domingo, febrero 06, 2011

Las motos también se pueden usar (y a veces dan más satisfacciones así)



Vuelta a la Estepa en un día precioso de invierno. El objetivo era ambicioso: se trataba de cerrar el motor de la Cota 247 de José María con los nuevos cárteres suministrados por el bueno de John Haberbosch, y terminar el motor "arregladito" de la Impala.

Empezamos con la moto de José María, metiendo los cárteres en el horno para poder meter los cojinetes nuevos. El horno es aquel en que hace años metí un escape para secarle la pintura y mi mujer casi me mata, aunque ahora está en el taller tras haber dado muchos años de servicio en casa. El caso es que puesto a 180 grados en veinte minutos hace que poner cojinetes nuevos sea tan simple como dejarlos caer.

Y hasta ahí las cosas fueron bien. Incluso duraron correctamente un rato más, porque dejamos listos para montar los ejes, los piñones y los rodillos del cambio. El problema surgió al meter el eje de arranque. Como estaba escamado de los problemas previos que habíamos tenido, se me ocurrió "presentar" la tapa exterior del encendido e intentar poner la palanca. El disgusto fue grande: aquello no encajaba ni a tiros. Saqué de un cajón otra tapa pensando que igual la habían cambiado, y mismo resultado: el eje seguía resultando corto para la palanca. Así que se impuso echar un ojo a mi propia Tambores Grandes, para descubrir que el eje de arranque original había sido sustituido por uno más corto. Al llegar a casa confirmamos que, efectivamente, el eje original de la mkI lleva numeración 11M (procedente de Montesa Trial 250), y es diferente del usado en modelos posteriores. Así que tocó dejar aparcado el primer motor a la espera de que John nos mande un eje nuevo, y metimos mano al Impala.

Por alguna razón desconocida, en este motor, el eje primario se obceca en no entrar el cojinete 6204 que debería quedar en el cárter izquierdo. Eso lo sabemos ahora, pero llegar a esta conclusión motivó que hiciéramos tres mil quinientas pruebas hasta conseguir averiguar por qué no cerraba el dichoso motor. Y como ya estábamos bastante hartos, decidimos aplicar la física a tope. Cojinete calentado durante una hora y pico a 180 grados, se mete en el eje que estaba frío, de tal modo que entra hasta su posición. Una vez hecho esto, se enfrían  el cojinete y el eje, se lubrica bien, se le da con el soplete al alojamiento del 6204 en el cárter izquierdo, y a hacer puñetas.

Terminado el cierre del motor Impala "por lo criminal", decidimos que la Cota 200 nos estaba mirando, y que la tarde era una preciosidad para  desaprovecharla cabreados en un taller por falta de piezas. Así que sacamos la 200 y la 330, echamos un poco de gasolina, un par de patadas a cada una, y a la calle. Media hora de moto bastó para convencernos de que nuestra forma física es deleznable, y que si queremos correr Robregordo, más nos vale salir del taller lo antes posible y hartarnos de manillar.

Eso sí ... ¡¡qué agradable es la 200!! La he usado poquísimo, y sigue con el horrible asiento doble con que vino de Italia. Pero creo que es una moto ideal para que mi hijo termine de soltarse esta primavera. A ver si hay oportunidad.

12 comentarios:

  1. Jajaja, muy bueno el título... Sí, hay que cogerlas y darles un garbeo de vez en cuando.
    Aunque en nuestro caso, la mayoría de las veces es para agarrar aún más cabreos. Nunca hubiera dicho que en una moto de circuito pueden fallar tantas cosas...

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  2. Bueno ... una de circuito tiene hasta cuentarevouciones. Es una cosa sofisticada. Pero a una trialera le quitas una pieza y deja de andar. Es más simple que el mecanismo de un chupete.

    ¡¡Y mira que está dando guerra la de José María!! Ni tu Le Mans dio más morcilla que esta bendita Cota. Aunque la culpa no sea suya, sino de la colección de creadores que la mantuvieron antes de que recalara en casa.

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  3. Magnífico día. Lo mejor de las motos, como bien dices, es usarlas. Es curioso lo que pasa a veces, motos a las que les haces poco o ningún caso van estupendas y, en cambio, a otras le entregas tiempo y mucho cariño y ná de ná. Supongo que pasa como con las mujeres.

    Para Robregordo hay que entrenar mucho. Con las MK1 sería una delicia.

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  4. Con las MkI SERÁ una delicia.

    Dios mediante ...

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  5. Por cierto, no he comentado nada del vídeo. Tres cosas:

    -Ese caballito...pa'haberte matao

    -¿Cómo haces lo de los títulos de crédito?.Supongo que será un rollo apps de Apple :-b

    -Lo del parkinson es más bien alergia con picor agudo de nariz.

    Sólo por puntualizar :-)

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  6. Lo de los títulos de crédito, fesstivamente, es iMovie, una aplicación de Apple que cuesta unos eurillos. Pocos. Asín como 50, en un pack con iPhoto y iVarias cosas más que se llama iLife y viene gratis cuando comprar un Mac.

    Lo del caballito es patético, pero a estas edades, para una vez que levanto algo, era un modo de dejar constancia. :-)

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  7. El Domingo me pasó lo mismo que a vosotros...después de pelearme toda la mañana con los "gremlins" de la Rápita, decidí dejarlo (van ganando por paliza), y como lo único que le fallan son los impertinentes, me fuí a dar una vuelta con ella...Que gozada !!! siguen sin funcionar pero yo volví a casa con una gran sonrisa.

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  8. Excuso decirte lo que está haciendo la "Cojones Grandes" (como la llamamos ya) con nosotros. En tu caso, al menos, es electricidad ... algo etéreo y que se puede escabullir, pero en nuestro caso es puro fierro que no hace lo que debe.

    NUNCA he echado más horas a una moto en mi puñetera vida. Nunca. Te juro que duermo mal los sábados en que sé que el domingo toca pelea con ella.

    Si algún día va como debe, voy a respirar como no te imaginas.

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  9. JUAAAAAA !!!...La "Cojones Grandes" !!!...Buenísimo !!!.
    A mi no se me ocurre ningún apodo para la Rápita, pero lo que tengo clarísimo es que JAMAS le pondré gasolina después de medianoche !

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  10. Lo de la gasolina me parece de una prudencia encomiable. El próximo arranque de la Cojones Grandes puede que lo hagamos con ron negro. La duda es si ponerle Coca Cola o no.

    :-)

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  11. Nooooooooooo !!! que se oxidará !!!...Te recomiendo "Matusalén"...buenronsitocubanomiamol !

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  12. El Matusalén es dominicano, mi amol. Era cubano antes de Fidel. Y en Cuba se siguió haciendo hasta hace poco; tan poco que conservo media botella por ahí.

    Pero es demasiado bueno para eso. Le pondremos Capitán Morgan, que es bueno pero más sencillo de encontrar.

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Como diría Juan Ramón Jiménez, mi troll es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva huesos.

Probablemente no tiene huesos y por eso insulta bajo seudónimo. Pero además de cobarde es tan coñazo que he decidido que sólo me moleste a mi. De tal modo que a partir de ahora me quedo con la exclusiva de leer sus bobadas. Disculpadme el resto que os haga pasar por la "moderación" de vuestros comentarios.