domingo, julio 06, 2014

Cirugía fina para la ITV de la Impala

Como os comenté la semana pasada, la Impala 2 tenía el esquema eléctrico bastante retocado. Además de lo que ya os conté en aquella entrada, la moto montaba un interruptor principal estándar y a consecuencia de ello, en el interior del faro se habían cortado y cambiado de posición varios cables. Todos esos cambios, de hecho, consiguieron que parte del fin de semana anterior consistiera en no dar crédito a las cosas que me decía el polímetro cuando intentaba encontrar una razón a algunos fallos. Entre ellos, era completamente incapaz de conseguir que lucieran largas y cortas (una u otra sí, alternando cables, pero nunca las dos correctamente) pese a que entre el casquillo y masa siempre había corriente en ambas entradas. Una locura.

Así las cosas, la idea que tenía inicialmente era de agarrar el esquema eléctrico, sanear la instalación y comprar un interruptor como el original de la moto para que todo quedara como debía. Si lo miráis abajo ...


... el esquema es bastante sencillo y racional. Del volante salen tres cables, de los cuales el azul y el negro son respectivamente para el control y la alimentación del encendido electrónico mientras que el amarillo alimenta el resto de servicios eléctricos de la moto, previo paso por un regulador de tensión que permite tener 12 voltios estables en todo momento, con independencia del régimen de marcha del motor.

Pues bien, todo el esquema de arriba salía de fábrica en tres piezas nada más que se conectan a la salida del volante: un pequeño cableado de cola que iba al piloto para alimentar posición y freno, el interruptor principal (un Leonelli que no permite apagar la luz porque esta moto se empezó a fabricar cuando ya era obligatoria la luz de cruce encendida), y una línea de cableado que va desde una regleta situada bajo el asiento hasta el faro. La podéis ver en la imagen de abajo:


Lo que no entraba dentro de mis cálculos era que el bueno de Óscar me dijera que él tenía no sólo un interruptor un poco estropeado pero funcional, sino también una línea principal metidas en una bolsa en su casa. La razón es que él puso intermitentes en su Impala 2 para poder circular por Madrid sin que la gente pensara que les saludaba cada vez que indicaba un giro en una esquina. Y como Óscar es un tío grande no sólo de tamaño, me dijo que me los regalaba para que los empleara en mi moto. Así que me fui para le Estepa este sábado por la mañana más contento que un perro con dos colas.

La chiripa adicional, cuando vi el mando de luces que Óscar me entregó el viernes, es que recordaba borrosamente que se parecía a uno que quité de mi Enduro 360 H7 porque no iba bien del todo. Y estaba convencido de que el botón del pito (que era la única falta del de Óscar) aún estaba en mi mando. Así que, según llegué, me tiré de cabeza al cajón de repuestos de la Enduro para poner el mando al lado del que llevaba. Y el resultado fue el que podéis ver:


Dos Leonelli modelo L 750 (ó 740, que ahora que lo escribo no estoy 100% seguro) con un aspecto muy similar. El de la Impala (a la izquierda) tiene el conmutador con sólo dos posiciones porque no lleva apagado ni luz de posición. Pero los botones de paro y claxon son exactamente iguales. Así que se trataba de abrirlos para ver si se podía rescatar el botón azul. Y lo que me encontré en el de Impala fue lo siguiente:


El cable gris del claxon va fijado al vástago del botón azul mediante un casquillo de latón que entra a presión y luego hace contacto con una pestaña metálica que lo pone a masa a través del manillar para cerrar el circuito y que aquello suene. Es una pestaña en forma de V, que se comparte con el botón de paro rojo, que también manda a masa el encendido para cortarlo. Así que lo único que hubo que hacer ... con extremada delicadeza porque son piezas de plástico con muchos años a cuestas ... fue sacar ambos casquillos para poder retirar el botón azul de la Enduro y ponerlo en el de la Impala. Y con sólo eso y conectar los cables que me había dado Óscar siguiendo el esquema, tuve la instalación eléctrica perfectamente completa y funcionando para poder pasar la ITV ... cuando podamos traer la moto a Madrid. Impresionante.

