lunes, mayo 21, 2018

Preparando Impalada 2018 (II): Enredando con el equipaje

El segundo paso en la preparación de la Impalada 2018 era resolver el tema del equipaje en mi Impala Turismo, que llevará Carlos este año, ya que su King no está lista. Carlos no ha llevado nunca una moto con bolsa sobredepósito, y me comentó que pensaba poner una bolsa grande atada con pulpos en el asiento trasero. Toda una chapuza ... y una oportunidad para enredar un rato, que no había que dejar pasar.

Así que me acordé de que el bueno de Óscar había montado unas alforjas de bicicleta en la Vuelta a España de hace un par de años, y le pregunté. El resultado no fue sólo esta foto:



Sino el regalo de las alforjas, junto con unas platinas con que las fijó al anclaje superior de los amortiguadores traseros para que no rozaran con ellos, ni pudieran colarse hacia las ruedas.

Pero, si habéis mirado bien la foto de su Sport, su sistema partía de la colocación de las bolsas bajo el asiento, de modo que en cada parada para dormir, habría que sacar todo el equipaje de las mismas ... o liarse a quitar tornillos para desmontar el asiento y sacar las bolsas. Realmente, no muy practico, con lo que me fui camino de la Estepa con el ayudante habitual, dispuestos a hacer algo que nos permitiera sacar el equipaje de un tirón sin necesidad de herramientas.

La alternativa que nos pareció más lógica era la de colocar las bolsas sobre el asiento (aunque eso tiene un inconveniente que luego comentaremos), y colocar bajo el mismo una estructura de hierro que impidiera que las alforjas tocaran las ruedas una vez en movimiento. Sube el centro de gravedad con relación a la solución de Óscar, pero este inconveniente quedaba más que compensado por la facilidad para extraer las bolsas como conjunto y podértelas llevar.

Así que empezamos por levantar el asiento para buscar puntos de anclaje, tomar las medidas necesarias  y nos pusimos a cortar trozos de unos restos de pletina de 3 mm de grosor y 3 cm de ancho que tenía en el taller.




... a los que hubo que dar forma con los medios disponibles para salvar algunas de las curvas de la Impala ... 



... y taladrar para que encajaran bien en el cuadro de la moto ...


Como no se trata de una estructura que tenga que soportar peso en carga, sino sólo de evitar desplazamientos laterales, decidimos apoyar una parte en el guardabarros, y la otra en los dos tornillos posteriores. 




Sobre esta estructura de la foto de arriba, soldamos unas platinas en forma de 4 para salvar el asiento y dar anchura al conjunto, y finalmente, pintamos el invento para protegerlo un poco de las inclemencias:

El resultado se puede ver en las fotos inferiores, tomadas por el ayudante, que esta vez ejerció además de notario de la actualidad, que hubiera dicho aquel locutor deportivo. Por supuesto que en la pletina que apoya en el guardabarros pusimos una goma para que no lo destroce ni vibre demasiado.




Y seguro que no es el soporte más bonito del mundo, ni el mejor acabado. Pero esperamos que aguante bien los 1.500 kilómetros sin moverse de la moto ni dar problemas al piloto.



Aunque queda un problema por solucionar: como el conjunto está originalmente pensado para ser adaptado a un transportín de bicicleta -que es más estrecho que el asiento de la Impala- las bolsas quedan un tanto forzadas, como se puede apreciar abajo. Y me da miedo que las cremalleras puedan resentirse durante el camino.



Soluciones hay varias, pero tan vez la más sencilla sea pedirle a mi madre que corte la unión de arriba y ponga una tira de tela suplementaria para que asienten justo en el borde del sillín.

Ya os contaremos qué se hace finalmente. Que de momento la prioridad es pasar la ITV.

1 comentario:

  1. Para los lectores del blog: el plural utilizado es mayestático ya que el ayudante sólo acompañó. Bueno, también distrajo al bueno de Trasto y quitó algún tornillo

    La idea del soporte es buena y hasta estética. Reconozco que no comprendí la idea hasta que lo vi casi terminado. La forma de dar forma al hierro con los tornillos es sencillamente genial.

    Enhorabena.

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Como diría Juan Ramón Jiménez, mi troll es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva huesos.

Probablemente no tiene huesos y por eso insulta bajo seudónimo. Pero además de cobarde es tan coñazo que he decidido que sólo me moleste a mi. De tal modo que a partir de ahora me quedo con la exclusiva de leer sus bobadas. Disculpadme el resto que os haga pasar por la "moderación" de vuestros comentarios.