domingo, septiembre 13, 2020

Remolque terminado ... de momento.

El fin de semana pasado dejábamos el remolque con la rueda de repuesto puesta en mejor posición, pero muy incómoda (sujeta al chasis por un conjunto de piezas sueltas que daba miedo tener que manipular en carretera), y con la tarea pendiente de liberar mi carril central, inutilizado hace años por una rampa de subida que nunca encontré el modo de fijar de forma independiente.

Pero además de la lista de tareas pendientes, llevaba tiempo queriendo ponerle al remolque una caja de herramientas. Que antes era un tema secundario, porque las cinchas podía guardarlas en un hueco del maletero de mi coche donde no estorbaban, pero que ahora se convertía en una necesidad porque sin una llave de tubo del 19 no hay quien cambie la rueda, y las llantas de mi coche llevan otra medida distinta.

Así que empecé por localizar una caja de munición, porque son metálicas, estancas, sólidas y muy baratas si las compras de segunda mano. Y por 25 aurelios me traje a casa la que veis abajo, que fijé al chasis con dos tornillos M8 y una pletina de 4 cm de ancho, con la que queda perfectamente sólida.



Y después le tocó el turno a la rampa. Que por más vueltas que le di, era imposible colocar decentemente en el remolque. El problema es que su longitud era casi la de un carril, con lo que no podías ponerla entre dos de ellos, porque chocaba con los abarcones donde se meten las cinchas delanteras.

Así que tiré por la calle de en medio, agarré la radial y le corté un pedazo. Pero no por capricho, sino porque con eso mataba dos pájaros de un tiro: conseguía que su longitud fuera un poco menor, y el pedazo sobrante (apenas 12-15 cm., que no creo que hagan una gran diferencia) me servía para hacerle un soporte por la parte delantera, fijado al travesaño delantero mediante uno de esos abarcones.

En la foto de abajo a la izquierda se puede ver cómo queda el soporte, y la disposición de los dos tetones a los que luego se fijan las anillas elásticas que se encargan de retener el carril en su sitio. Por supuesto, puse un par de planchas de goma para evitar ruidos en la medida de lo posible. La foto de la derecha muestra cómo queda la rampa -algo más corta ya- fijada con las anillas; y a la derecha, se intuye el soporte de la rueda de repuesto. Para ella no hice nada deslumbrante: simplemente perforé la pletina para fijarla al travesaño con un tornillo M8 que es suficiente para que no se mueva, y di un par de puntos de soldadura a los tornillos M12 que sujetan la rueda por abajo. De este modo, con la misma llave de tubo de 19 que sirve para cambiar las ruedas, puedes sacar la de repuesto y reemplazarla por la pinchada.


Y como ahora llevo todo el kit de aperos necesarios en la caja de herramientas, fin de problemas. Incluso he metido un kit completo de bombillas de repuesto, porque los cachondos de Norauto decidieron emplear 4 tipos de lámpara diferentes en los pilotos que monta este modelo de carrito. Increíble, pero cierto. Abajo veis unas cuantas de ellas junto a dos pares de guantes distintos y el resto de herramientas necesarias. 


Espero no tener que volver a usarlos. Pero lo que sí tengo claro es que ya no me quedaré tirado por culpa de un pinchazo. 

Si tienes alguna otra idea de qué se puede hacer para dejarlo más cómodo y operativo, agradeceré un comentario sobre el tema. Es un mundo al que hacemos poco caso, y que está ahí, esperando para dar la lata en el momento menos oportuno.






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Como diría Juan Ramón Jiménez, mi troll es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva huesos.

Probablemente no tiene huesos y por eso insulta bajo seudónimo. Pero además de cobarde es tan coñazo que he decidido que sólo me moleste a mi. De tal modo que a partir de ahora me quedo con la exclusiva de leer sus bobadas. Disculpadme el resto que os haga pasar por la "moderación" de vuestros comentarios.