jueves, mayo 15, 2008

Escalones pre Robregordo

Aprovechando San Isidro hemos estado en la Mancha recogiendo mi Cota 349/4 para Robregordo, y cambiando de la Cota 330 de José María a la mía los amortiguadores y los estribos, porque la suya no está lista tras el problema de Jaén. Y como tenemos la cabeza como un marmolillo, ha habido que ponerle su depósito en lugar del mío. Debe ser que también él tiene un lado femenino.

El caso es que la moto que veréis en el escalón es un híbrido con base de mi 330 y piezas de la suya, porque será la que lleve a Robregordo. Esperemos que todo vaya bien.

Como pasa siempre, el escalón de bajada no produce en el vídeo la misma sensación que daba al ver la rueda caer ... con impresión de "pendiente negativa" durante un instante. Pero palabra que no era una cosa tan trivial como se ve.

Y la gracia del tema estaba en quedar pronto con la moto controlada para poder meterla en un giro a derechas y dar gas para la subida a continuación. Que no es enorme, pero sí incómoda viniendo forzado del giro anterior. Ambos la sacamos a cero, aunque luego me dí cuenta de que debía haberlo hecho con mi propia moto. Otra vez será.

El primer vídeo es el suyo, por aquello de que fue el primero en sacarlo a cero.




El segundo es del tarugo que junta estas letras. Espero que os gusten. No sé si llamar a esto "entrenamiento", pero al menos ha valido para poner la cabeza en otro lado y olvidarse un poco de la semana pasada, que falta me hacía.



Ahora hay que cruzar los dedos y esperar que la 330 funcione correctamente en el cursillo con Mick Andrews y lo siga haciendo en carrera.

2 comentarios:

  1. Muy buenos vídeos. Si no es por ti todavía seguiría mirando el escalón desde arriba con cara de legionario arrepentido. Dices que no sabes si llamarlo entrenamiento pero yo creo que esos ceros van a dar su rédito en Robegordo. Al tiempo...

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  2. Dios te oiga. Voy para Robregordo con una mezcla de sensaciones rarísima. Van desde el acojone por no haber entrenado hasta una (estúpida) sensación de que la experiencia del año pasado me servirá de ayuda.

    Ya veremos. El objetivo es terminar. Con eso es suficiente para mí.

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Como diría Juan Ramón Jiménez, mi troll es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva huesos.

Probablemente no tiene huesos y por eso insulta bajo seudónimo. Pero además de cobarde es tan coñazo que he decidido que sólo me moleste a mi. De tal modo que a partir de ahora me quedo con la exclusiva de leer sus bobadas. Disculpadme el resto que os haga pasar por la "moderación" de vuestros comentarios.