Otra cosa que quería hacer era reemplazar la cerradura de la caja de herramientas. Pero el precio que tiene en el mercado de respuestos de clásicas siempre me ha resultado un poco atraco a mano armada, con lo cual no lo había tocado aún. Pero el miércoles llevé a mi mujer a Carrefour. Y como toda buena acción tiene su recompensa, mientras yo paseaba por la sección de herramientas para matar el tiempo mientras ella hacía la compra con mi hija, me encontré con lo que os muestro abajo:


Una "Cerradura de buzón cincada" al bonito precio de cuatro euritos. Me pareció que el tamaño era muy similar y que no perdía nada por llevármela a la Mancha para ver si se podía adaptar a la Impala. Y la verdad es que fue divertido. Lo primero es comprobar que el tamaño del cilindro es el mismo:


Para luego darse cuenta de que lo único que hay que hacer es recortar la pestaña de cierre de la de Carrefour hasta que tenga el mismo tamaño que la que pensamos reemplazar. En la imagen la tenéis ya marcada con el rotulador:


Y cinco minutos de lima después, puesta en la caja de herramientas donde también dejé la bolsa amarilla que el bueno del Capitán Haddock nos hizo a unos pocos amigos de La Maneta de la zona centro:


Hay una diferencia entre la cerradura de recambista y la de buzón: que la primera viene montada sobre una pletina que luego se atornilla con dos agujeros que atraviesan la tapa de plástico, mientras que la de buzón se asegura con una rosca sin más. Pero si pones una arandela exterior haces que los dos pequeños agujeros de los tornillos no se vean ... por no hablar de que se podrían poner los tornillos sólo pegados al plástico para que se viera igual por fuera. Una chapucilla, pero te ahorras como poco diez euritos, que son unas pocas de cañas con los amiguetes.

En fin, que además de estas batallas que os cuento, también cambié la cadena de transmisión -estaba hecha una penita- y me sobró tiempo para darme un paseo de unos kilómetros por dentro del pueblo de mi mujer, aprovechando que en una siesta de sábado en Julio no te encuentras municipales buscando tres pies al gato. Y la moto va muy bien. Los pocos kilómetros que hice sirvieron para quemar el exceso de aceite que tenía el cilindro y el escape, y ya no humea como antes.

Ahora sólo falta cambiarle los neumáticos para poder pasar la ITV y rodar con tranquilidad. Me sigue matando la duda de qué hacer con el escape. El suyo está muy golpeado y con el cromo perdido, pero no sé si ponerle uno nuevo por completo, porque me gusta el original. Así que ya tengo en qué pensar mientras le hago la siguiente visita.

¡Buena semana a todos!

4 comentarios:

  1. Hola, soy asiduo lector de tus trabajos en este blog y viendo como has solucionado el problema del recambio del foco he buscado por la red la pagina web de Rinder pero no consigo dar con ella. El tema es que necesito un faro con rejilla para una Cota 348 que estoy restaurando y, sinceramente, los precios que veo en las tiendas especializadas en internet me parecen un poco inflados. Podrias pasarme el enlace (si todavia está disponible) de la web de Rinder?
    Gracias y un cordial saludo.

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    1. Gracias Marc. No encontré la web de Rinder, y no creo que vendan a cliente final. Lo que sí encontré es el catálogo de Rinder en una tienda de recambios de automóvil "de toda la vida" muy cercana a mi domicilio en Madrid. Creo recordar que el faro procedía de un modelo usado en maquinaria de obras o agrícola o algo por el estilo. Imagino que lo de la 348 será un caso parecido ... y juraría que alguno había en catálogo con la rejilla.

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  2. Gracias Julian, miraré a ver en una tienda de recambios que hay en mi pueblo donde a veces se encuentran autenticas reliquias de automoción, y ademas creo que eran distribuidores de Rinder.
    Un saludo.

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    1. Un placer. Si no das con ello, dime y pregunto en el de cerca de casa. Lo tengo a 500 metros mal contados.

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Como diría Juan Ramón Jiménez, mi troll es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva huesos.

Probablemente no tiene huesos y por eso insulta bajo seudónimo. Pero además de cobarde es tan coñazo que he decidido que sólo me moleste a mi. De tal modo que a partir de ahora me quedo con la exclusiva de leer sus bobadas. Disculpadme el resto que os haga pasar por la "moderación" de vuestros comentarios.