domingo, enero 26, 2014

Caballete simple para moto de campo

Desde que salí de la estepa el fin de semana pasado había estado dando vueltas al mejor modo de hacer caballetes lo más "en serie" que fuera posible, con la mínima complejidad ... y aprovechando lo mejor posible las barras de un metro en que había cortado todo el hierro que compré en Hierros Sainz para poderlo transportar en el maletero del coche.

Como dijo el sabio, la experiencia no es más que una cadena de errores. Y como nunca había comprado hierro para soldar, creo que metí la pata con los tipos de tubo que compré. Después de las pruebas que he ido haciendo, creo que el tubo cuadrado de 30 milímetros es un poco exagerado para hacer caballetes de moto de campo. Tampoco pasa nada, porque está claro que va a resistir lo que le echen, pero es más caro que el de 25 y no se justifica en términos de fiabilidad.

Pero como había comprado 12 metros de tubo de 30, es al que más estoy recurriendo, y con él empecé la primera prueba de concepto con una Cota 49. 

Como os comentaba al principio, la idea era hacer algo muy sencillo. Y para eso partí de cosas que había visto en Internet, de unas fotos que me pasó Ramón Ortiz, y de un modelo que Nacho Bartlett usaba en su Montesa Enduro.

El resultado fue el "caballete minimalista nº1" que podéis ver abajo.


No es más que un rectángulo hecho con tubos cuadrados de 30x30x1,5 al que se suelda un larguero perpendicular a uno de los tubos verticales, que cumple una doble función: ayuda a levantar la moto, y hace de pata adicional para que se mantenga todo estable una vez subida en él.

En el proceso de soldadura me ayudé de la escuadra magnética que os comenté en la entrada anterior (esta semana pediré un par de ellas más en Amazon, porque son practiquísimas) y utilicé electrodos de rutilo de 2,5 mm, que es el máximo que admite mi soldador inverter. Una primera conclusión es que pese a la longitud de la palanca de elevación, no necesita refuerzo alguno si está bien soldada. Al menos, con el peso de la Cota 49 no se inmutaba.


Habiendo tenido éxito con el primer modelo, hice uno algo más científicamente (tomando medidas con más detalle), pensando en usarlo con la Cota 349. También con tubo cuadrado de 30x30x1,5 pero siendo muy conservador con la altura, porque me daba miedo pasarme mucho. El resultado se puede ver en la foto siguiente:


Tan prudente fui con el metro, que la moto se levantaba lo justito. En realidad la foto no hace justicia, y la rueda trasera pierde contacto con el suelo. Pero visto que era poca cosa, me animé a hacer un tercer modelo, juntando todo lo que había aprendido con los dos primeros. Pero además, aproveché para probar si con tubo de 25x25x1,5 se podía hacer algo sólido. Y el resultado es el siguiente:


El caballete levanta la moto perfectamente, es sólido, y resulta más ligero de manipular, debido al menor peso del tubo. Y además, con las medidas que usé, se aprovechan muy bien los cortes de un metro que tenía. Se trata de hacer un rectángulo de 30x40 centímetros y soldarle una palanca de unos 70 centímetros, a unos 10 de su base.

Se puede ver en la foto de abajo ... con tubos de 30 (habría que modificarlo un poco para los de 25).


Los 40 de altura se consiguen con dos segmentos de 34 centímetros en cada lado, a los que se suman los 3+3 centímetros del ancho de los tubos que forman la base y la parte superior, cuyo ancho total es de 30 centímetros. Si empleásemos tubos de 25, hubiéramos necesitado dos segmentos de 35 para las verticales. También se ve en la foto de arriba que la palanca queda a unos 10 centímetros de la base.


Finalmente, la palanca, que ronda los 70 centímetros de longitud.

Es decir, que empleando tubos de 25x25 en barras de 1 metro, se sacan dos verticales y un ancho de la barra una (35+35+30) y un ancho y la palanca de la barra dos (30+70). O lo que es lo mismo: con una barra de seis metros de las que venden en Hierros Sainz se pueden hacer tres caballetes. A unos tres euros la unidad, o poco más.

Y tengo una idea para mejorarlo, pero necesita alguna prueba. Ya os contaré.


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Como diría Juan Ramón Jiménez, mi troll es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva huesos.

Probablemente no tiene huesos y por eso insulta bajo seudónimo. Pero además de cobarde es tan coñazo que he decidido que sólo me moleste a mi. De tal modo que a partir de ahora me quedo con la exclusiva de leer sus bobadas. Disculpadme el resto que os haga pasar por la "moderación" de vuestros comentarios.