domingo, marzo 13, 2016

Refabricados españoles: la satisfacción del trabajo mal hecho.

En este último Retromóvil tuve la suerte de conseguir entrada por medio de un buen amigo que asistía profesionalmente a la feria, y cuyo nombre no diré aquí para no mezclarlo en mi queja. Bastante favor me hizo como para agradecérselo incluyéndolo en una soflama que ni le va ni le viene.

El caso es que, gracias a él asistí a la Feria, a la que no voy pagando ni por equivocación, porque cada año tiene peores contenidos y un precio más alto. Es una especie de "Día de la Marmota", pero que encima te cuesta 15 euros del ala ... cosa que para los de mi generación se parece mucho a 2.500 pesetas, que era una cantidad de dinero apreciable cuando uno era joven.
Pero el caso es que sí hay un argumento para pasar por allí, que es ahorrarse los portes del material, si se tiene pensado comprar algunas cosas. Incluso hay recambistas que te hacen un -mínimo- descuento si te llevas varias cosas a la vez, como era mi caso este año en que me tocaba comprar cuarto y mitad de guardabarros. Porque la Cota 304 los tenía muy decolorados, la Enduro 360 llevaba puesta sobre el trasero una caja de herramientas que se ha deshecho con el tiempo y que había que retirar, y la 200 llevaba el suyo recosido desde la última bofetada que se dio Charlie con ella.

Un presupuesto en plástico, vamos. Y si le añades algunas pegatinas, unas gomas de pedal de cambio y arranque de la Ossa TR y alguna pijada más, razón de más para pasarse una mañana por allí como finalmente hice.

El recambista elegido fue Iván Cirre. Más que nada porque tenía casi todo lo que buscaba, con lo que era más factible pedir un descuento. Pero su papel en la historia en pequeño, porque el surtido que me vendió podía haber sido comprado en cualquiera otro, dado que la procedencia de las piezas es siempre la misma.

La Cota 304 ex-Valls, que lleva apareciendo por aquí unos años, tenía los guardabarros muy feos; particularmente el frontal, que estaba muy decolorado como habéis podido ver en las fotos anteriores de este mismo blog. Y como me avisaron de que el color de los refabricados no era fiel al original, decidí comprar también el trasero, para que fueran compensados.

El primero no planteó más problema que hacer los taladros en el lugar correcto ... que tampoco entendí nunca por qué no vienen taladrados de fábrica, o al menos con la posición correcta marcada ... con lo sencillo que resulta hacerlo en serie, y la de problemas que evitaría a los clientes. En la foto podéis ver cómo quedó:




Como casi siempre, aproveché para cambiar la tornillería más estándar por tornillos inoxidables para tener la seguridad de que nunca más habrá que preocuparse de ellos. Y de ahí pasé al trasero, donde empezaron los problemas. El primero de ellos, que el tamaño de original y refabricado no se parece en nada, como puede apreciarse en la foto:


En mi caso no era un problema serio porque se ve más trialero con el guardabarros corto, y porque no pensaba poner luces traseras ni soporte de matrícula, donde sí se habría notado. Pero la siguiente diferencia habla (más todavía) de cómo el único motor de los fabricantes hoy día es puro coste para aumentar sus márgenes.

Si os fijáis en la foto siguiente, el original presenta unos ganchos interiores de plástico que tienen como misión facilitar el guiado de los cables. Algo en esencia parecido a los clips metálicos que llevaban los antiguos guardabarros de aluminio. Y que en la versión actual se han perdido. Aunque, eso sí, mantienen (porque el molde debe ser el original) los círculos que indican la posición correcta donde deberían ponerse los mismos.


Una pena ... y una muestra más de cómo somos de chapuceros haciendo las cosas. En este caso, con el mérito añadido de que el fabricante del recambio es el mismo que los hizo en su momento para Montesa. ¿Tanto les costaba haber sido fieles a sí mismos?

Bueno ... al menos en mi caso la verdad es que el aspecto de la moto mejoró, dado lo deteriorada que estaba. Y a Trasto parece que tampoco le pareció mal ...




Ahora tengo que encontrarle la pinza de 307 que necesita ésa horquilla que me regaló el bueno de Paco Mateo, y que le da pinta de moto oficial a mi humilde 304.