domingo, marzo 20, 2011

Crónica de una desilusión

Tiempo maravilloso el sábado 19. Día del padre por más señas, con un sol estupendo y una mañana de esas en las que el cuerpo te pide ponerte el casco e irte al campo antes que meterte en el taller con los guantes de trabajo. Y por lo vivido luego, hubiera merecido la pena hacer caso a lo que nos pedía el cuerpo en lugar de intentar poner en marcha la bendita "Cojones Grandes", que va a tener que ser reajustada como "Cojones Inmensos". De estar todavía Margaret Thatcher en activo, hubiera hecho un gran papel esta moto como vehículo oficial de la premier británica. Tal para cual.


El caso es que pongo el vídeo por habérselo prometido a Jaume, y pese a la falta de calidad que tiene en esta ocasión (no sabemos cual es el motivo por el que las grabaciones del HTC de José María dan un toque venusiano a la realidad). Pero de haberme dejado llevar por lo que siento, en lugar de editar el vídeo y añadir una entrada al blog contando la historia que hoy toca relatar, hubiera agarrado una botella de alcohol duro para ahogar mis penas en ella. O para darme un botellazo con ella en la frente, por burro.

Dejábamos el motor el otro día en el elevador, puesto al lado del chasis, el cilindro montado, la transmisión a medio camino, y todo preparado para no tardar mucho en poner encendido, cerrar cárter y probar a arrancarlo en poco más de una hora. Y así ha sido: trabajando en equipo con un José María que es ya un mecánico bastante solvente, en muy poco tiempo lo tuvimos todo listo. Yo me encargué del costado derecho montando encendido, cadena y mecanismo de retorno del arranque, mientras José María cerraba la tapa de la transmisión primaria y atornillaba el carburador.

Tras poner la palanca de cambio -que daba buen tacto al jugar con ella manualmente- monté la de arranque ... para tener la primera evidencia de que había metido la pata. Porque la palanca iba muy hacia atrás sin efecto alguno sobre el arranque, muestra inequívoca de que me había dejado mal colocado el mecanismo. Concretamente, la rueda dentada que mueve el piñón de arranque para hacerlo funcionar sobre el piñón de tercera velocidad, la había dejado mal puesta, de modo que la palanca bajaba muchísimo antes de mover el cambio. Marco en rojo la dichosa rueda para que quede claro cual es el origen de mis males.


Lo peor del caso, es que se trata de un error común en el montaje de estos motores, que lo había oído comentar muchas veces a muchos amigos ... y que yo no había cometido hasta la fecha. Pero se ve que cuantas más ganas de hacer las cosas bien, más probabilidad de liarla parda. Para aquellos de vosotros que queráis hacerlo algún día, no es complicado. Se trata de asegurarse de que nada más mover el eje manualmente desde su posición de reposo, el muelle 2.65.003 empuje la rueda dentada 2.65.011.1 contra el piñón 21.65.117.1T, que a su vez trabajará sobre el piñón fijo de la tercera velocidad, y a través de él y del embrague y la primaria, sobre el cigüeñal para arrancar.

De hecho, que el arranque se produzca sobre el cambio es lo que motiva que estos motores no puedan ponerse en marcha con una velocidad engranada. Si lo intentamos, al coger el embrague, se perdería el contacto con el cambio y no podríamos mover el cigüeñal. En los motores pequeños, sin embargo, como el arranque trabaja directo sobre la primaria, puedes arrancar con una velocidad engranada con sólo pulsar el embrague. Lo mismo sucede en la Cota 330 y la 335, últimas mecánicas de trial derivadas del motor Impala. Pero ésa es otra historia.

A lo que iba ... nos dimos cuenta de que el mecanismo de arranque estaba mal montado, justo antes de poner la moto en marcha. Y pese a ello tomamos la decisión de arrancar, para ver como iba el resto de la mecánica.

El arranque fue rapidísimo. Señal de que la puesta a punto la dejamos clavada y la carburación no va mal del todo. Pero no quedó ahí la maldad de la puñetera moto, no. También fue perfecta la introducción de la primera velocidad: el selector trabaja suave, no hay ruidos mecánicos extraños, y la moto tiene un muy buen tacto. Igual cuando cambias a segunda. Todo perfecto. El problema está cuando pones tercera velocidad, y el cambio empieza a dar unos tirones horribles (es como si intentara cambiar ella sola entre tercera y cuarta). Porque si subes hasta quinta y la haces andar en ella, vuelve a tener un comportamiento impecable.

Es decir, que en buena lógica, lo que sucede es que cuando se mueve la horquilla 21.64.078 para desplazar al piñón 21.64.048.1 que debe engranar con el piñón libre de tercera velocidad situado a su izquierda en el diagrama, empieza a montarse el show que el vídeo refleja como cambios de régimen aleatorios.


