En este caso, la cosa era en Córdoba. Dos hijos de una de mis hermanas. Así que la cosa no parecía prometer mucho, dado un plan de viaje en que salíamos de Madrid por la noche el viernes con ánimo de seguir para Andalucía el Sábado por la mañana, con la consabida vuelta el domingo después de comer. Sin embargo, el mismo Viernes aparecieron parte de las piezas que estábamos esperando para las dos Cotas: un buen bloque de cincados para la Cota 247 de José María y el chasis pintado de la Cota 49 de mi hija Cecilia. Así que pensé que igual valía la pena hacer un esfuerzo.
Y saqué cuatro horas. Una de 11 a 12 de la noche del viernes, un par de ellas el sábado por la mañana y otra en la tarde del domingo en mitad de la vuelta a Madrid. Con tal nivel de ganas de avanzar, que se han notado mucho. Os cuento después de poneros una foto del estado de la abuela.
Ayer, con las prisas, me salté parte de lo que quería contar, así que edito para pormenorizar la lista de cosas que dio tiempo a hacer a la 247. Que no está mal:
1.- Freno trasero montado, incluyendo buscar po rlas cajas de recambio el pin que conecta el cable con la palanca, que me llevó un rato.
2.- Freno delantero montado. Hubo que buscar un tornillo inoxidable para la leva, que vino del cromo sin el tornillo original.
3.- Cable gas funcionando con suavidad, y haciendo perfectamente el retorno, como le gusta al dueño. Incluyendo el montaje del puño de goma, el puño de gas y la funda, además de adaptar un muelle para que la parte baja del recorrido no toque en el escape.
4.- Manillar puesto con ambas manetas.
5.- Estriberas montadas (aunque provisionalmente porque faltan piezas).
6.- Cambio de tornillos del basculante (llevaba provisionalmente unos míos de King)
7.- Corona trasera montada
8.- Lo mismo con ambas ruedas.
Parece una chorrada, pero esta foto del puño derecho donde se ve el cable, el poster de Montesa al fondo, y los guantes de trabajo sobre el chasis, me encanta. Y da una idea de parte del trabajo que hice, que incluyó el montaje de ambas ruedas y ambos frenos, y del mando de gas.
Al final del sábado, la abuelita salió a la calle por primera vez en mucho tiempo. Aún sin cadena, sin escape y sin embrague, pero con suficiente ánimo como para valerse por sí misma. O casi.
Y como la nieta no podía ser menos, aproveché para ensamblar el motor y el chasis, y ponerle basculante, amortiguadores y alguna cosilla más. Calculo que si tenemos las ruedas el próximo fin de semana, no puede quedar mucho.
Aquí también cundió el tiempo, aunque consumí mucho en pruebas por no tener las fotos del desmontaje. En concreto, los dos tirantes desmontables que soportan el subchasis me dieron guerra porque tardé en darme cuenta de que su parte inferior iba soportada en el eje del basculante y no en el tornillo superior del motor. Es lo que tiene meter mano a una moto desconocida sin tener el manual en el taller.
Aunque en ambos casos, me parece que tendremos que montar un pedido de última hora, con alguna pequeña cosa que se me había pasado: un escudo de Cota 49, una tapa de caja de herramientas, y varias cosas más que harán falta para dejar en orden a la benjamina.
A ver si el fin de semana próximo dejamos a la abuelita en marcha y vamos despejando la lista de espera, que mi taller parece en estos meses la Seguridad Social.