jueves, octubre 13, 2011

Montesa-da 2011

Las motos son personas, como casi todo en la vida. Incluso si hablas de una tan especial como la Montesa Impala, sigue siendo un montón de objetos metálicos que sólo alcanza un sentido cuando la rodeas de la gente adecuada. Gente como la de esta foto, con la que tuve la suerte de compartir la Montesa-da 2.011, con la que llevo muchos kilómetros en el cuerpo, y con la que espero hacer muchos más.

Y no es metáfora. Cada una de las asistencias a Tona (y van cinco si mi memoria no falla) suponen unos 1.300 kilómetros; la mayoría de ellos hechos en un coche con un remolque, a deshoras y con mucho cansancio en el cuerpo. Pero cada uno de esos kilómetros tienen sentido cuando los haces para compartir un día intenso con personas como éstas.


Ellos son, de izquierda a derecha: Xavi Arenas, Jorge y Nacho Bartlett, Ramón Valls, servidor, Pep Itchart, José María Domínguez, su primo Jaume Domínguez, Rafa Estropá y John Haberbosch. Casi nada al aparato, que diría el clásico. Faltan los hijos de Pep y Xavi que después de no cenar se fueron a hacer trialsin por el parking del hotel Aloha, que es el escenario de la imagen.

Otro ejemplo de cómo pueden liarse las cosas sin que nadie en particular lo pretenda: el primer año que acudimos juntos a la Montesada José María y yo cenamos un "Arroz amb ceps" que nos supo a gloria, el segundo repetimos menú llamando agobiados desde el coche al hotel para que no cerraran la cocina, y desde entonces, ése plato se se había convertido para nosotros en una pequeña tradición. Y tanto debemos haber dado la lata con el menú, que este año se vino a cenar y a dormir al Aloha toda una colección de amigos que, afortunadamente, lo encontraron tan rico como nosotros. Debe ser que no sólo era cuestión del cariño con que nos tratan en el Hotel ... aunque para quien haya reparado en los especialísimos manteles sobre los cuales cenamos, no con cosa del establecimiento, sino de Pep, que es incapaz de estarse sin hacer nada, y aporta siempre el toque de elegancia montesista que le caracteriza.

De lo que no hice fotos fue del mercado persa que habíamos organizado un rato antes en el parking. Uno le llevaba un piñón de cigüeñal a otro, el otro le pasaba un carburador a un tercero, un cuarto recibía un encendido para rebobinar ... todo un lío para quien no conozca el contexto, que podría haber concluido que estábamos pasándonos alguna sustancia estupefaciente. Que, ahora que lo pienso, puede que fuera exactamente lo que estaba sucediendo: uno puede doparse con un Bing del 38 en lugar de con polvitos blancos. Sale más barato y es muchísimo más sano.

Aunque, sin duda alguna, el más estupefaciente de todos los objetos fue el que dejamos en manos de Ramón: la auténtica y genuina "Cota 247 Cojones Grandes" que abandona mi vida y pasa a la suya. Él será el encargado de consumir las (pocas) tóricas de 7x1,5 que yo haya dejado en el mercado. Le deseo suerte, que la va a necesitar. Abajo la tenemos en la exposición del evento, con la preciosa placa personalizada regalo de Jaume Casadesús. Que se sepa, la casa de Pep (donde la guardamos ayer momentáneamente) no ha ardido todavía. Pero antes de salir de mi vida se ha despedido rompiéndole una maneta a mi Impala y casi perforando la tapa del embrague con la estribera. Hija de la gran chingada, que dirían en México.

Siguiendo el orden las fotos, la siguiente instantánea está tomada a pocos kilómetros de Tona, y marca otro de los hitos del fin de semana: la preciosa Impala Sport 250 USA de Rafa, unos minutos después de que su ángel de la guarda se ganara el sueldo por segunda vez en quince días. Si reparáis en el estado del escape, entenderéis mejor por qué el coche de la foto siguiente debió ser recogido por una grúa.



