje donde las motos se parecen mucho al día en el que salieron de fábrica, había una operación pendiente con ella, que era buscar un modo más cómodo (y más limpio) para arrancarla en frío que el excitador clásico que lleva el Amal 625 que monta mi moto.

Del excitador, lo único que me gusta es el nombre. Pero el resto es poco agradable, y como consecuencia inmediata tiene la de que la gasolina que desborda termina por dejar restos sobre el motor y el protector plástico que incluso acaban llegando al caballete y poniendo todo hecho una pena a poco que se encuentren con algo de polvo o tierra con la que unirse.

Así que, tiempo atrás, pensé ponerle un mecanismo como el que llevan los Amal de la Norton Commando, y que montaron también algunas Montesa de los sesenta, que permite accionar el estrangulador desde el manillar. Dando una vuelta por la web, me encontré con que las piezas que necesitaba estaban disponibles como recambio en www.amalcarb.co.uk. En concreto, me hacían falta las marcadas con un número rojo en la imagen:


1.- Tensor
2.- Tapa con doble entrada
3.- Varilla guía para el muelle
4.- Muelle
5.- Válvula

El precio total en libras eran algo menos de 15 (transporte excluído) con lo que hice el pedido, pensando en usar como mando un gatillo de descompresor que tenía por casa ... sin caer en que el sistema funciona cuando se descomprime el muelle y deja bajar la válvula 5. Así que cuando llegaron las piezas a casa las dejé guardadas y pedí en Ebay un mando de aire / magneto réplica de los antiguos Amal, que me costó otras diez libras más transporte. En la web de Amal lo venden también, pero sale por 8 libras más, que es un dinero para una pieza indiferenciable, y opté por la reproducción de Ebay.

Y ayer tuve una ocasión de montar todo el tinglado en la Impala. Para ello hubo que añadir un cable de gas, una funda, dos terminadores y un prisionero.

El primer paso es montar las piezas en el orden que se ve en la foto. Ojo, que la varilla 3 lleva un sombrerete que debe ir como en la imagen: hacia arriba.



La idea es que el conjunto pase por el interior de la campana, aprovechando esa ventana que tienen en la parte trasera y que nunca supimos para qué servía.


Cuando todo esté montado en posición, el estado normal del conjunto será el que vemos abajo: la válvula queda arriba a la espera de que la liberemos al arrancar "soltando" la palanca del mando.


Aquí vemos la palanca. De este tipo se usaron mucho en su momento para controlar el avance de encendido en motos muy antiguas, o para lo que vamos a emplear el nuestro: mandar el starter en los carburadores Amal desde el manillar.


La imagen final muestra el carburador, tal como se ve ahora con los dos cables de mando.


Como podéis ver, el montaje no es particularmente complicado. Si resulta un poco rollo andar cortando cable y funda hasta tenerlos en la longitud exacta para que hagan su función con precisión. Pero con un buen alicate específico es una cuestión de diez minutos dar con la medida exacta.

Y la pregunta del millón, como siempre, es ... ¿y funciona? Pues es pronto para saberlo. Probado ayer, funciona bien, aunque las condiciones en la Estepa (18 - 20 grados) no son las que hacen que uno necesite un starter. Habrá que esperar si en condiciones reales es una buena alternativa al excitador.