domingo, junio 18, 2006

La King Scorpion americana de Carlos

Ayer tuvimos un día intensamente motero en La Mancha. Por la mañana estuvo de visita Andrés Corsino, nombre de guerra de un nuevo amigo que empezó en modo virtual desde este blog, y ha acabado materializándose para probar las Cotas de un post anterior. Curiosas las vueltas que da el mundo, porque el ciudadano en cuestión no sólo es a la vez amigo de un amigo mío, sino que su hermana era compañera de mi mujer hace veinticinco años. Uno de esos episodios de "qué pequeño es el mundo" que se disfrutan de vez en cuando, y que me ha dejado descubrir a un motero intereante a pocos kilómetros de casa.

Por la tarde, apareció por fín mi amigo Carlos, de cuya moto y su transporte había hablado varias veces sin haber tomado una foto. Pero aquí está:


Una preciosidad de King Scorpion 250 de primera serie, tan completa como hubiera querido tener la mía cuando empecé a restaurarla. Para los que piensen que se me ha ido la olla, aclararé que el asiento y el escape vinieron desmontados, pero están también en casa. Lo único que le falta, o eso parece, es la cadena y un manillar original junto con algún detalle menor. Pero por lo demás, es una moto donde el chasis mantiene la pintura original y conserva cosas tan curiosas como la disposición de los cables en la caja de la batería, como se ve en esta foto:


Adicionalmente, y como curiosidad, vemos que la caja de la batería está pintada del mismo blanco grisáceo que el chasis ... lo que hace que sea el tercer tipo de caja de batería que he visto en mi vida, porque la mía la llevaba en negro (no estoy seguro de que saliese así de fábrica), y una que compré de recambio estaba acabada en metal zincado. Un poco lo de siempre: pensar que hay un rigor y una continuidad estricta en las series de estas motos es equivocarse.

Si existieron dos iguales, fue porque alguien se equivocó. O casi. Pero eso es parte de su encanto, ¿no?. El caso es que tenemos nuevo proyecto de King a la vista, y con un dueño dispuesto a que la moto quede preciosa, lo que augura un invierno entretenido ... y un montón de fotos del proceso que ya ha empezado con el transporte e inventario de piezas. Os lo iremos contando. De momento, la moto de Carlos duerme desde ayer al lado de la mía, a ver si se le pega algo.

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Como diría Juan Ramón Jiménez, mi troll es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva huesos.

Probablemente no tiene huesos y por eso insulta bajo seudónimo. Pero además de cobarde es tan coñazo que he decidido que sólo me moleste a mi. De tal modo que a partir de ahora me quedo con la exclusiva de leer sus bobadas. Disculpadme el resto que os haga pasar por la "moderación" de vuestros comentarios.