No creo que la Sierra de Madrid haya visto esta mañana una sonrisa más grande que la que servidor se ha llevado puesta del entrenamiento social de Trialmadrid.
Pocas veces tanta buena gente junta, pocas veces tanta moto clásica de verdad, y nunca un sistema tan agradable de pasar una mañana de trial. Porque nos hemos metido en el cuerpo 18 zonas de vellón una detrás de otra, como si se tratara de una carrera. Pero con varias diferencias: no había jueces ni picas, sino que íbamos por parejas y cada uno se responsabilizaba de la tarjeta de su compañero. Tampoco era necesario dar las tres vueltas en orden, sino que bastaba completar tres pasadas en cada zona.
El resultado ha sido uno de los mejores ratos de trial en este año que cerramos. Más aún porque esta mañana ha sido el bautizo de fuego "de verdad" de la 247 de John. La podéis ver en la primera foto con Alfonso Sánchez-Eguíbar a los mandos.
La moto ha ido absolutamente de coña. Espectacular. El motor mantiene el ralentí como el día que la sacaron de Esplugas hace 40 años, el freno delantero es la cosa más suave y potente que yo haya probado en una clásica, y el chasis es noble y fácil de llevar. Parece mentira lo que pueden cambiar las cosas sólo por dos dientes de un piñón de salida. Desde que quité el 11 y puse el 9, la moto es otra cosa completamente diferente.
El único problema a efectos de blog es que estuve tan entusiasmado con la moto que no he hecho prácticamente ninguna foto. Y las hubo buenas, porque en algún momento estuvo Togno metido en zona sobre mi Tambores Grandes a la par que yo lo hacía sobre su Sammy Miller. Debió terminar el trial con la tercera parte de puntos que un servidor ... lo que demuestra que en este deporte el piloto lo es todo. Porque a su moto le queda mucho trabajo por delante hasta que quede como a él le gusta llevarlas.
De las poquísimas fotos del día, la que hice a modo de "despedida y cierre" tiene otra protagonista importante: la BSA de José María que por una vez no estuvo como única inglesa del lugar. Hoy han estado la Royal Enfield de Bertrán, la Triumph 500 bicilíndrica de Enrique Echezarreta, una Motobecane 200 de 4 tiempos preciosísima, y alguna que otra moto con muchísimos años a cuestas. Y en las españolas también hubo variedad ... porque si no es normal ver una Sammy Miller al lado de una 247 MkI, lo es aún menos que eso se produzca encontrándose con dos Mick Andrews 250 en el paddock, o con una Ossa Naranja 250 como trajo Chema Carrión. Pero es que el plantel sigue porque tambien tuvimos por allí a la Sherpa de Lallorea (algún día tengo que ponerle ésa moto a punto al bueno de Juan) y la Ulf Karlsson de Corsino, que se estrenaba entre cintas, también con buenas sensaciones pese a que la prioridad eran hoy Alejandra y Sabina con sus Clipics. Las 348 de Pigneira y Julio cerraban un plantel espectacular. En realidad, desde el punto de vista de moto, de los días más "clásicos" que recuerdo ... y eso que el entrenamiento estaba abierto a modernas. Alguien comentó en la comida entre risas que ... "toda la directiva de Trialmadrid por amarillos y con clásica" ... pero no es cierto al 100% porque Carlos Zorzo se vino con la Sherco en lugar de su Ossa de siempre.
El caso es que la BSA a la que José María llama cariñosamente "la abuela" se ha portado razonablemente ... aunque sólo hasta que el motor ha tomado temperatura y el Amal ha forzado dos o tres caladas estúpidas en zonas que iban bien encarriladas. Una auténtica faena, pero la 330 no era una opción porque todavía no hemos terminado de poner el Mikuni en orden. Además, como su sobrino Álvaro nos hizo de mochilero, era mejor moto para él que la BSA.
En fin, que un día maravilloso en compañía de todos los amigos de Trialmadrid. Y que a falta de que algún alma caritativa me dé una foto de mí mismo montando, cierro con esta preciosidad que lleva en su portanúmeros las pegatinas de Trialmadrid, Motocat y Montesaweb. Ahí es nada. O como diría José María ... "qué gran moto si tuviera un buen piloto".
