lunes, enero 17, 2011

El "discípulo"

Domingo especial en la Estepa. Salíamos de Madrid poco más tarde de las 8:30 tras haber cargado en el remolque mi BMW K100RS 16V -que pasa a retiro temporal en la Mancha después de once años de servicio sin dar un ruido- y la Impala que vuelve al taller para repasarle un par de cosas en la suspensión delantera y ponerle el motor "b" en el que hemos estado haciendo inventos en el cigüeñal.

La idea era desdoblar el trabajo. José María comenzaría a desmontar el motor de su 247, del que teníamos que sacar todas las piezas que van a ser traspasadas a un juego de cárteres centrales nuevo a estrenar, y servidor iba a montar el bloque motor de la Impala, que estaba a falta de cojinetes y retenes.

Cuando José María empezó a pisar el taller de casa, allá por Enero de 2.009, no tenía ni la más remota idea de cómo meterle mano a una moto. Incluso cambiar una bujía era un episodio que le generaba un stress considerable. Y sin embargo, ayer, me dejó con la boca abierta. Adjunto foto del momento previo al que comento a continuación. Lástima no haber hecho ninguna más.


Y ayer había poco tiempo y muchas cosas por hacer, con lo cual no quedaba otra que repartirse. Así que tocaba decirle al "discípulo" aquello de "tío, empieza a desmontar el motor de la tuya, que cuando termine con el montaje de la Impala me pongo contigo". Dicho y hecho. Pero debo admitir que la cosa empezó regular, puesto que el aprendiz lo primero que hizo fue preguntar cómo podía hacer que el elevador bajara la altura de trabajo un poco. De tal modo, que pensé para mis adentros que más me valía ir rápido con mi motor antes de que alguien se hiciera daño ... y me apliqué el cuento.

Tanto me apliqué que prácticamente me olvidé de que José María estuviera allí. Pusimos los Conciertos de Brandenburgo y me sumergí en mi motor sin ver lo que hacia mi amigo, que estaba a la espalda del banco de trabajo, atareado sobre el elevador.

Empecé con algo de método, de lo que da fe la foto siguiente, en que marco con rotulador la posición del tornillo excéntrico de regulación del selector para no liarme luego:


... pero un rato después empecé a mosquearme porque uno de los ejes de cambio se quedaba pillado con su cojinete, de tal modo que terminé haciendo lo que no se debe: perder la paciencia para terminar dándome cuenta de que tengo un motor de Impala perfectamente montado, salvo por el pequeño detalle sin importancia de que me dejé sin poner el retén del eje de arranque. Es decir, que el próximo día toca echarlo abajo de nuevo y volver a ponerlo todo en orden. Mejor pensar que eso que aprendo. :-)

Pero cuando me di la vuelta para comprobar cómo habían ido las cosas con la moto de mi "ayudante" me encontré con un panorama impresionante. El motor estaba fuera del chasis, y perfectamente pelado. Es decir: había sido capaz de sacar el grupo termodinámico entero, el encendido, y la transmisión primaria completa. De hecho, lo único que aporté ayer en esa moto fue la apertura del cárter central ... y creo que porque José María nunca había visto abrir un motor antes.

A este paso me quedo sin trabajo.