viernes, diciembre 23, 2011

Maravilloso día de invierno

Casi un mes sin escribir por aquí. Mezcla de mucho trabajo, pocas ocasiones para pasar un rato en la Estepa y no demasiado tiempo para contarlo.

En realidad, estuve un fin de semana anterior con uno de mis sobrinos y mi hija mayor, pero fue una mañana de cuidar de que los chavales no se me abrieran la cabeza más que de montar yo. Tenga en cuenta el amable lector que mi hija tiene el A1 recién sacado y llevaba una Enduro 250, mientras que mi sobrino pasaba de su scooter de 50 a una Cota 200. Mucho salto en ambos casos, que no daban para andar pendiente de la cámara de fotos.

Sin embargo hoy hemos tenido suerte. Salimos tempranito de Madrid en dirección a la Estepa con una niebla importante. Pero ya entonces se veía que el sol se impondría rápido sobre las nubes bajas, como así fue. Y quedó un día espectacular. Unos 12 a 15 grados, con lo que al sol se estaba con una sensación maravillosa. Como deberían ser todas las mañanas de invierno.

Al llegar al pueblo, y mientras despejaba, José María aprovechó para pulir los bujes de las dos Enduritos que anda arreglando mientras yo hacía algunas cosas en el taller. Pero a eso de las 11:30 agarramos mi 349/4 y su 348 y nos fuimos a ver lo que daba de sí el cambio de condensador. Y la verdad es que el resultado es magnífico. Se acabaron los arranques chungos, se acabaron las vacilaciones en bajas revoluciones y se acabó la sensación de inseguridad que producía la moto.


La cuestión es que las dos monturas iban tan bien que empezamos a probar límites, y en este momento escribo con una pierna izquierda levemente contusionada. El premio merecido por intentar subir casi parado una cuesta llena de barro jabonoso. Moto yéndose para atrás, piloto que le tiene demasiado cariño para soltarla y talegazo que te crió, aunque sin muchas consecuencias. Iba con botas, guantes, casco e incluso chaqueta de moto.

Estuvimos no sólo en el "Hoyo del destino" como lo bautizó Charlie, sino en un par de sitios más. Entre otros, en un lugar donde hemos descubierto el único escalón de piedra que debe haber en todo el término municipal. Con su pequeño contraperalte y todo. Tanto como para que JM se animara a levantar la rueda, cosa que es rarísimo de ver. Pocos pilotos tienen tanta alergia a aligerar el tren delantero como mi compañero, pero aquí queda constancia gráfica de que si hay que levantarla, se levanta:


Una mañana estupenda como prólogo de un día de Nochebuena, y un modo inmejorable de empezar mis vacaciones de Navidad. Dios mediante intentaré pasarme algún otro día para montar un poco más. Que cada vez que saco al campo la 349/4 o la Tambores Grandes me pasa lo mismo: acabo por recordar que debería dedicarme mucho menos a la herramienta y mucho más a disfrutar las motos. Ya llegará el momento en que sólo nos quede el taller.


Que tengáis todos unas Felices Navidades.

domingo, noviembre 27, 2011

Un ataque de romanticismo (otro pasito con la Ducati 500)

Creo que nunca había hablado aquí de mi Ducati Desmo, lo cual no es justo.

Sé que es una moto denostada, que no tiene mercado, que arrastra una fama horrible, que no está cotizada para nada, pero si debo ser sincero, fue mi moto entre los 21 y los 25 años más o menos, y me dio momentos maravillosos y no mucha guerra mecánica para la mala fama que tenían.

La paré hace ahora 22 años al comprar la Guzzi Le Mans 850 y no le había vuelto a hacer ni puñetero caso en muchísimo tiempo. Supongo que porque sé que meter tiempo y dinero en ella es lo más irracional que hacerse pueda. Pero ahora que no me oye nadie, confieso que de vez en cuando voy comprando cosillas sueltas con el ánimo de irla haciendo poco a poco. Y cuando tengo un día tonto -como tenía hoy- le doy un empujoncito.

Hoy le ha tocado a un caballete que me regaló un amigo de La Maneta, porque el suyo había perdido el apoyo para ponerlo. Y ya que ése era el objetivo, y que tocaba sacar los escapes para poder hacerlo, he aprovechado para ponerle unos codos comprados hace tiempo que estaban mejor que los míos, y para limpiarla un poco más.


Creo que lo siguiente que haré será toda la parte delantera. Es decir: cambiar retenes de horquilla, pintarla, desmontar los hidráulicos que están reventados para mandar fabricar un reemplazo, y así darle otro empujoncito.

