lunes, julio 25, 2011

Limpieza del interior de horquillas

Como corresponde a un fin de semana disperso, en lugar de hacer una sola cosa compleja, me he dedicado a mil pijadillas tontas que requerían menos intensidad de atención. La resaca del domingo y el calor del lunes no daban para mucho más.

Pero como Fernando insiste en que contemos los "trucos" para que no se pierdan, aquí van un par de tonterías asociadas a la limpieza de las horquillas, aprovechando que una de las pequeñas cosas que hice fue dejar reluciente internamente una horquilla de King Scorpion primera serie que irá algún día en la King "b", a la que también instalé las tijas y las bolas de la dirección.

El punto más complicado de la limpieza es el de las botellas. Son recipientes largos y estrechos donde la suciedad se acumula y no siempre resulta sencilla de sacar. En mi caso acudo esencialmente a dos trucos. El primero es emplear un limpiador de biberones suficientemente largo, bien empapado en Fairy, tal como se ve en la foto de abajo:


Con eso sale bastante rápido la mayor parte del aceite reseco que pueda quedar en la parte inferior de las botellas. Pero a veces no es suficiente y se impone un final algo más enérgico. En ese caso, recurro a lo que se puede ver en la fotografía número 2:


... es decir, un montaje de varios prolongadores de llave de carraca que den en conjunto más longitud que profundidad tenga la botella a limpiar. A continuación se pone un vaso que entre lo más justo posible en las botellas (un 24 en mi caso para una botella de 35 mm de diámetro), y se rodea con un trapo de algodón como se ve en la foto siguiente:


Una vez introducido, basta ir girando con suavidad mientras se agarra el trapo. Con eso se seca y se termina de limpiar cualquier residuo que hubiera resistido a la acción del limpiabiberones. En caso extremo, puede mojarse el trapo con algo de disolvente, pero es más raro.

3 comentarios:

  1. Yo lo hago exactamente igual que tu. La única diferencia es que aparqué el cepillo de los biberones por otro mucho más largo (80cm) que encontré hace poco en la ferreteria del pueblo.

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  2. Hasta ahora lo hacía con una varilla larga y trapo, pero me gusta más el cepillo de biberones o el que menciona Jaume. Lo que si que hago para la parte inferior donde se acumula aceite y residuos apelmazados, es introducir por el orificio de fijación de la botella a la barra, un alambre doblado con la punta hacia abajo, que voy girando para limpiar las esquinas interiores de la botella. Vuelvo a tomar nota.

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  3. El cepillo que empleo procede también de ferretería ... aunque lo llamé limpiabiberones por no saber qué nombre darle.

    Lo cierto es que me asombra la cantidad de porquería que se acumula en las partes bajas de las botellas. Y lo incómodo que resulta limpiarlas si no usas algún truco. :-)

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Como diría Juan Ramón Jiménez, mi troll es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva huesos.

Probablemente no tiene huesos y por eso insulta bajo seudónimo. Pero además de cobarde es tan coñazo que he decidido que sólo me moleste a mi. De tal modo que a partir de ahora me quedo con la exclusiva de leer sus bobadas. Disculpadme el resto que os haga pasar por la "moderación" de vuestros comentarios.