sábado, noviembre 05, 2016

Comprobando la capacidad de un condensador

Una de las cosas que producen dudas sobre la electricidad en moto es la comprobación de los condensadores. Que no siempre sabemos cómo hacerlo ... o no disponemos de la herramienta idónea para afrontar.

Como me ha pasado con tantas otra cosas, he comprado en mi vida tres o cuatro multímetros, a los cuales he sacado bastante poco partido, por haberlos comprado sin tener ni puñetera idea de por qué los había comprado en realidad, ni de qué características necesitaba en realidad. Y sigo sin saber mucho, del tema, pero algo he aprendido. Lo primero es que idealmente un multímetro debe ser "Auto range" para evitar tener que andar cambiando de escalas, que es algo con que no nos manejamos demasiado bien los simples aficionados. Lo segundo es que debería estar más o menos bien hecho, medir continuidad con un pitido ... y tener posibilidad de medir capacidad de condensadores, puesto que es una pieza que falla mucho en las motos clásicas.

Y buscando algo barato que cumpliera con todas estas especificaciones, di en Youtube con un aparato del que hablan mucho. El "UNI-T UT136B", que salía en Amazon por la asombrosa cantidad de 16,66 euros, con envío gratis. Puedes verlo aquí. Y su aspecto es el siguiente:


Justo en mitad de las opciones, marcando el Norte del dispositivo, lleva el símbolo de capacitancia, que es el que necesitamos activar para comprobar el condensador:


Y con una operación tan sencilla como poner un polo del tester a masa y el otro a la salida de su cable, podremos medir en unos segundos (previamente el condensador se carga desde la batería de 9 voltios que lleva el tester) si la capacidad es la correcta.

En el vídeo de abajo podéis ver la medición de un condensador de Cota, otro de Impala (ambos con formas distintas pero una capacidad muy similar) y un par de condensadores de electrónica de los que suelo emplear para reemplazarlos. Espero que con esto te quede claro cómo hacerlo.


jueves, noviembre 03, 2016

Tocamientos torpes con la soldadura MIG/MAG

En Enero de 2.009 (esto de tener cuenta de Gmail es espantoso, porque terminas por saber cuándo pasó todo) compré una soldadora Berlan BMIG 140 en Ebay. Fabricación china, vendedor alemán, muy poco más de 200 euros con gastos de envío incluidos (un chollo en aquel momento) ... y la peregrina idea de que "no necesitaba gas" que no sé de dónde demonios saqué. Pero lo necesitaba. Y entre pitos y flautas eso consiguió que la dejara sin usar hasta el fin de semana pasado en que -ya era hora- conseguí reunir bajo mi techo todos los elementos necesarios para poder hacer la prueba del cacharro. Es decir: me hice con una bombona de CO2 procedente del cierre de un bar (y que resultó estar casi vacía), un regulador para soldadura que se vino de Ebay UK por poco menos de 30 euros, y unos conectores en medida 1/4 de pulgada para poder enchufarlo todo. Que la soldadora y el hilo de 0,8 ya lo tenía desde hacía siete años.



Como dirían mis hijos, el aspecto del tinglado quedaba de lo más "pro" en el taller manchego. Y días antes repasé algunos conceptos como el de caudal de gas necesario y alguna cosa más para no arrancar la fase de pruebas más perdido que el pulpo Paul en un garaje. Algo había aprendido ya de mis pinitos con la Inverter de electrodo, pero este mundo del MIG / MAG es mucho más complejo para arrancar. Y muy pronto comencé con las primeras chapuzas, como se puede apreciar en las dos imágenes:


... que muestran un artístico "espurreado" de hilo fundido sobre un cuadradillo oxidado, y unos magníficos agujeros logrados por exceso de intensidad sobre una chapa fina, que se supone que es de las cosas que son sencillas de soldar con MIG frente a los electrodos.

Aunque, para decir verdad, pocos minutos después fui capaz de no perforar todo aquello a lo que me acercaba:


... e incluso lograr algún cordoncillo decente:


Sé que parece una chapucilla, pero si tenemos en cuenta el poco tiempo que dediqué a conseguirlo, no parece poco razonable concluir que soldar con MIG / MAG debe ser más sencillo que con electrodos. O al menos, es la sensación que me llevé, y que hizo que al día siguiente me animara a construir un cepo para el elevador de las motos.

No es un diseño original, por supuesto, sino que está inspirado en cosas vistas por Internet. Pero responde a una idea que me preocupa: cada año tengo uno más, y no sé por cuanto tiempo mantendré la capacidad de sujetar la moto para ponerle las dos cinchas sin que se me caiga. Y el sistema tiene de bueno que basta empujar la moto sobre el balancín para que quede quieta y puedas hacer con ella lo que quieras, que no se caerá.


La idea es bastante sencilla: se trata de que la moto haga bascular una rampa que hace un ángulo de 45 grados en su parte central, de modo que la rueda delantera quede atrapada y la moto fija en vertical, para poderle poner las cinchas laterales sin preocuparnos por su estabilidad. De hecho, si se hace bien, las cinchas son innecesarias para manipulaciones que no requieran de mucha fuerza sobre el vehículo.

Como podéis ver en las fotos de abajo, me equivoqué al tomar las medidas de una web de motos modernas, puesto que las ruedas delanteras de las trialeras y las Impala son mucho más estrechas. Pero, aún así, queda estable pese a todo.



Si a alguien le interesan las medidas, completo el artículo con un cálculo de cómo debería ser una versión perfectamente adaptada a nuestras motos.