Tercera Montesa-da en Tona. Tantas que ya lo escribo tal cual lo hace Pim, con el guión en mitad de la palabra.
¡Cómo pasa el tiempo! En 2.006 nos acercamos Corsino, Carlos y yo en un avión de madrugada y nos volvimos por la noche del mismo día después de pasar un día en remojo. Recuerdo que en aquella ocasión disfruté viendo al Doctor Terricabras con su Cota 247 MkI, sin tener la más mínima idea de quien era. Dos años después he tenido la suerte de volverle a ver, y de charlar con él un rato, pero esta vez conduciendo yo una moto como la suya.
Ojalá sean muchos años, y el que viene pueda llevarme a mis hijos a disfrutar de un ambiente que siempre tiene algo de magia.
La MkI funcionó correctamente, pero sigue necesitando tiempo y cariño para decidirse a correr un trial con ella. Al menos, para que un patán como yo pueda correr un trial con ella, que es como corresponde decir las cosas para no faltar a la verdad. Ahora mismo la moto funciona bien, arranca al a primera patada y el motor está en rodaje. Pero lleva unas relaciones de cambio exageradamente largas para su uso en trial que provocan que el motor "se muera" demasiado rápido cuando cortas gas. Así que el piñón de 11 dientes va a ser sustituido por uno de 9, directamente y sin pasar por probar un intermedio de 10. Con mi peso, y lo despacio que me gusta conducir, creo que es la mejor opción.
Así que Cabrianes va a devolverme al asiento de mi querida 349/4. Esperemos que no se haya tomado a mal mis pasajeras infidelidades, y asuma que su abuela también tiene derecho a que le hagan un poco de caso.
Hasta ahí llega la experiencia como trialero. El resto fue más una sucesión de amigos y conocidos a los que ves de tarde en tarde, pero forman parte de una parcela cada vez más importante de tu vida. Siento no tener fotos de gente tan especial como Piru4Rt o PepImpala, pero a cambio puedo poner al "one and only" Peptrial, que vino a saludarme en vivo y en directo. Un monstruo de trialero y de persona.
Otro momento para recordar fue el premio a la mejor Montesa que se llevó Nacho Bartlett con su preciosa Texas 175. Soy incapaz de decir si era o no la mejor moto presente, pero estoy seguro de que pocas llevan encima tanto cariño como esa.
Aunque la verdad es que, mirando la foto, no sólo se ve una cara feliz, sino que tanto Nacho como José María o Manolo están pletóricos. Y no creo que fuera el vino.
En la foto, estamos frente a Can Nadal parte de "los de siempre". Es decir: Pere Molina que además de organizar la comida nos abrió su casa y su preciosa colección de motos, Ramón Valls acompañado por Osculatti y otro amigo italiano, y algunos otros amigos de Pere con los que da gusto pasar un rato.
Terminadmos con Pim, Pere y Miguel Cirera, repasando una King Scorpion que está en vías de incorporarse a la colección. ¿Podía haber un cierre más agradable?