Toda moto requiere un periodo de adaptación a su nuevo hogar. Es como si trajeras un perro nuevo a casa: hasta que no se hace con su sitio, da un poco de guerra. Y eso es lo que está pasando con la Cota 304 que me traje de Barcelona hace unos meses: no termina de aceptar que su hogar ha cambiado, y que le va a tocar salir al campo de vez en cuando a ganarse el sueldo.
Y si debo decir la verdad completa, está demostrando tener unos atributos, que va a dejar en pequeño a la 247 de José María. Pero no pienso rendirme.
La penúltima ha sido el lío que hemos tenido que montar con el encendido. Que empezó con un cambio de platinos porque un buen día decidió no arrancar, y ha terminado con la carnicería que empiezo a contaros ahora. Pero para abrir boca os pongo una foto del estado en que la recogí este sábado en la estepa:
¿A que impresiona?
Si os fijáis bien hay bobinas destrozadas, carretes derretidos y un cigüeñal bastante jorobado. Todo ello gracias a los sucesivos pasos que tuvimos que dar para conseguir sacar el volante magnético, que terminó de aquesta guisa:
Precioso el detalle de que los imanes del volante atrajeran todas las limaduras que se produjeron en el proceso de corte, dado que no hubo forma humana de hacerlo salir de otro modo. Para alegrarme más el bolsillo, el cigüeñal quedó como se ve en la foto:
Para llegar a este destrozo hubo que pasar antes por dos extractores "de los buenos" destrozados. Uno de ellos, además, se rompió estando roscado a fondo en el volante, y con el tornillo en máxima tensión ... tanta tensión que el tornillo se rompió. Así que aprovechamos para soldar el extractor a una viga de hierro (tal cual suena) para poder tirar de ello con un extractor de tractor que daba miedo verlo de cerca. El resultado fue que conseguimos sacar el extractor ... sin una sola hilera de rosca sana en su cuerpo. Liso como el culo de un bebé. Y el volante sin enterarse. Y sin moverse del sitio, por supuesto. Lo mismo sucedió a base de calor dado con un soplete gordo: se siguió partiendo el pecho de risa a nuestra costa y cargándose el segundo extractor bueno. Así que no me quedó más remedio que decirle al herrero del pueblo que agarrase la radial e hiciera lo que pudiese ... cosa que terminó tal como habéis visto arriba. Y con un cigüeñal nuevo y un encendido nuevo. Ahorrando, que es gerundio.
Así que este fin de semana tocaba abrir en canal la 304 para cambiar el cigüeñal. Y resulta que con motores "pequeños" de Montesa tengo mucha menos experiencia que con los grandes. Así que me documenté un poco antes de salir para la Estepa, y el sábado por la mañana le metí mano al invento.
La primera cosa que me llamó la atención (porque no tenía ni idea) es que el eje de arranque va montado sobre una jaula de agujas similar a la de un pie de biela, como puede verse en la foto:
Lo siguiente que me resultó curioso fue un modelo de embrague que es clavadito al de la Cota 330, aunque va cambiado de costado. Y a su lado, un volante de inercia que resultó primo hermano del volante magnético:
Aunque en este caso tenía en casa un extractor de volante de inercia original Montesa procedente de una Cota 348, que impresiona por la solidez. Eso sí ... tuve que acercar el motor con el extractor puesto al taller de mi amigo Jesús Zamora, porque su pistola neumática es más potente que la mía, y finalmente pudo con el extractor cuando yo me veía repitiendo la historia con la radial.
El trabajo, además, se me hizo más incómodo porque mi soporte de motores no vale para el motor pequeño, y tuve que trabajar apoyado en una tabla sobre la mesa de trabajo. Si os toca veros las caras con uno de estos, recordad que -al contrario que en los grandes- el lugar correcto de trabajo es el izquierdo: hay que montar todos los ejes (y las arandelas de reglaje) en ése costado, y no en el derecho.
Una vez retirado el embrague se ve arriba el mecanismo de selección de marchas, cuyo eje atraviesa el cárter desde la izquierda para empujar el peine que hace girar el tambor de selección. Es muy diferente a los derivados del Impala.
También se ve abajo el tren de engranajes que hace actuar el mecanismo de arranque sobre la campana del embrague, cosa que hace posible que se pueda arrancar con una marcha puesta con sólo presionar la maneta. Sólo en la Cota 330 y 335 existe esta posibilidad de entre los motores grandes, y resulta comodísimo cuando te quedas colgado en un paso complicado.
Y abajo el motor "abierto en canal". Se puede ver cómo toda la piñonería queda en el costado izquierdo del motor. El cigüeñal, gracias a Dios, no necesita de calor para entrar o salir, porque no va solidario con los cojinetes. Golpeando con suavidad con la maza de nylon te quedas con él en la mano, mientras que los cojinetes permanecen en su alojamiento en el cárter.
Así las cosas, aproveché para limpiar a fondo el motor, pero no sustituí cojinetes, porque estaban bien y no tenía recambio para todos. Me limité a cerrar cárter central, poner primaria y devolver el motor al chasis. Espero que cuando la ponga en marcha de nuevo no me toque arrepentirme.
Dios mediante, el fin de semana próximo cerraré la primaria, pondré el encendido e intentaré arrancarla, si se deja. Ya os contaré cómo termina la historia.