martes, marzo 22, 2022

Un arranque mal montado, 16 años después ...

Si estáis siguiendo el proceso de vuelta a la vida de la King Scorpion de Carlos, que retomamos muuuuchos años después de iniciado, el domingo pasado dejamos la moto con la instalación eléctrica pendiente de repaso. Se trataba de sanearla en la mayor medida posible, para ver si nos atrevíamos a ponerla en marcha.


De hecho, empezamos la tarea el fin de semana pasado, con el cambio de fundas en todo el cableado del conmutador y el faro, pero nos faltaba bastante trabajo, que había que concluir reconstruyendo algunas partes del sistema que no estaban presentes. Porque la moto llegó de Estados Unidos en estado de "proyecto", con casi todas las piezas necesarias para montarla y ponerla en marcha, pero con algunas cosas que faltaban y otras que estaban en mal estado.

El caso es que, con la crimpadora por fin en la mano, el esquema eléctrico coloreado que nos llevamos, y la inapreciable ayuda de mi propia King a la que sacamos de su letargo para comprobar algunas cosas, no fue demasiado difícil reconstruir el esquema. No montamos faro y piloto, porque hay que pintarlos bien, ni tampoco una batería que no llegó a tiempo, pero sí quedó en estado de comprobar si estaba operativa. De hecho, la conversación en el coche, camino de la Estepa, giró en torno a las dos dudas que nos agobiaban: no sabíamos si el volante magnético estaba bien, ni teníamos seguridad de que el contacto estuviera en posición de arranque, cosa importante al carecer de llave para accionarlo.


Terminada la reconstrucción parcial, bujía fuera y un par de movimientos rápidos de la palanca fueron suficientes para llevarnos la (única) alegría del día: teníamos chispa. Así que rellenamos el depósito de gasolina de pruebas con una mezcla al 4% para esos primeros minutos de vuelta a la vida, pusimos la bujía y dimos dos patadas. Que no es un modo de hablar: fueron exactamente ése número porque a la tercera notamos una resistencia inusual en el pedal y empezamos a buscar la causa.

La primera opción a considerar es la clásica en las Montesa más antiguas que tienen su palanca de cambio a la derecha: "¿habré metido una marcha sin querer al dar la patada?". Pero comprobado que estaba en punto muerto, empezamos a valorar otras alternativas. Y una de las cosas más rápidas que se podían hacer era sacar la culata para comprobar si había algo extraño en el cilindro o el tren alternativo. La operación es tan sencilla como retirar los dos tornillos M6 que fijan el cuerpo del escape al chasis, y la rosca que fija el codo al cilindro; a partir de ahí, una tubo de 17 y te quedas con la culata en la mano en no más de cinco minutos.

 

Y con ello puedes empezar de nuevo a mover el pedal de arranque con cuidado, a ver qué te encuentras. El resultado lo podéis ver aquí:


En determinados momentos del desplazamiento, el pistón se frena de una forma extraña. Así que lo más sensato era irse a comer y cargar el coche mientras pensábamos en el plan de ataque más conveniente, asumiendo que nos íbamos a pringar hasta las trancas de SAE 10W30 y SAE 90 si tocaba abrir el cárter en canal.

Justo a la vuelta, y algo reconfortados por la comida caliente, porque el frío y gris día tampoco acompañaba demasiado al espíritu, pusimos en marcha el plan te ataque: comenzar con la parte derecha del motor viendo si el problema tenía que ver con el muelle, la palanca o algún rozamiento extraño, para a partir de ahí plantearse mirar la primaria o abrir los cárteres centrales. Y la cosa empezó tal que así:


... para darnos cuenta muy rápido de que estábamos en el peor de los escenarios posibles: el eje que gobierna el mecanismo de arranque tiene una holgura brutal y se viene hacia fuera con sólo tirar de él a mano:


Una faena bien gorda, porque sólo desde el interior del cárter podremos solucionar el problema. Así que la decisión estaba tomada directamente: tocaba tirar de extractores y empezar a retirar cosas para sacar el motor de su sitio. Afortunadamente, sigo contando con toda la herramienta oficial que sacamos de Iniesta en su momento:



... que tiene una calidad por completo incomparable con lo que se puede comprar ahora. Acero de una calidad excelente, del que puedes abusar tanto como desees, sabiendo que no vas a romper nada, te pongas como te pongas. Y si le aplicas una pistola neumática, sigues sonriendo al recordar lo que has sufrido en tu vida para hacer la misma operación sin medios.


De tal modo que, en pocos minutos, cilindro, piñón de salida y volante magnético van fuera, y el motor al soporte especial para poder trabajar con él en la posición que uno desee. Otra joya, producto del buen hacer de los amigos del Moto Club Impala, que te saca de mil apuros distintos.



Y una vez allí, la liturgia de siempre, que comenzó por retirar la primaria ...

 
... sin olvidarse de tomar buena nota gráfica de la posición de la excéntrica del selector ...


... aunque vamos a intentar desarmar el cárter sin retirarlo porque estrictamente no debe ser necesario, y ahorraremos pasos al montar. Creo que podemos sacar el semicárter central izquierdo con el selector y su eje en posición para acceder a la piñonería del cambio y el mecanismo de arranque, que os reproduzco aquí:


Tengo la duda de si el causante de nuestras desdichas es el anillo elástico 0098.117 que el mecánico no debió cambiar antes de cerrar el motor, o si la arandela 0265.115 (procedente de la Impala) se ha sustituido por una de menor grosor. Tampoco estoy seguro de sobre qué piñón libre del cambio actúa el piñón del arranque (3465.117T). Pero lo que sí sé es que no vamos a asumir el riego de intentar arrancar la moto con estas piezas bailando libremente por el interior.

Para los que seáis asiduos de estas páginas, es una historia no tan distinta de la que vivimos José María y yo en el prólogo de la Impalada 2012 con mi Impala Turismo, que podéis leer aquí. En aquel momento, lo solucionamos en una sola mañana. A ver si el próximo día somos capaces de dejar el motor cerrado y en orden ... que no sé si montado, porque hay un par de cosas que hacerle a la moto, que serían más sencillas con el motor fuera. Pero eso será objeto de otra crónica, a poco que Dios nos dé salud y tiempo.

2 comentarios:

  1. Dada mi incapacidad para abrir y cerrar un motor, ni que sea de un botijo, Lo que mas me provoca del relato es la comida caliente para reponer energías . Creo que ahí si os podría dar todo el soporte que preciseis para el buen fin de la "intervención quirúrgica".

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  2. Pues no te creas que hay muchas opciones para comer por allí. Acabamos con un par de embutidos a la brasa y unas rabas. Lo que sí tenían era una crema catalana bastante aceptable como postre.
    A ver si el fin de semana que viene coneguimos darle un empujón grande, que no es tanto lo que falta por hacer.

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Como diría Juan Ramón Jiménez, mi troll es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva huesos.

Probablemente no tiene huesos y por eso insulta bajo seudónimo. Pero además de cobarde es tan coñazo que he decidido que sólo me moleste a mi. De tal modo que a partir de ahora me quedo con la exclusiva de leer sus bobadas. Disculpadme el resto que os haga pasar por la "moderación" de vuestros comentarios.