Al fin y al cabo, cuando la paré no tenía ningún problema mecánico, con lo que debería ser factible ponerla en marcha. Si miráis la foto de abajo con detenimiento, veréis que he tenido otros ataques de romanticismo con ella, y le he ido cambiando las tuercas que fijan el depósito (que están a medio apretar), las bujías (nunca han funcionado aún), limpiado las coronas de los escapes y cambiado sus tornillos ... en fin, que poquito a poco algún día compraremos una batería e intentaremos que ruja de nuevo. Que buena no sería, pero tenía un chorro de voz, que ya lo quisiera para sí Miguel Aceves Mejía.


sábado, noviembre 26, 2011

Condensador de electrónica en la Cota 348 de José María

Dejábamos el sábado pasado la moto de José María funcionando bastante bien, aunque con problemas de arranque en caliente que me daban la sensación de ser imputables al condensador.

Hablando con Ramón Valls y Óscar Ramírez, que son realmente profesionales de la electrónica (no como el chapucero que escribe estas líneas) me aclaré un poco sobre la cuestión.  Resulta que los condensadores Motoplat suelen tener 0,35 microfaradios, y que hoy día se encuentras de electrónica modernos con valores superiores y a un precio ridículo. Así que me aprovisioné de condensadores acudiendo a Don Electrón y a Telkron, dos sitios clásicos en Madrid ... y en cuanto amaneció el sábado puse proa a la Estepa para meterle mano a la moto de José María.

Mi idea no era sólo emplear material moderno por ser más fiable y económico (cada uno de los condensadores que veis en este comentario no llegan al euro de precio), sino aprovechar también para "sacar" el condensador del sitio donde está originalmente. Pocos lugares en una moto generan más calor y vibraciones que el alojamiento del volante magnético ... que a la larga son las que acaban con el condensador.

El caso es que, entre unas cosas y otras empecé bastante tarde porque el taller había quedado bastante poco ordenado tras el sábado anterior. Pero al cabo de un rato ya tenía el instrumental en la mesa. Como podéis ver en la foto, puse en marcha el estañador, y saqué todo el montón de conectores para tener donde elegir.


Lo primero fue derretir la barra de estaño que había comprado para reponer el nivel en el estañador. Que vino de China por recomendación de La Maneta, y funciona más que correctamente para el precio que tiene.


Una vez estañado el cable, tocaba soldar un primer cable al condensador que íbamos a usar, al que previamente había cortado una de las patillas, que son larguísimas. En este caso, como se puede leer en la foto, se trata de un condensador de 0,47 microfaradios para 630 voltios. Es decir: sobradísimo de prestaciones para el trabajo que se le va a requerir.


Para hacer las cosas bien, después de soldar (la foto deja claro que no me ganaré la vida con ello si no practico mucho) aplicamos macarrón termoretráctil a la unión para aislarla y evitar malos contactos. Y aunque no se vea en la foto, rematé el cable con una terminal de tipo arandela (con 6 mm de diámetro) para ponerlo a masa, aunque crimpada en lugar de soldada.


El alicate pelacable es otra de esas cosas que te hacen la vida sencilla. Me costó tres pesetas en Leroy y resulta mucho más cómodo que la típica tenaza de terminales que usamos todos. En la foto se ven también otros dos condensadores preparados para ser soldados. Ya que estaba con ello, era mejor aprovechar y dejar repuesto preparado. En realidad, si la cosa funciona, las motos que más uso van a sufrir el mismo tratamiento.


Hecho eso, tomé otro cable al que puse una terminal redonda del diámetro del tornillo de corriente de los platinos, y lo saqué hacia la parte trasera del chasis, para subirlo por detrás del filtro de aire hacia la tapa superior de éste, donde hay tres tornillos M6 ideales para tomar masa. En la foto se puede ver el recorrido inicial del cable, con los platinos ya puestos.


Con la masa ya puesta a un tornillo del filtro, lo único que faltaba era poner un conector rápido de tipo bala tanto en el otro extremo del condensador, como en el cable que sube de los platinos para poder conectar y desconectar con comodidad. Y añadir, por supuesto, el detalle manchego de las gomas alrededor del condensador para protegerlo de vibraciones.


Hecho eso, los metí en su emplazamiento definitivo, dentro del tubo superior del chasis. Pocos lugares más y protegidos. Lo que no sé es si muy fresco, que es algo que querría comprobar porque el escape no pasa muy lejos.


La última foto se podría bautizar como "Paisaje después de la batalla". Parece mentira el montón de cosas que llegas a usar cuando te metes en faena.


En fin ... que el resultado es que la moto arranca dando una chispa azul sanísima desde muy pocas vueltas, funciona con una regularidad estupenda y tiene pinta de que ya no tendrá los fallos de arranque en caliente que tenía con el condensador antiguo.

Pero lo mejor de todo no es eso, sino que el día que muera el condensador (que debería estar muy lejano), no habrá que retirar el volante magnético entero para cambiarlo, sino levantar el kit, mover un tornillo M6 y enchufar el nuevo. Excuso deciros lo que puede ser eso en una carrera, donde las probabilidades de un condensador muerto crecen exponencialmente por el stress al que sometemos la mecánica.

Y edito, cinco años después, para añadir que desarrollo un poco más la idea en una entrada de Octubre de 2.016.

domingo, noviembre 20, 2011

Domingo en rojo Montesa ... y en rojo sangre.

