sábado, abril 17, 2010

God save the Queen

Día especial en la Estepa. No sé si llega a la categoría de fenómeno planetario en sentido estricto, pero han coincidido dos bicilíndricas inglesas bajo un mismo techo, y no se nos ha caído en la cabeza. Al menos, de momento.

Es decir: hoy han coincidido mi Norton Commando y la Triumph Bonneville de José María, que venía para ver si podíamos arrancarla.

En principio no esperábamos muchos problemas, dado que la moto lleva un encendido electrónico (es el modelo T 140 E que salía en "Oficial y caballero") y se había parado funcionando. Aprovecho para dejar constancia de que es una expresión que me parece estúpida, porque siempre sucede así: no hay modo de parar una moto si antes no funcionaba. Pero retomo el hilo, que me pierdo. El caso es que José María había sacado la batería y la puso a cargar antes, con lo que el único trabajo en principio era el de desmontar ambos carburadores para limpiarlos a conciencia.

Sin embargo, al llegar al taller y abrir el depósito vimos que el olor que salía era verdaderamente lamentable. Gasolina podrida. Con lo que sacamos la que quedaba en el depósito antes de hacer nada. Tampoco fue mucho problema porque alguien había dejado abierto uno de los dos grifos, con lo que el contenido del tanque se había ido yendo por los carburadores poco a poco. No había más que mirar la pringue que tenía el motor para darse cuenta de que era así.

El desmontaje de los carburadores no dio especiales problemas: se sacan las dos tapas laterales que van cerradas por un muelle, se retiran dos tuercas que fijan las dos tapas de los dos filtros de aire, y a partir de ahí basta con abrir las bridas de las toberas de admisión para quedarse con los dos carburadores en la mano. En la foto de abajo puede verse la campana del carburador derecho colgando de su cable:


Como son Amal Mk2 similares a los de las Cotas 349 y 330, resultan viejos conocidos, y no nos plantean mayor problema para desmontarlos. Como José María va cada vez más suelto, él se ha encargado de desmontar el carburador derecho mientras yo quitaba de la moto el izquierdo. Aquí se puede ver la cara de concentración con que mi apañero recuerda su infancia y las tardes de invierno jugando con el Lego:


Fuera de bromas, José María ha pasado a ser una ayuda importante en el poco tiempo que lleva de prácticas con sus motos. Con el poco tiempo que teníamos hoy, no sé si hubiera podido de no haber estado él.

Mientras desmontamos, limpiamos y montamos los dos Amal, dejamos la batería en carga porque al llegar de Madrid la moto no tenía energía para que la bocina sonara mínimamente. Mal asunto porque el electrónico de estas motos necesita un buen voltaje para poder arrancar. Y tal como nos temíamos, sucedió: carburadores montados, llave de contacto, patada y moto que pasa de notros. Bujías fuera, chorrito de gasolina en cada cilindro, otras patadas y nada de nada. Así que, tras una llamada al bueno de mi amigo Agustín Fernández (el tipo que más sabe de inglesas en España) en la que me confirma que con una batería agotada no voy a poder con ella, se nos ocurrió conectar los cables de la moto a un arrancador de emergencia que José María había comprado días atrás. Patada y arrancó perfectamente, tal como puede verse:



Así que para cinco horas justas que teníamos, no les hemos sacado poco partido. Incluso al final ha dado tiempo de pulir un poco la tapa izquierda y limpiar parte del polvo que había ido cogiendo en el garaje. ¿A que luce mucho mejor en la foto de abajo?


Pues en cuanto tengamos su batería habrá que darse un paseo con las dos inglesas por la Mancha. Puede ser un día verdaderamente especial.

3 comentarios:

  1. Todavía tengo el eco de las pistonadas metido en la cabeza. Estoy por grabarlo y ponerlo como sonido del teléfono (supongo que se puede).

    Muchas gracias por revivirla. El paseo manchego va a ser triunfal. Llevaré el casco Montesa para dignificar más aún el momento.

    ResponderEliminar
  2. Pues yo creo que esto si que merece llegar a fenómeno planetario, estais hablando de dos motos míticas. La Bonneville debería haber recibido el Oscar honorífico por su contribución a la historia del cine por tantas películas como protagonista. En cuanto a la Commando, solo os diré que con 15 años, cada día me desviaba en la vuelta a casa desde el cole para "babear" en el escaparate del concesionario Norton. Además ambas tienen sonido con derechos de autor, espero que la Sgae no tenga nada que decir.

    ResponderEliminar
  3. Como me encuentre al amigo Bautista en mitad de la Mancha, me da un telele, Fernando.

    Pero sí es verdad que son dos motos preciosas por separado, y que verlas juntas es una oportunidad bonita para ser vivida.

    Es curioso que ambas tienen incluso kilometrajes parecidos (andan en unos 20.000 cada una), y están de lo más entero.

    Haremos fotos si todo sale como espero.

    ResponderEliminar

Como diría Juan Ramón Jiménez, mi troll es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva huesos.

Probablemente no tiene huesos y por eso insulta bajo seudónimo. Pero además de cobarde es tan coñazo que he decidido que sólo me moleste a mi. De tal modo que a partir de ahora me quedo con la exclusiva de leer sus bobadas. Disculpadme el resto que os haga pasar por la "moderación" de vuestros comentarios.