martes, mayo 16, 2006

Grupo Suspensión Trasera Modif - II


Llevaba mucho tiempo sin escribir, pero es que a veces la vida real interfiere con estas cosas. Y la verdad es que no tenía demasiado ánimo entre unas cosas y otras.

Sea como fuere, volvemos a la King, que para eso está. Es la mejor terapia posible.

Y entrando con la suspensión trasera, hay algunas cosas curiosas a comentar. Y lamento hacerlo arrancando desde la modificación 2, pero no tengo nada más reciente.

La primera, que tiene un sistema de engrase para la cadena consistente en que el brazo derecho del basculante hace de depósito de aceite, y en la parte trasera de dicho brazo existe un gotero con un tapón que permite regular el ritmo de caída del aceite sobre la cadena. El invento procede de las Cota 247, como podemos deducir de que las piezas que lo integran llevan el prefijo "21." en su código de pieza.

La segunda, que también en esta ocasión hay un popurrí de piezas procedentes de diversos modelos. No sólo es el caso del sistema de engrase que hemos comentado, sino de los tornillos que fijan el basculante al chasis (24.40.032 como corresponde a piezas de origen Texas/Scorpion) o los que sirven para fijar los amortiguadores al chasis (23.65.125 herencia de las LA Cross).

La tercera es que los amortiguadores traseros son unos Telesco de cinco posiciones de precarga de muelle, pero con un capuchón cromado en la parte superior que no sirve para nada más que dar a la moto un look más americano. Son tan parecidos a los que llevaron algunas Sanglas que algunas restauraciones modernas emplean ese tipo de material que incluso puede encontrarse refabricado en la actualidad.

Esos amortiguadores pueden desmontarse con bastante facilidad, e incluso ser reparados. Para ello el único problema es encontrar como recambio el retén interior. A veces se localiza en E-Bay buscando "Telesco seals".

2 comentarios:

  1. Anónimo1:20 p. m.

    Julian, me alegra ver que has retomado las explicaciones en torno a la King, incluso estoy aprendiendo¡ te echaba de menos.

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  2. Pues un millón de gracias, María. Eres bastante culpable de mi vuelta.

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Como diría Juan Ramón Jiménez, mi troll es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva huesos.

Probablemente no tiene huesos y por eso insulta bajo seudónimo. Pero además de cobarde es tan coñazo que he decidido que sólo me moleste a mi. De tal modo que a partir de ahora me quedo con la exclusiva de leer sus bobadas. Disculpadme el resto que os haga pasar por la "moderación" de vuestros comentarios.