Dejamos el otro día la Cota 348 de José María a medio camino de la nada. Con los retenes del cigüeñal cambiados, algo más estable de carburación, pero sin terminar de ir bien. Y como el fin de semana pasado pasé por allí sin compañía, no hice fotos del siguiente paso, que fue bastante simple: limpieza a fondo del carburador (por segunda vez), posicionar la aguja en la posición central (no me había dado cuenta pero estaba demasiado elevada con lo que enriquecía la mezcla) y poco más.

El resultado fue que la moto arrancaba perfecta en frío y marchaba bastante redonda en las marchas cortas que pude probar por el patio de casa, y allí la dejé, pendiente de probarla más a fondo en el campo con su dueño.

La ocasión se presentó este sábado. Los planetas se alinearon de modo que en lugar de ser dos, se apuntaron también mi amigo Carlos, y el bueno de Germán (más conocido como Ger.Maneta en los ambientes moteros clásicos) que se vino con dos de sus motos. Una preciosa 348 ex JR Piñeira (que se puede ver en la foto de abajo) y una Cota 247 flamante. La idea era hacer un par de cosas a la 348 de José María, probarla en campo y echarle luego un ojo a la 247 de Germán, que no terminaba de ir bien.



Así que en cuanto llegamos a la Estepa nos metimos en el taller para repasar la horquilla de la 348, que perdía aceite por los retenes. Y aprovechando que estaba desmontada, decapamos la pintura negra con que alguien la disfrazó no sé sabe de qué. En la foto puede verse a José María entregado a la brocha:


Mientras uno decapaba, otro montaba retenes para ir ganado tiempo. Y para jugar con la última herramienta: una carraca neumática de media pulgada que es perfecta para manejar vasos pequeños. Los tornillos del 10 que sujetan el guardabarros salían a toda mecha. Un gusto ... que ojalá hubiera tenido en las largas sesiones de "Tambores Grandes".



Y más abajo, otra foto del montaje, con Carlos sujetando el manillar mientras servidor aplica la 32 plana a los tapones de la horquilla, observado por un José María cuya cara refleja con claridad que empieza ser consciente de lo mucho que ha aprendido, y se reserva a sí mismo para labores de más valor añadido.


El caso es que en un rato tuvimos la horquilla montada y las motos arrancadas para irnos al campo. Salimos con las dos 348, mi incombustible 349/4 y la Enduro 250 que llevaba Carlos porque no pensaba hacer trial sino simplemente acompañarnos.

Estábamos terminando de recorrer la última calle antes de salir del pueblo, cuando oigo a mi espalda un golpe fuerte seguido por el característico ruido de una arrastrada por el asfalto. Me giro y veo a Carlos medio incorporado junto a un bordillo con la Enduro unos metros más allá, tirando gasolina. Me doy la vuelta, compruebo que no le ha pasado nada y levanto la moto. Viendo el entorno está claro lo que ha ocurrido: los neumáticos de cross que monta la moto no se llevan bien con el montón otoñal de hojas húmedas que tapiza la carretera. Pero no entiendo cómo puede haber sucedido esto en una recta a bajísima velocidad. Aunque luego se aclaró el misterio: Carlos iba probando el tacto que le daban las botas sobre el freno trasero cuando éste se le escapó y terminó una frenada innecesaria clavando el delantero. Entre el gesto y el suelo sólo faltaba que se pusieran de acuerdo el Pentacross, las hojas húmedas y el asfalto. Con la colaboración, supongo de un piloto que conduce a diario una moto con ABS. Una combinación ideal para irse al suelo; menos mal que llevaba casco integral porque arrastró la cara sin mayor consecuencia.

Bueno ... consecuencias sí que hubo. Por parte de Carlos un pantalón roto, una rodilla que parecía la de un niño de cinco años volviendo del fútbol, un dedo medio chungo, unos guantes destrozados y un casco rallado. Poco mejor balance puede obtenerse de un paseo de 300 metros. Por parte de la moto, el depósito tiene un golpe feo -e incomprensible porque está en la cara superior que no tocó el suelo- y poco más.

En la imagen de abajo, el dedo de José María y la rodilla de Carlos.



Volvimos al taller, decapamos y sellamos la rodilla de Carlos, le atizamos un ibuprofeno preventivo y nos fuimos de nuevo al campo. Allí pasamos un rato probando la 348 de José María, que va bien en marcha pero cuyo arranque falla como una escopeta de feria en cuanto se calienta. El próximo fin de semana cambiaremos platinos y calaremos encendido ... aprovechando para probar los condensadores electrónicos que nos ha recomendado el maestro Ramón Valls.


Y del habitual campo de operaciones, nos alargamos a tomar unas raciones en la gasolinera cercana. Estando allí dentro, apareció una pareja de la Guardia Civil con sus BMW, que estuvieron mirando nuestras motos un buen rato. Afortunadamente, como son moteros como el que más, se limitaron a disfrutarlas sin decirnos nada. Aunque, por supuesto, ni se nos ocurrió movernos hasta que se fueron. Tampoco hay que tocar las narices más de la cuenta.

