Con la impaciencia por el viaje de este año, no paro de hacerle cosas a la pobre moto. Un contraste con un año pasado en que se nos echó la fecha encima sin haberle podido dedicar un día entero. Y la penúltima cosa que se me ocurrió fue ponerle una culata un poco más comprimida.
El efecto que tuvo este cambio en la Impala Turismo fue espectacular en su momento, con lo cual me quedó en la cabeza como una receta sencilla para mejorar las prestaciones sin complicarse mucho la vida. En aquella ocasión apuré algo más, pero ahora he hecho dos cosas distintas: en primer lugar, he comprado una culata a mi amigo Cincohierros para guardar la original sin ponerla en riesgo; y por otro lado he rebajado con prudencia: 1,7 mm en el plano externo para prevenir fugas, y 1,5 en el anillo de cierre y la cámara de compresión. Han hecho un buen trabajo en Calvet, porque sis os fijáis se ha mantenido la forma que previene el squish en la parte más baja de la cámara. Baratos no son, pero buenos y rápidos sí.
Al llegar a casa aproveché para hacerle dos fotos con el asiento nuevo ya puesto, que no queda nada mal. El exceso de altura casi no se nota.
¡Qué ganas de poner la culata y el escape nuevo y salir a probarla!
Edito y añado, tras un cuarto de hora de aburrimiento con una Dremel a mano ... así quedó antes de que la montemos este fin de semana:
preciosa....
ResponderEliminar¡Gracias! A ver si se porta igual de bien este año que el pasado.
EliminarHola. Quítale con la dremel ese salto o reborde que se ve en la parte superior de la segunda foto.
ResponderEliminarUn abrazo. José Antonio.
En ello estoy, caballero. Con más miedo que vergüenza porque mi pulso no es lo que era. :-)
EliminarGracias!