martes, octubre 13, 2009

Montesa-da 2.009: un fin de semana para recordar.

Como cada año desde 2006, el 12 de Octubre toca Montesa-da en Tona. Y como cada año desde hace tres, eso significa cumplir con una liturgia agradabilísima que comienza llegando la noche de antes para tomar un arroz con ceps en el Hotel Aloha, y culmina la mañana de la reunión montesista montando en moto y charlando con los muchos amigos que hemos hecho por allí.

Pero este año ha sido especial por muchas razones. No sólo por el premio de Ramón, que merece comentario aparte, sino porque ha sido puente y nos ha permitido estar un día más y hacer cosas que hasta ahora no habíamos podido plantear. Para ser perfecto sólo hubiera faltado mi hijo, que está loco por tener su bautismo de fuego en Tona. Si hay un poco de suerte, el año que viene igual vamos en tres Tambores Grandes, pero eso es también otra historia. Retomo el hilo, que me pierdo.

El caso es que este año, se sumó a la expedición madrileña un tercer hombre: el bueno de Alfonso Sánchez-Eguíbar, con quien ya habíamos compartido carrera (y camello) en Robregordo 2009. Alfonso se integraba así en el grupo de los habituales, que es mezcla de la lista de correo de Nacho Bartlett y de algunos otros amigos que se suman, como es el caso de John Haberbosch.

Y como teníamos un día extra por medio, decidimos usarlo para ir juntos el Domingo 11 a ver la exposición "Eternas rivales" en el museo de Basella. Pese a que no me suele gustar ver motos "disecadas" (las prefiero en acción), tanto la colección permanente del museo como la dedicada a las tres grandes marcas españolas merecen la pena. Sabía por Pim que tanto Miguel Cirera como Pere Molina habían ayudado mucho, pero no podía imaginarme que quedara tan bien.

La primera parte del recorrido comienza con motos antiguas de todo tipo y procedencia, fantásticamente restauradas. No haré un comentario amplio porque sería imposible, pero había cosas tan preciosas como el cuadro de mandos de esta Norton, que si fuera mía no podría conducir por no apartar la vista de ello.


O, por unir muchas pasiones de marca y disciplina, esta otra Norton trialera de cuadro rígido, que impresiona nada más verla.


La parte dedicada a la exposición de moto española, situada en la parte de abajo del Museo, está estructurada como un recorrido histórico, agrupando las máquinas por años y especialidades para poder comparar con sencillez los principales hitos en la evolución de Montesa, Ossa y Bultaco. En ella se podía admirar desde esta Yaya perfectamente restaurada:

Hasta motos que me son mucho más familiares, como una 247 "Tambores Grandes", o una King Scorpion de la segunda serie. Motos para disfrutar con sólo mirarlas.



Terminada la visita nos desplazamos a Can Boix para tener nuestra comida de hermandad. Este año los mesetarios no teníamos opción a compartirala con Pere Molina y el resto de amigos, con lo que trasladamos la celebración al día previo. Delicioso el menú y estupenda la compañía. Allí estuvimos John, Ramón Valls, Nacho Bartlett, Xavi Corral, y los tres desplazados de la zona centro, disfrutando del paisaje, la comida y la compañía. Mención especial merece el Costers del Segre con que Ramón nos obsequió. Castell del Remei Gotim Bru 2007 para quien quiera probarlo. Espectacular.

Pero el día no había acabado. Al volver a Tona pasamos a ver el recinto del Balneario Codina, donde se celebra la reunión del 12, y allí nos ofreció Pim Terricabras que subiéramos a su casa para ver cómo había quedado su nuevo taller. Un placer inesperado que incluyó verle arrancar un precioso Citroen 5 CV que suena como si lo hubieran comprado ayer. Incluso tiene la ITV pasada. En la foto, José María, Alfonso y Pim sonríen escuchando el sonido del coche ... tras haberlo arrancado a manivela.


Desde allí nos bajamos a Tona a cenar unas tapas, y al día siguiente nos vestimos de guerra para hacer las zonas de amarillos y dar una vuelta con los amigos. Y como pasa siempre, más buena gente que te encuentras, y más deseas que el día tenga 72 horas para poderlo aprovechar. Desde Pep Itchart y su mujer hasta Piru4RT (en la foto de abajo probando mi 247 con José María y Alfonso), pasando por Peptrial, amigos del foro de La Maneta, conocidos del motoclub Impala, Miquel Cirera, la familia Valls casi al completo ... toda una lástima no poder detener el tiempo para saborearlo como merece.