El la primera foto, de izquierda a derecha, servidor, José María y Carlos. En la siguiente es Germán el que sustituye a José María.



De allí nos volvimos al taller a hacerle algunas cosillas a la 247 de Germán. Había que cortar la cadena y cambiar platinos y condensador. Pero cuando abrimos estaba el retén derecho del cigüeñal para pocas fiestas y lo cambiamos. La luz de la foto, proporcionada por el sol poniente de La Mancha, es verdaderamente especial y hace que la moto luzca como merece.


Y esta foto me encanta. Hecha a taller cerrado porque estoy comprobando el cambio de intensidad de la bombilla con la que chequeamos la apertura de los platinos.


No tuvimos tiempo para mucho más, pero fue suficiente para disfrutar de la compañía de los amigos y pillarse las estupendas agujetas que tengo hoy. Mi forma física está para poco trial, me temo.

Seguiremos contando como evoluciona la 348 de José María. Empieza a tener buena pinta.

jueves, noviembre 10, 2011

La oración del motorista

Me pasa un buen amigo una oración para el motorista. Está en inglés y creo que se entiende bien. La traducción no es simple. La versión en inglés dice así:






A Motor Cyclist's Prayer


O God,


I thank thee for the marvel of a motor cycle -alive and powerful at my touch- a thing of tremendous possibilities, wonderful or terrible.


Help me to acquire the skill to control it wisely, like a tool shaping a better life for myself and those around.


I thank thee for the promise of adventure each time I start; the thrill of the open road - far places - strange sights - new friends.


Make me aware as I ride around, signalling, stopping, waiting, turning, zooming ahead that I am not dealing merely with THINGS -lorries, cars, bicycles, taxis- but with PEOPLE. People such as I know; people such as I am … making mistakes, perhaps, but not really wanting to.


Because I like people and above all because I know how precious they are to thee, let me be alert, courteous, patient, considerate of the rights of others on the road, gracious enough to give up some of my own rights. And always let me be careful, realizing that another's pain would destroy my pleasure, another's loss would destroy my pleasure, another's loose would rob my gain, and the life I save is just as precious as my own.


Amen



Podría traducirse más o menos como:


La oración del motorista


Oh Dios,


Te doy las gracias por la maravilla de la moto -viva y potente en mis manos- algo de tremendas posibilidades, maravillosa o terrible.


Ayúdame a adquirir la habilidad para controlarla con prudencia, haciendo mejor mi vida y la de quienes me rodean.


Te doy las gracias por la promesa de aventura cada vez que arranco, por la emoción de la carretera abierta - lugares lejanos - vistas extrañas - nuevos amigos.


Hazme consciente mientras conduzco, señalizo, me detengo, espero, giro o acelero de que no estoy tratando simplemente con COSAS -camiones, coches, bicicletas, o taxis- sino con PERSONAS. Gente como la que conozco; gente como yo mismo ... que comete errores, tal vez, pero sin realmente quererlo.


Porque me gustan las personas y porque sé lo valiosos que son para ti, permíteme estar alerta, ser atento, paciente y considerado con los derechos de los demás en la carretera, lo suficientemente amable para renunciar a alguno de mis propios derechos. Y hazme ser prudente y consciente de que el dolor ajeno destruiría mi placer, que la pérdida de otro destruiría mi placer, que la pérdida del otro robaría mi ganancia, y que la vida que salve es tan valiosa como mi propia vida. 


Amén


Si alguien se anima a mejorar la traducción, encantado de aprender.

EDITO Y AÑADO, CON MI AGRADECIMIENTO AL "Capitán Haddock", impalero de pro y autor de esta estupenda traducción:


“Te doy gracias por las maravillas de la motocicleta, viva y ponderosa en mis manos, algo de tremendas posibilidades, maravillosas o terribles.


Ayúdame a saber cómo manejarla sabiamente, como una herramienta que moldea una vida mejor para mí y para los que me rodean.


Te doy gracias por la promesa de aventura que me da cada vez que la arranco; la excitación de una carretera libre, sitios lejanos, vistas desconocidas, nuevos amigos.


Hazme ser consciente mientras conduzco, señalizo, aparco, espero, giro o acelero, de que no solo trato con cosas –camiones, coches, bicicletas, taxis- sino con gente. Gente como la que conozco, gente como yo, que tal vez comete errores, pero nunca intencionadamente.


Precisamente porque me gusta la gente y, sobre todo, porque sé cuán preciosa es para tí, manténme alerta, cortés, paciente, considerado con los derechos de los demás en la carretera. Generoso como para ceder mis propios derechos. Y haz que siempre sea cuidadoso, dándome cuenta de que el dolor y el daño ajeno destruirán mi gozo, las pérdidas de los demás se llevarán mis ganancias, mientras que cada vida que salve será tan preciosa  como la mía propia."


miércoles, noviembre 09, 2011

El otro ayudante y su Cota 348 Malcom Rathmell

El fin de semana pasado volvimos a la Estepa. No sólo para repatriar la 247 a su vuelta de Cabrianes, sino para ver qué tal estaba la Cota 348 Malcom Rathmell que José María se había agenciado en Cataluña, aprovechando su visita trialera.

