Pero entre una cosa y la otra, a veces te suceden cosas curiosas. Como lo que me pasó hace unos días con Jesús, que desde Alicante me ha contado la historia de su familia con relación a la marca. Y creo que tiene un interés que va más allá del que yo sienta.
En uno de los correos que cruzamos al hilo de su restauración de una Cota 247 MkI, me contó lo que él llamaba "una pequeñísima historia dentro de la vida de Montesa". Y me gustó tanto que le pedí permiso para reproducirla aquí. Es la siguiente:
En los años 40 mi abuelo y mi padre tenía un taller (bueno o algo así..) en Hellín se dedicaban básicamente a arreglar pinchazos de bicicletas y a vender alguna moto a las personalidades del pueblo (el señor médico, el señor notario...), llegaron los años 50 y el taller creció, nos convertimos en concesionarios de Montesa (1959) germen de nuestro grupo de empresas en la actualidad ... mi padre, que siempre ha sido muy inquieto para los negocios (más le valía tenía que dar de comer a 6 hijos y a sus padres), compró un camión de segunda o tercera mano y lo utilizaba para subir a Barcelona a recoger sus Montesa y las de los concesionarios limítrofes.
El transporte por carretera en España por esa época , década de los sesenta, estaba por desarrollar (como casi todo), en concreto el transporte de las motocicletas se realizaba en cajas de madera, armazones donde iban la motos, esto suponía un sobrecosto de material y un desaprovechamiento del espacio en los camiones además de provocar en los talleres una perdida de tiempo de desembalar con una acumulación de residuos (madera, plásticos y alambres) no se reciclaba ... bueno ahora tampoco...
A mitad de los años sesenta mi padre ya tenía 3 camiones y un acuerdo con Montesa para su distribución por toda España , creó un nuevo sistema de transporte-embalaje mucho más liviano consiguiendo triplicar la capacidad de carga pues se eliminaron los armazones de madera con lo que Montesa ahorró coste, mejoró la distribución al aumentar el volumen de carga y los talleres redujeron sus gastos de desembalaje y puesta a punto.
Sin darse cuenta mi padre había puesto en marcha los pilares del transporte en carretera para la industria de la moto ayudando a Montesa a ser más competitiva para sobrevivir a los años difíciles que más tarde vendrían.
Y por si fuera poco lujo que a uno le cuenten eso, me manda una estupenda foto en color de aquellos años, en la que se ve un camión con una solitaria Impala en la parte de arriba, y totalmente pintado con los colores de guerra de la marca.
Todo un lujo.
Y lo mejor de todo es que el padre de Jesús, Don Rafael Torrecillas Sorio tiene hoy 78 años, y le siguen quedando ganas para armar son sus hijos una colección de Montesa clásicas. Que precisamente conocí a su hijo preguntando por una palanca de freno de una MkI.
Y no sé si le he resuelto algo, pero él me lo ha pagado con creces.
Gracias por la historia, Jesús. Y que disfrutes de tus Montesas con Don Rafael por muchos años.
Y no sé si le he resuelto algo, pero él me lo ha pagado con creces.
Gracias por la historia, Jesús. Y que disfrutes de tus Montesas con Don Rafael por muchos años.
Bonita historia. Independientemente del buen gusto del Sr. Torrecilla, por optar por Montesa, el suyo podría ser perfectamente un caso para el MBA sobre cómo un emprendedor con hambre e ingenio puede crear valor. Y de paso, los alumnos más brillantes, podrían ver la luz e incrementar la legión de Montesistas.
ResponderEliminarDa ideas, que es justo lo que necesito. No tiempo, que me sobra.
ResponderEliminar:-)
Pero tienes razón ...
Bonita historia. Pero me pica la curiosidad. ¿En qué consistía el invento exactamente? Supongo que no sería solamente eliminar las cajas ya que eso se le ocurre a cualquiera, al margen de que las motos llegarían "magulladas".
ResponderEliminarUn abrazo y enhorabuena por haber contado la historia y hacerla revivir.
Curiosa foto y buena historia... quien sabe si tú nueva Impala es una de ellas..
ResponderEliminarSaludos
Pep
http://pep-texas.blogspot.com/