jueves, noviembre 10, 2005

Restauración de mi Montesa King Scorpion (I)

Por más pudor que me dé, ya era hora de empezar a contar la historia de la restauración de mi propia moto.
Como he ido contando en artículos anteriores, la moto era de procedencia familiar. Concretamente la había comprado uno de mis tíos a alguien que la consiguió a través de un americano de la base de Rota. Tal vez esa sea la razón por la cual no correspondían demasiado bien la temprana fecha de fabricación (Mayo 1970) y numeración de chasis (34M0061) con una matrícula algo posterior (CA-0077-A). El caso es que años después, la moto llegó a mis manos en un estado extraño, semi transformada a carretera, y como mi presupuesto de estudiante de 18 años no daba para muchas alegrías, así se mantuvo hasta que años después la paré, quedando en un estado similar al de la foto.

Haciendo un examen rápido de la foto, falta su escape (aunque el cuerpo central lo tenía, en un estado lamentable), el manillar original (en la foto monta un tres piezas de carretera), los reflectantes Lucas del manillar, la caja de herramientas va montada para el lado contrario con lo que la cadena "se la comió", y algunos detalles menores. Pero está casi todo lo que es difícil de encontrar en este modelo.


En esta foto de detalle del motor se ven cosas curiosas como parte del conjunto de escape que -incluyendo el silencioso- pertenecen a una Cota 247, o los tapones del cárter con tubos de plástico (cosas de la época, supuestamente para evitar sobrepresiones por calentamiento del aceite). Por supuesto también se ve como el pedal de freno está partido y mal soldado, el cable de freno trasero está roto y no es el suyo, y así sucesivamente.

Aspecto general bastante penoso, y eso teniendo en cuenta que ya se le había dado con una limpiadora a presión. Del estado previo no hay fotos porque ni me atreví a hacerlas. Pensad que la moto estuvo parada en un local comercial lleno de trastos por casi 15 años.

Otra de las partes que pueden ayudaros a tener una idea exacta de la magnitud del desastre que tenía delante es el conjunto de la rueda delantera con su horquilla y llanta. Si se mira con atención, la parte baja de la horquilla tiene incrustada una mezcla de aceite seco, polvo y tiempo que había que quitar. Lo que no había quedado en la parte baja de la horquilla cayó a la llanta, que tiene un color inenarrable, que al menos hacía juego con un conjunto de radios que se hallaban perfectamente podridos a causa del salitre y la humedad de Cádiz.

Por otro lado, el color del aluminio del freno tampoco corresponde con ninguno de los matices que tenemos en la cabeza como propios de tan noble metal. No es que el pulido se hubiera perdido, es que a primera vista era difícil saber incluso si se trataba de aluminio o de cualquier otro metal.

Neumático delantero Pirelli CR de trial, etc, etc. Y eso es "lo que se ve". Lo que no es perceptible en la foto es que una de las barras de la suspensión se había arañado y oxidado, que la suspensión estaba completamente rígida y otra serie de desdichas más que ahora no recuerdo. De hecho, lo peor estaba por llegar ... recordad que aun la moto estaba "en una pieza".

De ahí pasamos a la fase "desmontaje", que será nuestra siguiente historia.

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Como diría Juan Ramón Jiménez, mi troll es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva huesos.

Probablemente no tiene huesos y por eso insulta bajo seudónimo. Pero además de cobarde es tan coñazo que he decidido que sólo me moleste a mi. De tal modo que a partir de ahora me quedo con la exclusiva de leer sus bobadas. Disculpadme el resto que os haga pasar por la "moderación" de vuestros comentarios.