La moto está muy bonita, a falta de cuatro detalles tontos que corregir. Puede verse en su estado actual aquí, donde se aprecia que, más que una moto, la 348 era una cuenta pendiente que mi compañero tenía consigo mismo. Que son las peores.

El caso es que al llegar a casa, la moto arrancaba más bien regular, no mantenía el ralentí para nada y tenía un sonido no tan limpio como suele tenerlo ese modelo. Para mi gusto, uno de los sonidos más bonitos en una Montesa de trial.

Así que desmontamos el carburador y nos encontramos con que faltaba la zapata de goma del pistón del mecanismo de arranque en frío. Que cuando está ausente no sólo hace complicado el arranque en frío, sino que fastidia la carburación general. Así que, tras limpiar el carburador, y a falta de recambio específico (la dichosa goma no se vende suelta sino como conjunto en www.amalcarb.co.uk con lo que nunca me he animado a comprar una) le atizamos una tórica para salir del paso y arrancó bien, aunque sin mantener una carburación correcta.

Mal asunto, porque indicaba claramente entrada de aire por algún sitio. Así que visto el color negro de la bujía sospechamos del retén izquierdo del cigüeñal. Una vez abierto el tapón de vaciado de la primaria nos vimos con una cantidad ridícula de aceite en la bandeja de vaciado (forma pomposa de llamar a una base de macetero de plástico, que es lo que uso para recoger el aceite usado) que confirmaba que el resto se había ido por algún lugar. Con dos candidaturas: el retén del eje del selector de cambio, que tenía una mugre espectacular, y el retén del cigüeñal. Así que decidimos cambiar ambos.

Pero con una novedad grande: en lugar de ser servidora la que se encargara de hacerlo, tomó los mandos José María. Ciudadano al cual hace un par de años cambiar una bujía se hacía un mundo, pero que en un rato se las apañó divinamente para sacar la tapa, desmontar embrague y cambiar el retén sin que yo le ayudara más que para darle herramientas ... y desmontar el piñón de salida del cigüeñal porque me hacía ilusión usar el extractor original Montesa.

Abajo puede verse una foto de mi colega mecánico en pleno exámen de la placa fijatornillos de la tapeta portaretén del motor. Impresionante.


El caso es que con eso algo mejoramos. Pero no del todo. Con lo que seguimos buscando la entrada de aire en el lado derecho, donde los restos de aceite dejaban claro que tampoco aquel retén estaba en su mejor momento de vida.


Segundo retén cambiado y moto arrancada de nuevo. Y sigue sin ir bien, aunque mejora en cada paso. Así que como no nos quedaba mucho más tiempo, optamos por volvernos a Madrid. Si Dios quiere, este sábado terminaremos la faena. Si hay suerte, hago unas fotos del mecanismo de starter para contaros algún truquillo.

martes, noviembre 01, 2011

Mando de aire remoto en el Amal de la Impala

Desde que decidí que la Impala iba a ser la excepción en un garaje donde las motos se parecen mucho al día en el que salieron de fábrica, había una operación pendiente con ella, que era buscar un modo más cómodo (y más limpio) para arrancarla en frío que el excitador clásico que lleva el Amal 625 que monta mi moto.

Del excitador, lo único que me gusta es el nombre. Pero el resto es poco agradable, y como consecuencia inmediata tiene la de que la gasolina que desborda termina por dejar restos sobre el motor y el protector plástico que incluso acaban llegando al caballete y poniendo todo hecho una pena a poco que se encuentren con algo de polvo o tierra con la que unirse.

Así que, tiempo atrás, pensé ponerle un mecanismo como el que llevan los Amal de la Norton Commando, y que montaron también algunas Montesa de los sesenta, que permite accionar el estrangulador desde el manillar. Dando una vuelta por la web, me encontré con que las piezas que necesitaba estaban disponibles como recambio en www.amalcarb.co.uk. En concreto, me hacían falta las marcadas con un número rojo en la imagen:


1.- Tensor
2.- Tapa con doble entrada
3.- Varilla guía para el muelle
4.- Muelle
5.- Válvula

El precio total en libras eran algo menos de 15 (transporte excluído) con lo que hice el pedido, pensando en usar como mando un gatillo de descompresor que tenía por casa ... sin caer en que el sistema funciona cuando se descomprime el muelle y deja bajar la válvula 5. Así que cuando llegaron las piezas a casa las dejé guardadas y pedí en Ebay un mando de aire / magneto réplica de los antiguos Amal, que me costó otras diez libras más transporte. En la web de Amal lo venden también, pero sale por 8 libras más, que es un dinero para una pieza indiferenciable, y opté por la reproducción de Ebay.