Edito, por cortesía de Juanito Lallorea que las tomó, y de Chema Carrión que me las ha pasado. Tres fotos en secuencia de un giro clásico con la 247. Se trata de una subida muy obligada, con piedra suelta en cantidad y poco margen para errores de trazada porque vas muy fijo en una sola trazada todo el rato. Es complicada de juzgar como todas las fotos de trial, pero la primera toma (que viene precedida de un giro anterior) es un giro a izquierda sobre tierra y piedra suelta, que cierra un poco más de lo que se puede ver en esta instantánea:
La siguiente es de un giro muy forzado a derechas hecho ... ¡¡con la rueda en el aire en una moto del año 1969!! y por un manazas como el que suscribe. La nobleza del chasis queda en evidencia completa al mirar la foto de Juan, que está tomada en el instante exacto:
Y tras salir vivo del giro anterior, viene uno a izquierda en subida muy comprometido para la rueda directriz y donde el juego de pesos y la tracción son críticos. Esta zona la hicimos muy similar en un trial de campeonato de Madrid, y con la 349 no conseguí bajar de tres puntos. Hoy la he hecho con un dos en una de las ocasiones, y creo que es factible a cero con algo más de práctica.
La verdad es que la moto tiene un potencial fantástico. Estoy loco por meterle mano al freno trasero, porque su brusquedad es lo único que hoy me ha dado lata. Seguro que se puede dar más progresividad con un buen rebaje.
domingo, diciembre 28, 2008
Entrenamiento Trialmadrid 28 de Diciembre 2008
Etiquetas:
Cota 247 Mk I,
trial
4 comentarios:
Como diría Juan Ramón Jiménez, mi troll es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva huesos.
Probablemente no tiene huesos y por eso insulta bajo seudónimo. Pero además de cobarde es tan coñazo que he decidido que sólo me moleste a mi. De tal modo que a partir de ahora me quedo con la exclusiva de leer sus bobadas. Disculpadme el resto que os haga pasar por la "moderación" de vuestros comentarios.
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Enhorabuena Julián por tu entrada en el blog. Efectivamente cuando probé tu moto puede constatar que va muy bien. Me da la sensación (justo al contrario que la mía) que la moto va realmente cerca de su mejor estado en estos momentos. Es algo similar a lo que le pasa a las sherpas Kit que salvo honrosas excepciones van tremendamente bien sin hacerles casi nada. El caso de mi Sammy como bien dices es distinto. Me permito comentar aquí lo que ya te dije el otro día de forma privada y es que cuando bajé de la Sammy y subí en tu moto tuve una sensación parecida a cuando estás subido en una atracción de esas de feria y tocas tierra. Te mareas de estabilidad. Pues eso. Enhorabuena!!!!!!
ResponderEliminarChemix tiene la teoría de que determinados modelos salieron "redondos", y creo recordar que tanto la 247 MkI como la Sherpa kit están en su lista. Por supuesto la Mick Andrews también estaba, creo que por ganar los SSDT y el Campeonato de un mismo año.
ResponderEliminarSepa Dios si tiene razón, pero lo cierto es que esa moto tiene algo indefinible que te hace sentir bien desde que la arrancas.
¿Equilibrio?
Suerte con la Sammy. Y para cualquier cosa en que pueda ayudar, ya sabes.
Todo un privilegio disfrutar de esa fantástica moto. Parece que has hecho las modificaciones adecuadas y ahora va mejor que muchas (incluyendo a las de los buenos trialeros y mejores personas).
ResponderEliminarLas motos se calan cuando el piloto no las sabe llevar. El rebozo fue, lisa y llanamente, merecido. Sí que es cierto que con la 330 habría perdido por diez puntos en lugar de catorce.
En fin, sólo dos cosas: Enhorabuena por esa maravilla y que Zaragoza no se rinde. Prepárate para el día 11 de enero, si es que tengo moto.
¿Te atreves a llevar a Tron para que sufra la "interzona"?.
Rebozar es poner al pescado harina y huevo antes de freirlo. Para ninguna otra cosa me gusta esa palabra.
ResponderEliminarY cruzo los dedos para que llegue la chimenea del Mikuni antes de la carrera. Pero tienes alternativas, si las quieres, a la habitual. Tanto mi propia 330 como la 349 estarán felices de servirte de montura por un día.
Vamos hablando, camarada.