domingo, julio 13, 2014

Faros y escapes en la Impala 2

Con idea de llevarme la Impala 2 a Chiclana este verano, sigo trabajando para pasar la ITV. Y en este proceso, como no quiero dejar cabos sueltos, me faltaba cambiar el faro porque el suyo tiene un picado que pudiera ser una fuente de problemas con los ingenieros que la revisen. Para que os hagáis una idea, se ve tal que así:



Así que me di una vuelta por esos recambistas de Dios y me llevé un susto considerable. Dependiendo de dónde mires, hay quien te lo vende a plazos. Pero no necesariamente cómodos: a 25 mortadelos la parábola y otros tantos el cristal. La bombilla aparte, claro. E incluso algún virtuoso pone los precios sin IVA para que luego te lleves la alegría de estar contribuyendo al sostenimiento de la causa.

Yo entiendo que la gente tiene que ganarse la vida, y me parece normal que marquen un sobreprecio por un producto cuando se han tomado la molestia de buscarlo, comprarlo y asumir el riesgo de depreciación metiéndolo en su stock. No te digo ya nada si además se trata de alguien que ha arriesgado su dinero fabricando una serie de piezas que no sabe si podrá vender o no: eso hay que agradecerlo, y el mejor modo es pagando. Pero cuando piensas que te están atizando unos márgenes irracionales sin aportar mucho valor, la verdad es que me suele sentar mal y procuro buscar alternativas.

Justo lo que me pasó con el faro. Cuando vi aquel despiece a chorrocientos euros la pieza, pensé que tenía que haber alguna alternativa. Y lo primero que hice fue tirar por el camino más corto: me fui a la web de Rinder a mirar si en el catálogo había algo remotamente parecido al faro de una Impala. Localicé 5 modelos de 138 mm de diámetro, cuyas diferencias parecían ser si llevaban o no luz de posición, y si estaban hechos para ser montados a derecha, izquierda o cualquier posición. De tal modo que, como no me aclaraba, opté por preguntar en el foro de La Maneta donde el bueno de Eladio me dijo que el 660 era un faro especial para tractores, que encajaba perfectamente en la Impala y la Impala 2, y que tenía unas pestañas de fijación que bastaba con retirar con cuidado para que se pudiera usar sin problema. Con esos datos escribí al correo de Rinder y pregunté por distribuidores en Madrid. Me contestaron rápida y amablemente y me planté en el más cercano a casa, para encontrar lo que buscaba:


En las fotos de arriba podéis ver el faro en su caja con las pestañas, y el resultado de agarrar un alicate y doblar arriba y abajo las pestañas con cuidado unos minutos. Pero la foto que os va a gustar es la de abajo.


16,14 euros por el faro, dos bombillas de 12 voltios y 40/45 Watios, más un casquillo. IVA incluido, por supuesto. Si consideramos el faro aisladamente, estaremos hablando de 8,27 euros a los que sumar el 21% de IVA para ponerlo en un precio final de 10,0067 euros. Que hasta los 50 que me pedían va un recorrido del 500% si no estoy muy equivocado.

Y cuando llegué a la Estepa con el Rinder en la mano, resultó que Eladio tenía razón y queda clavado de tamaño en el cerco de la Impala 2:


Eso sí, para decir la verdad completa, hay un inconveniente si eres muy purista: el faro original está preparado para usar bombillas con casquillo Bosch de tipo BA20D, mientras que la alternativa que os presento es para lámparas de casquillo R2. Estas lámparas se pueden usar con un casquillo como el de la foto:


... o poniendo los conectores directamente a la bombilla, que es lo que yo hice al final, porque el conector chocaba por unos milímetros con el cuentakilómetros de la moto. No hice fotos de eso, pero sí del cambio de pasacables en el coco original para evitar que se rajaran las fundas:


Comprados en Eguía, a unos 60 céntimos la unidad si no recuerdo mal. Una chorrada, pero da gusto terminar las cosas bien.

Pero como nunca hay felicidad completa, después de poner el escape Sport Rally de mi Impala Turismo en la 2 (de lo que no hice fotos) comprobé que no tenía luz de freno. Y después de un rato de tester, el culpable es el interruptor de abajo, cuyo funcionamiento era errático:


Al llegar a casa con 3 en 1 y cariño ha vuelto a funcionar, pero como no quiero jugármela, mañana me llegaré a la tienda de recambios antigua de al lado de casa a ver si tienen algo equivalente.

¡Va quedando menos!

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Como diría Juan Ramón Jiménez, mi troll es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva huesos.

Probablemente no tiene huesos y por eso insulta bajo seudónimo. Pero además de cobarde es tan coñazo que he decidido que sólo me moleste a mi. De tal modo que a partir de ahora me quedo con la exclusiva de leer sus bobadas. Disculpadme el resto que os haga pasar por la "moderación" de vuestros comentarios.