Aquí dejo una foto de detalle de lo que puede pasarle a un tubo Sport Rally cuando se le pone por encima un Ford Fiesta.

Afortunadamente el piloto sólo tuvo un pequeño corte en un dedo y nada más.

Desde ahí volvimos al lugar de la fiesta donde estuvimos viendo a Pim Terricabras entregar los premios del año, a los pilotos del Team Montesa en acción, y seguimos charlando con el montón de amigos que andaban por allí. Risas con Eugeni Tiana, que ha sido rebautizado como "el pointer de las clásicas", charla agradable con Fernando Piris, bromas con un Pere Molina que cada año trabaja más, fotos con Fransisquet, recogida de un buen detalle de Miquel Cirera ... en fin, un poco de todo en ese revoltijo grande de buena gente que peregrina a Tona cada 12 de Octubre.

Y quedaba día por delante, porque cuando entrábamos a despedirnos de la familia Terricabras, el patriarca D. Francesc nos presentó a Pere Pí que nos estuvo hablando de un libro que está escribiendo donde cuenta en primera persona algunas de esas historias que nos encantan a los aficionados y que constituyen la entretenidísima "cara B" de la historia leída en las revistas de la época.

Para los que no lo conozcáis, Pedro (o Pere) Pí es muchísimas cosas (fundador de Monty, inventor del trialsin ...) pero ocupa un lugar especialísimo en el olimpo montesista como campeón de España de muchas modalidades motociclistas y padre de la Cota 247. Es el señor del pantalón blanco y la gorra que aparece en los primeros folletos de esas motos, y quien las desarrolló. Un trozo de historia viva de la marca con una estupenda memoria y mucho por contar.

Por lo que nos explicó, una de las curiosidades que cuenta fue la génesis del manillar de la 247, que a la larga fue tan exitoso que se vendió durante años a muchos fabricantes para otras trialeras. Pues bien, resulta que cuando Pere Pi recibe de Pere Permanyer el encargo de fichar a un prometedor piloto llamado Don Smith (justo, ése que aparece siempre fumando sobre la moto), lo ponen a probar la Cota y le preguntan que cómo la ve. Y Smith dice que la moto le encanta (ganó con ella el campeonato de Europa cuando no había mundial), pero que el manillar es un horror. A lo que Pí contesta que sin problema, y que lo arreglan sobre la marcha. Dicho y hecho: autógena al canto y dos horas después de retorcer hierros nacía el manillar de la 247 que aún hoy se sigue copiando para equipar a muchas motos de esa época.

Más fotos, en este caso de la salida: José María y servidora con Fernando Piris, montesista de vocación tardía. Su mujer, Lourdes, que nos hizo la foto y nos echó toda la paciencia del mundo, también se le adelantó en eso porque tuvo una Mini Montesa cuando era joven.


Y de ahí salimos para el restaurante donde aún faltaba la comida con los amigos del Moto Club Impala. Menos mal que Jaume le echó paciencia guiándonos porque hubiera sido una lástima perdérsela. Como lo fue no haber pillado con la cámara a Xavi Arenas con la Monty de su hijo levantando la rueda trasera. Estupendo el rato con Toni López, como siempre. Debe ser el único ser humano en el mundo al que le gustan más las King Scorpion que a mi mismo, aunque en esta ocasión se acercó con una Crono 125 impecable. Y tampoco tengo fotos. Aunque la última es preciosa:



Panorámica desde la guarida de Pep, donde metimos el chasis de la 24H en mi coche, dejamos la Tambores Grandes y disfrutamos un poco más de todas esas carreteras que hizo Montesa por allí para que los aficionados de la marca pudieran disfrutar de sus Impalas.

Como todos los años, un par de días intensos. Como todos los años, muy cansados. Como todos los años, esperando que el siguiente sea posible volver.

Muchas gracias a todos. Hacéis de esto una experiencia que vale la pena.