Y ayer tuve una ocasión de montar todo el tinglado en la Impala. Para ello hubo que añadir un cable de gas, una funda, dos terminadores y un prisionero.

El primer paso es montar las piezas en el orden que se ve en la foto. Ojo, que la varilla 3 lleva un sombrerete que debe ir como en la imagen: hacia arriba.



La idea es que el conjunto pase por el interior de la campana, aprovechando esa ventana que tienen en la parte trasera y que nunca supimos para qué servía.


Cuando todo esté montado en posición, el estado normal del conjunto será el que vemos abajo: la válvula queda arriba a la espera de que la liberemos al arrancar "soltando" la palanca del mando.


Aquí vemos la palanca. De este tipo se usaron mucho en su momento para controlar el avance de encendido en motos muy antiguas, o para lo que vamos a emplear el nuestro: mandar el starter en los carburadores Amal desde el manillar.


La imagen final muestra el carburador, tal como se ve ahora con los dos cables de mando.


Como podéis ver, el montaje no es particularmente complicado. Si resulta un poco rollo andar cortando cable y funda hasta tenerlos en la longitud exacta para que hagan su función con precisión. Pero con un buen alicate específico es una cuestión de diez minutos dar con la medida exacta.

Y la pregunta del millón, como siempre, es ... ¿y funciona? Pues es pronto para saberlo. Probado ayer, funciona bien, aunque las condiciones en la Estepa (18 - 20 grados) no son las que hacen que uno necesite un starter. Habrá que esperar si en condiciones reales es una buena alternativa al excitador.

sábado, octubre 29, 2011

Instalación de aire y montaje de Optimate

Aprovechando que me tocó ir a la Estepa el sábado, y que mi compañero de fatigas estaba rebozando en barro mi Tambores Grandes de carreras en Cabrianes, me puse a hacer algunas de esas cosas que dejas en la lista para cuando algún día tengas un rato. No sé cual es el criterio para aparcarlas. Puede que sea el hecho de que no son particularmente divertidas, que no te parecen urgentes o, simplemente, que se te olvidan de una vez para otra.

En mi caso, la primera de esas cosas era ponerle a la BMW K100 un cable "Optimate" en la batería para poder cargarla de vez en cuando, ahora que está en la reserva desde que llegó a casa la GS1200. Entre una cosa y otra se pasa meses sin que nadie la arranque, con lo que la batería tiende a quedarse demasiado baja y falla justo el día que la quieres sacar.

Supongo que conocéis estos cargadores, que son capaces incluso de recuperar una batería sulfatada. Parece ser que llevan un microprocesador que optimiza el proceso de carga ejecutando varios programas que dependen del chequeo inicial que él mismo hace. Una de las cosas que puede hacer es simplemente mantener la bateria siempre cargada si lo dejas conectado.

El caso es que como sólo tengo un cargador y hay tres baterías a mantener, el modo más sencillo de hacerlo es poner en cada una de ellas un cable especial que permite la conexión de un modo muy sencillo y evitando andar con las pinzas, que más de una vez te dan un susto. El cable se puede ver en la foto de fondo rojo. Es tiene dos ojales para atornillar a los tornillos de la bateria, un portafusibles para evitar problemas, y un extremo con un conector propietario de Optimate rematado por un capuchón de goma para aislarlo cuando se termina de usar.

En las fotos de abajo se ven el cargador y el conector. 



Una vez dejada la BMW en carga, era el turno de otra de las cosas mil veces aplazadas: hacer un montaje medio serio de aire comprimido para poder sacar el compresor del taller y tener al menos un par de puntos de toma de aire en el taller.

Las piezas las había ido comprando poco a poco, pero nunca encontraba el momento de ponerlas juntas. Tenía unos 20 metros de manguera con un conector rápido comprada en Lidl, varios herrajes para hacer una conexión en T, e incluso una broca larguísima para poder taladrar de una habitación a otra. Y esta tarde he hecho uso de todo ello, con el resultado que se puede ver abajo (y perdón por el caos del taller, pero necesito una mañana para ordenarlo de nuevo):


La tubería principal llega desde la habitación de al lado hasta una T desde donde se reparte a dos puntos. El primero sale de la T hasta el techo para posteriormente bajar en vertical hasta el elevador de motos, que era el primer lugar donde necesitaba tener aire. El elevador tiene además una bifurcación con un enchufe rápido que me permite dejar conectada allí una espiral para poder usar llaves de impacto o cualquier otra herramienta neumática que pueda necesitar.


La otra rama de la T sale hacia la zona del banco de trabajo, donde he puesto un regulador de presión con un enchufe rápido y un filtro. La razón para incluir el regulador es que puede que desde ése lugar se use alguna vez una pistola de pintar, cuya utilización requiere de una presión más baja que la de salida normal del compresor.


Con la caperuza negra girada en una u otra dirección se controla la presión que saldrá por el conector rápido de la derecha.


