Una vez terminada la fase de "prelimpieza" (si llamo a eso "limpiar" mi mujer me echa de casa), empezamos la fase de "desmontaje y control de daños", donde deberemos tirar muchísimo de cámara de fotos (una digital vale aquí su peso en oro), ser muy cuidadosos al anotar cualquier cosa que nos parezca complicado reconstruir, y echarle muchísima paciencia. Aplica aquí el principio que Hipócrates inventó para la medicina y que dice recomienda intervenir sólo cuando se está seguro de que al menos, no agravaremos la situación creando un nuevo daño. Por más que se repita, nunca tomaremos toda la conciencia necesaria de que la paciencia es aquí la mayor virtud. Pensad que con la de años que suelen llevar estas motos paradas, se ha acumulado tal cantidad de faena, que más vale tomarlo con calma.
Un buen ejemplo de catalogación de daños lo tenemos en la foto de arriba. Muestra la cola del chasis y parte del guardabarros trasero. Y mirando con atención nos lleva a concluir que:
1.- Una de las orejetas que aguantan el guardabarros está partida y mal soldada. Por supuesto, sin pintar.
2.- Al soldar, el chapucero que lo hizo no aisló el precioso guardabarros inox que está lleno de chispazos procedentes de la soldadura, que se han oxidado.
3.- El color es gris, con lo que habrá que decapar antes de pintar el chasis de nuevo.
4.- Que el tornillo que sujetaba el transportín se partió a ras de chasis, lo que habrá que solucionar.
5.- Como detalle menor, que el macarrón de cables es negro, en lugar del gris original, y habrá que cambiarlo.
Una delicia, vamos. Pero es sólo un ejemplo. Casi toda la moto está en un estado similar, y como muestra, segunda foto:
En ella apreciamos otro punto típico de rotura, que es el apoyo de la pata de cabra en el chasis. Un clásico que en muchos casos va acompañado de un doblado de esa zona, de tal modo que aunque se reconstruya, la moto apoyará mal. Aquí hay que tener cuidado, y en términos ideales deberíamos soldar y rectificar con las ruedas puestas, para comprobar cómo queda con la pata de cabra puesta de nuevo.
Adicionalmente, el pedal de freno está partido y mal soldado, lleno de óxido, el cable de freno no es el suyo, etc, etc. De todo ello deberíamos ir llevando una especie de diario o cuaderno de anotaciones, sobre todo si el presupuesto es limitado y/o nos planteamos trabajar por fases.
En mi caso, el resultado del estado del chasis hizo aconsejable llevarlo a un buen especialista que fuera capaz de abordar el trabajo de soldadura, arenado y pintura. Tened en cuenta que una de las cosas de las que no puse imagen pero había que retocar era el guardacadenas, que en esta primera serie es metálico.
A través de Internet llegué a la conclusión de que merecía la pena irse a Artenruta, donde Juan Carlos hizo honor a su buena fama, y dejó el chasis irreconocible. Como salido de fábrica.
Además de todo esto, y a medida que el desmontaje progresa, deberíamos ir clasificacando cada pieza que sea necesario cromar y zincar posteriormente. En la foto de abajo podéis ver el resultado de desplegar toda esa artillería sobre una sábana vieja.
Se puede ver con claridad cómo hay ya algunas piezas duplicadas, como las rejillas del escape, o los ejes de las ruedas (en la esquina superior izquierda de la imagen).
Como nota interesante, os cuento que en ambos casos, las duplicadas proceden de la compra de un primer lote de piezas de una King americana en Ebay, que se produjo en paralelo al proceso de restauración, y que incluyó un escape completo, una pata de cabra (la mía estaba perdida), un par de ruedas completas (que compré por los neumáticos dejando las llantas allí porque eran segunda serie y estaban podridas) y una horquilla (para usar las barras) ... subasta donde también perdí el motor a manos de mi ahora amigo Michel Raphanel que luego me regaló el encendido.
Por terminar "recetando" y en positivo, las desdichas relatadas hoy se solucionaron con:
1.- Los problemas de reparación de chasis y su pintura en Artenruta, como ya comenté.
2.- El guardabarros permitió la eliminación de restos y quedó precioso con unas horas de pulido.
3.- El problema de los tornillos se soluciona con un juego de machos de rosca a izquierdas y un taladro. La receta salió de "La Maneta" .
4.- La instalación eléctrica casi al completo la localicé en régimen NOS (new old stock) con mi buen amigo John Haberbosch.
Seguiremos contando ...
viernes, noviembre 11, 2005
Restauración de mi Montesa King Scorpion (II)
Etiquetas:
restauración
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Como diría Juan Ramón Jiménez, mi troll es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva huesos.
Probablemente no tiene huesos y por eso insulta bajo seudónimo. Pero además de cobarde es tan coñazo que he decidido que sólo me moleste a mi. De tal modo que a partir de ahora me quedo con la exclusiva de leer sus bobadas. Disculpadme el resto que os haga pasar por la "moderación" de vuestros comentarios.