Este año incluso tuve la suerte de compartir un rato agradable de charla con el Doctor Francesc Terricabras, padre de Pim y abuelo de trialeros, que me contó historias de su época de piloto oficial de la agencia Portús. Recordaré siempre la impresión que me produjo verlo en 2.006 con su 247. Desde ese momento quise una moto como la suya, y ha sido un verdadero placer compartir moto y charla con un hombre tan especial como él.


Así que cansados, pero encantados, poco antes de las dos de la tarde nos pusimos en marcha con destino a Madrid de nuevo. Tres Montesas en el remolque, un montón de bultos, y un coche que decide que es el momento de proporcionar a nuestros nietos otra historia del abuelo. A pocos kilómetros de Zaragoza, José María nota un bajón de rendimiento y la aguja de la temperatura se dispara. Rapidamente ponemos calefacción, ralentizamos la marcha y nos paramos en el arcén.

En una primera inspección, da la sensación de que el coche está seco. Pero al ponerle agua se monta una humareda como la de aquellos programas de Valerio Lazarov. Hacemos cinco kilómetros más hasta el área de servicio de Alfajarín y allí nos ponemos a revisar más a fondo. Por hacer el cuento corto, una pieza de plástico que distribuye los flujos de agua del motor se había partido. Desmontamos e intentamos reparar con cinta americana. No funciona. Nuevo desmontaje e intento de reparación con Superglue. Queda pegado pero tiene una fisura y vuelve a salir a borbotones. Desmontaje más radical e intento de sellado por el exterior con pegamento de dos componente. Tampoco funciona.

Acabamos llegando a casa más allá de las 2 de la madrugada, con las manos llenas de cortes, la espalda doblada ... y muertos de risa recordando al "marciano" que no paraba de hacernos observaciones peregrinas y preguntas absurdas sobre las tres motos del remolque mientras reparábamos el coche. Nunca sabrá lo cerca que puedo estar de que alguien le diera en la mollera con una llave fija. Pero viendo la foto, vale la pena mirar como seguíamos sonriendo pese a todo.

Y es que una Montesa-da en buena compañía es una experiencia que todo el mundo debería pasar al menos una vez en la vida. Por eso estamos pensando en cómo plantear la de 2.010. Es el décimo aniversario y no nos la podemos perder.



10 comentarios:

  1. Me he reído con el relato de vuestra desgracia y de la descripción del ”marciano”.. un abrazo.
    El año próximo más.. y estamos preparando algo que este bien para los niños, ¿viste cuantos había con cota 25?...

    Un fuerte abrazo!!

    Pep

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  2. El marciano impresiona sólo con mirarlo. Pero si lo escuchas, alucinas del todo, camarada. Un ser de otra galaxia.

    Una delicia la Montesa-da y un placer saludar a la familia Itchart.

    Un abrazo fuerte

    Julián

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  3. Lo bueno si breve...

    Has resumido bastante bien el fin de semana. A ver cómo lo cuento yo sin que quede reiterativo.

    Por matizar, quien reparó e hizo todo el esfuerzo fuiste tú. Con más tiempo y medios habríamos podido llegar a Madrid sin duda alguna.

    Es lo que tiene ser un manitas con talento.

    Gracias por todo.

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  4. Hubiera preferido meterle mano a la nueva TG, esa si que me hace una ilusión grande.

    Creo que la vamos a disfrutar. :-)

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  5. ¿Estás seguro de que tu montesa-da no ha durado más de 72 horas?
    Un abrazo.

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  6. Mi Montesa-da viene durando 46 años, Jaume. Es parte de toda mi vida.

    :-)

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  7. Y los que nos quedan !!!
    Toda la vida he "sufrido" de montesitis, pero ahora es cuando la estoy disfrutando más...he contagiado a mis hijos y no hay cura conocida, solo algun remedio paliativo tipo Montesa-da, Impalada...

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  8. ¡Menudo fin de semana os pasasteis!
    ¡Y rodeados de Montesas!

    Que envidia, excepto la experiencia del "Marciano".

    A ver si al año que viene me apunto.

    Un abrazo.

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  9. Pues no te creas, que el marciano también tenía su puntito.

    Bromas aparte, merece la pena que te pases por allí alguna vez, Nacho. Es un espectáculo.

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Como diría Juan Ramón Jiménez, mi troll es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva huesos.

Probablemente no tiene huesos y por eso insulta bajo seudónimo. Pero además de cobarde es tan coñazo que he decidido que sólo me moleste a mi. De tal modo que a partir de ahora me quedo con la exclusiva de leer sus bobadas. Disculpadme el resto que os haga pasar por la "moderación" de vuestros comentarios.