Y eso ha sido todo. Parece poco ... sobre todo si no eres el idiota que se ha pasado el día con la escalera para arriba y para abajo, y cortando y empalmando manguera azul ... que no os podéis imaginar lo que es meter los espárragos de 9 mm en la manguera de 6. Si alguna vez lo hacéis recordad que sólo hay un método que funciona: calentar la manguera con agua muy caliente. De otro modo, te dejas las manos y no lo consigues.

Esperemos que con estos cambios el taller esté un poco más cómodo para trabajar ahora que llega el invierno.

sábado, octubre 22, 2011

El proyecto 24 Horas y mis dos motos de (otras) carreras

Mañana de sábado en la Estepa con idea de terminar la 247 para que José María afrontara su primer Cabrianes pre-72 con garantías ... y ya puestos, montar un poco, que hacía tiempo que no usaba una trialera. Inicialmente se apuntaban también Carlos, que finalmente se quedó en cama con gripe, y Pepe, que tenía lío familiar y no apareció.

Con tanto agobio como tenía con el fraguado de la fibra con que había reparado el depósito el fin de semana anterior, no caí en que la visita a la Estepa era también el traslado de mi chasis 24 Horas con sus fibras. Pero según subí al coche de José María y vi la moto guardada dentro de la funda en que vino de la Montesada, supe que no dejaba pasar la oportunidad de hacerle un par de fotos. Y ya que estábamos en faena ... ¡¡qué menos que juntar motor y chasis por primera vez!!

El resultado es el de la foto de abajo. Una preciosa base sobre la que ponerse a trabajar:


Por más que lo escriba doscientas veces, nunca podré agradecer lo suficiente a Pep Itchart y al resto de amigos del Motoclub Impala toda la ayuda que me están prestando con el proyecto. El trabajo es de una calidad fuera de serie, como puede apreciarse en las fotos de detalle. La primera de ellas muestra el chasis cortado por abajo y la pletina que hace posible regular el asiento en función de la talla del piloto:


La segunda permite apreciar los soportes, ya previstos, para cúpula y/o carenado completo en caso de que algún día queremos ponerlos:


Y la tercera muestra otro detalle estupendo: los agujeros donde entran los tornillos del protector de plástico se han rematado con unas tuercas fijas que harán mucho más sencillo ponerlo y quitarlo. Lástima no haber tomado un detalle del refuerzo del basculante, donde el trabajo ha sido fantástico. Se puede ver un poco en la primera de todas, pero no le hace justicia.


Edito y añado foto cortesía del Samsung Galaxy del camarada Domínguez que sí tomó una muestra cercana del basculante de la Impala 24H. Creo que merece la pena:



En fin, que después de pasar unos minutos dando la bienvenida al nuevo proyecto, nos pusimos con la 247. Comprobamos que el arreglo del depósito había quedado bien, dejamos el aceite en orden, repasamos cuatro detalles más, y sacamos la 349 que llevaba parada desde no recuerdo cuando. Pero mucho. Como pasa siempre con ella, cero problemas. Tanto que esta vez no arrancó a la segunda patada como suele ser su costumbre, sino a la primera. Así que ... ¡¡al campo!!

Y la cuestión era simple. Se trataba de poner la moto lo más al gusto posible de su piloto ... y acostumbrar a éste a manejarse con una montura que queda lejísimos del tacto de su habitual Cota 330 con la que ganó el campeonato de Madrid hace años.


Creo que no miento si digo que lo único que hubo que hacerle a la moto fue quitar algo de pretensión a los amortiguadores traseros, que iban tarados cuando yo pesaba 20 kilos más que ahora, y que hacían perder tacto en bajadas. Nada más. No poco más, sino nada más. La moto sigue yendo como se supone que debe ir y no da el más mínimo problema. Incluso le arranca bien, que no es una de las cosas en las que José María destaque particularmente.


Yo no monté demasiado, la verdad. Estuve más pendiente de ver el espectáculo, porque no son muchas las ocasiones que uno tiene para ver una 247 Tambores Grandes en acción. Y me sigue pareciendo una moto preciosa. En la foto de abajo, mis dos motos de carreras. Pocas cosas me han dado en la vida tantas satisfacciones como esta pareja:


Ahora toca esperar que el próximo fin de semana mi moto trate a mi compañero con el mismo cariño con que me ha tratado a mi hasta la fecha. Si es así, tendrán un Cabrianes estupendo.

Y amplío también por el final añadiendo foto sicológica de la Tambores Grandes Manchega, a cargo de Domínguez. Hay que reconocer que desde que sus instantáneas han perdido la dominante azul que les daba el anterior teléfono, ganan mucho en calidad. Aunque tal vez sean algo menos personales.


viernes, octubre 21, 2011

Aceite para cajas de cambio de moto clásica



Hace unos días comenté que se me estaba acabando una lata de aceite que he venido usando para el cambio de mis Montesas. Se trataba, en concreto, de un multigrado SAE 80W90 de marca Repsol, con el que no he tenido problemas de funcionamiento ... o eso creo.