Es decir ... que toca volver a abrir en canal la moto para ver qué diablo pueda pasar con todo ello. Y la cuestión es que cuando desmonté el cambio por primera vez, la moto llevaba una arandela de ajuste entre los piñones de segunda y tercera (21.64.050.1 y 21.64.049.1) que retiré porque no figura en ningún despiece que yo haya visto. ¿Habrá que volverla a poner?

El próximo fin de semana, si no me he vuelto alcohólico por culpa de esta historia, más.

6 comentarios:

  1. Como dicen ahora, creo que lo voy pillando. Impagable el máster que estoy haciendo. Lo cierto es que cada vez veo más cerca el final de este cilicio. Al menos parece estar clara la causa de los problemas.

    Buena edición de vídeo.

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  2. Más centrado sí que tenemos el tiro, desde luego. La verdadera faena está en que cada prueba implique el follón que implica.

    A ver si se me ocurre un modo de simular el funcionamiento del cambio sin necesidad de cerrar del todo. Si conseguimos ver qué demonio pasa con esas dos marchas, tendremos la receta para cerrar sin problema.

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  3. Uff !...Qué COJONES !!!
    Lamento no poder ayudaros con el problema...pero la solución parece estar muy cerca...quizás la arandela misteriosa.
    Ánimo, no decaigáis que todo vuestro esfuerzo tiene que merecer la pena...Seguro !

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  4. Hablando con José María esta tarde me ha dicho algo que tiene mucho sentido: "esa arandela la puso ahí alguien que ha debido penar tanto como estamos penando nosotros". Y creo que no debe estar muy lejos de la realidad, porque los síntomas apuntan a un problema localizado justo a la altura de la dichosa arandela.

    Lo que me preocupa es que, si estaba ahí, es porque algo dentro del cambio no es como debería ser. No sé si un desplazable, si alguno de los piñones, o qué diablo.

    Aunque me consuela saber que al menos tres velocidades van correctamente.

    Seguiremos contando.

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  5. Desde mi ignorancia en motores de cota 247, pero algo iniciado en los de 349/350, que como sabeis la base de la mecánica es la misma el sistema de arranque de este motor hay que montarlo con el eje haciendo tope en su posición de reposo, el trinquete 2.65.011.1 hay que meterlo en las estrías de tal forma que el tope ocultador 2.65.104.1 incida en la parte plana de la pista cerca del borde donde empieza el plano que termina liberando el trinquete, permitiendo su acople son el piñón trinquete 21.65.117.1 T.
    Tratando de escribir esto me doy cuenta que sabéis montar esto sobradamente y que se debe tratar de un despiste, muy común. Estaréis hartos de leerlo en LaManeta.

    Respecto del salto entre 3ª y 4ª velocidad, supone un salto espontáneo de la rueda desplazable de un lado a otro, por tanto, si el tambor 21.64.062 se queda inmóvil (esto hay que asegurarlo), sólo puede tratarse de alguna holgura excesiva. En primer lugar podría existir mucho juego por desgaste entre el canal de la rueda desplazable 21.64.048.1 y el sector circunferencial de la horquilla 21.64.078. Otra holgura a chequear es la posible entre el tetón de la horquilla 21.64.078 y la ranura correspondiente del tambor selector 21.64.062.

    Podrías hacer una prueba muy útil antes de abrir de nuevo. Con el motor en marcha o, mejor, con un motor eléctrico hacer girar el motor en sus sentido correcto. Bujía fuera, claro. Acoplando, por ejemplo, un taladro a baja velocidad a la tuerca del volante de inercia. Sin el mecanismo de selector montado, el de las uñetas, girar a mano el eje tambor 21.64.062 y ver las reacciones entre 3ª y 4ª del mismo. Os puede proporcionar mucha información.

    Por último respecto del vídeo, dile a José María que, de vez en cuando, limpie la lente del HTC.

    Os deseo muchísima suerte, que Robregordo está ya aquí, pero ante todo calma que de momento los cojonazos grandes son los vuestros!

    Nota: No dejéis de informarnos, aunque sea de semana en semana.

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  6. Es una buena idea lo del taladro, Nacho. Con esa fuerza no creo que fastidiemos nada. Y probablemente, con un plato de goma de los de lijar, se pueda acoplar sobre el encendido o el volante de inercia.

    A ver si hay suerte y este domingo es la definitiva. Robregordo está cerca, mi moto está sin mirar desde hace más de un año ... y tengo que ponerme a hacer rehabilitación porque mi brazo derecho no anda como debe. A ver si entre una cosa y otra llegamos.

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Como diría Juan Ramón Jiménez, mi troll es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva huesos.

Probablemente no tiene huesos y por eso insulta bajo seudónimo. Pero además de cobarde es tan coñazo que he decidido que sólo me moleste a mi. De tal modo que a partir de ahora me quedo con la exclusiva de leer sus bobadas. Disculpadme el resto que os haga pasar por la "moderación" de vuestros comentarios.