12 comentarios:

  1. Julián al final no subí a Tona, mi mujer me dio plantón pues queria playa i como me dió pereza subir solo cogí el remolque, mi cuñado y nos fuimos a una marxa btt. lo sé, no es digno de un Montesista como pero me lo pusieron tan bién que no pude/supe decir que no.

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  2. Te van a quitar el carnet, Víctor. :-)

    Te perdiste un día maravilloso. No sé lo que tardaremos en volver a ver uno igual. La única pena fue no poder acabar el recorrido previsto, pero el destino tiene esas cosas, compañero.

    Seguro que nos vemos pronto. La Impalada, a más tardar.

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  3. Creo que tardaréis exactamente un año en vivir uno que será como mínimo igual de maravilloso que ayer, pero algo menos para acompañarnos en la impalada del 50 aniversario que si que va a ser algo realmente especial.
    Nada que añadir a crónica. Has expresado exactamente las sensaciones que también vivimos el resto de los que te acompañan en la foto del Aloha.
    Creo que lo mejor que tienen las Montesas es que unen a personas muy especiales.
    Ayer por la noche, después de descargar las motos y vaciar el maletero me senté en la terraza a comentar la jornada con Verónica y durante una hora estuvimos hablando de lo bien que se lo pasó toda la familia durante la Montesada y durante la comida en el Gurri-Xic.

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  4. En esa Impalada a más tardar, con la amenaza implícita que conlleva de faena para moi, espero que nos veamos de nuevo, sino antes.
    Un gustazo volverte a ver, compañero.

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  5. El 50 aniversario no me lo pierdo ni en broma, Jaume. Aunque me iría fenomenal saber la fecha con algo de antelación para organizarme. Los kilómetros son muchos y esta vez no puedo "engañar" a mi santa trayéndola en avión porque querría hacerla en mi Impala.

    Agradable tu mujer y graciosos los niños. Paula es caso aparte. Creo que hace contigo lo que mi mujer dice que hace mi hija mayor conmigo. Que no es verdad, pero lo dice.

    :-)

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  6. Me gustó más tu chica que la Ducati, Agustí. No te lo tomes a mal.

    En Jarama asumo que no te veo, pero lo de la Impalada es punto de no retorno. No lo diré más, pero una falta no te la perdonaría. ;-)

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  7. Si Agustí...Yo recuerdo haber leido una "Montesada o castración", y creo que te salvaste del cambio en tu voz porque aunque sin la impala, viniste a Tona...fué un placer saludarte !
    Hay tiempo de sobras, la impalada será a mediados del mes de Junio, y en cuanto tengamos fecha definitiva, descuida Julián que te aviso.
    Agustí en cambio no tiene tanto tiempo para poner a punto la impala...unas curvitas y desayuno un Sábado de éstos sería muy conveniente y "of course" apetecible.

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  8. Vaya par de dos... A esa Impala le voy a dar fuertemente!!!

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  9. Mi mujer también dice que Paula hace conmigo lo mismo que creo que te dice a ti la tuya y también creo que se equivoca... ;-)

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  10. Igual se puede contar mejor pero no se me ocurre cómo.

    La Impala de cuatro tiempos de Agustí era muy rara. Quizá era una serie limitada para Italia, no sé.

    Qué bien lo he pasado.

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  11. La única pena es que me quedan mil cosas por contar. Fíjate que no hay una sola mención a mi moto, ni a las cabronadas que hizo la TG en el viaje, ni al viaje como tal, ni al almacén de las arandelas ... ni casi a la comida, ni a muchísimas otras cosas.

    Son 24 horas aprovechadísimas. Intensidad total.

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Como diría Juan Ramón Jiménez, mi troll es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva huesos.

Probablemente no tiene huesos y por eso insulta bajo seudónimo. Pero además de cobarde es tan coñazo que he decidido que sólo me moleste a mi. De tal modo que a partir de ahora me quedo con la exclusiva de leer sus bobadas. Disculpadme el resto que os haga pasar por la "moderación" de vuestros comentarios.