El caso es que me acerqué a la gasolinera más cercana para comprar otra lata igual y no la tenían, con lo que empecé a comerme el coco con cuales serían las características que debe cumplir el aceite de las cajas de cambio de nuestras motos.

La primera cuestión que encontré es que casi todos los multigrados de caja de cambio (que, como veremos luego tienen características distintas a las del aceite de motor 4T) cumplen actualmente la especificación API GL-5. Y como no me aclaraba mucho con eso, me puse a indagar y llegué a las siguientes conclusiones:

1.- Existe un American Petroleum Institute (http://www.api.org) que, entre otras muchas cosas, estableció años atrás determinadas pruebas para certificar tipos de lubricante diferentes. Estas pruebas constituyeron en su momento una escala que abarcaba desde los GL-1 para condiciones muy ligeras hasta los GL-6 para cargas en circunstancias muy extremas.

2.- En la actualidad, sólo se mantienen en vigor las API GL-1, GL-4 y GL-5, además de una especificación extraña, que es la API MT-1 que aplica a transmisiones manuales en maquinaria pesada bajo condiciones extremas.

3.- En la actualidad, el aceite que más se emplea para transmisiones cumple especificaciones API GL-5 o MIL-L-2105D (o E), que es la especificación militar americana equivalente.

Si alguien desea complicarse mucho más la vida, puede leerse en la API un documento sobre la cuestión que se encuentra en http://www.api.org/certifications/engineoil/pubs/upload/1560.pdf e incluso puede profundizar enredando en la American Society for Testing and Materials (http://www.astm.org/), que es quien hace pruebas de estas cosas. La lástima es que los documentos de especificaciones de este último site se venden.

Un dato a tener en cuenta (luego veréis por qué) es que las viscosidades de aceite de cambio no son equivalentes a las de un aceite de motor, cosa que me ha dejado un poco pasmado, la verdad. Parece ser que la razón es que la diferencia la marca el conjunto de aditivos. El aceite de engranajes está diseñado para una presión extrema mientras que el aceite del motor está diseñado para soportar temperaturas extremas. De tal modo que resulta que un aceite de cambio SAE 75W90 es de una viscosidad equivalente a la de un aceite motor SAE 10W40. Lo mejor es que la SAE es la misma sociedad. Pero no hay que olvidar que, en el fondo, los americanos no son más que ingleses recriados en otro continente.

Hasta aquí os he calzado un rollo bastante considerable sin que podáis tener muy claro el porqué del discurso. Así que vamos a ello.

El problema está en que los aceites de transimisión que se consideran como "EP" o "Extrema Presión", y que cumplen especificaciones API GL-5 o MIL-L-2105D, llevan habitualmente una fuerte cantidad de aditivos para cumplir su función. Particularmente fósforo, y -aquí está el problema- azufre. Y resulta que el azufre corroe el cobre. De hecho, si miráis las páginas del ASTM donde habla de la especificación API GL-5, nos referencia a un documento especial que cubre el tema de la corrosión causada por estos aceites en el cobre y sus derivados. Para los que quieran comprarlo: http://www.astm.org/Standards/D130.htm.

La faena, en nuestro caso, viene porque nuestras motos incorporan lo que los yankees llaman genéricamente "metales amarillos" como el bronce y el latón, que son aleaciones de cobre. El bronce es cobre con estaño y el latón de cobre y zinc. Es decir: que si ponemos aceites API GL-5 en nuestras cajas de cambio Montesa, los casquillos del mecanismo de arranque (bronce) y algunas de las arandelas de reglaje del cambio (no sé si bronce o latón) pueden estar afectadas.

Por fortuna, los casquillos del arranque no están constantemente en fricción, ni nuestros cambios alcanzan temperaturas extremas, que aumentarían el efecto de la corrosión. Pero bueno, lo que se dice bueno, no es.

Este efecto es conocido por los aficionados a determinadas marcas de coche británicas donde el problema es muchísimo mayor. Algo así pasa con determinados cambios Triumph, como podéis leer en
http://www.buckeyetriumphs.org/technical/Gearbox/GearboxLubricant/GearboxLub.htm

Si la pregunta que te estás haciendo es ¿y qué hago con mi moto? la respuesta es variable. De momento, lo que me parece más razonable, ademas de no acojonarse pensando que la moto se nos va a deshacer entre las piernas es, en este orden:

1.- Buscar aceite de transmisión que cumpla la especificación API GL-4 que no resulta corrosiva para nuestros cambios. Alguno hay en el mercado.

2.- Usar un aceite mineral para motor lo menos aditivado posible, y en el rango de 20W50, que es bastante equivalente a un 80W90 para cambio y no lleva aditivos EP.

3.- Seguir echándole lo primero que pilles porque, total, para los kilómetros que haces al año, da igual.

Sea cual sea tu camino, espero que al menos haya quedado más claro el tema. Y perdonadme el rollo, que ha sido tremendo.