lunes, diciembre 02, 2013

La fragua de Vulcano

Este domingo nos escapamos a la Estepa Carlos y yo. Si debo decir la verdad, el plan inicial daba frío con sólo pensarlo: plantarse allí en mitad de una helada, arrastrando un remolque con un engendro horroroso como la BMW C1 de Carlos que no funcionaba ... para volverse a Madrid de nuevo con el remolque y otra BMW en lo alto (en este caso mi querida K100RS que le voy a dejar durante el tiempo que quiera usarla).

9:30 de la mañana para intentar no congelarnos del todo, y el Volvo de Charlie me esperaba en la esquina de casa, con la cosa esa (llamarla moto me da repelús) subida en el remolque. Así que proa para la Mancha charlando tranquilamente de lo bien que están las cosas, el excelente desempeño de nuestros políticos, y lo contenta que se ve a la gente en general.


Y allí llegamos sin dificultad ninguna, para encontrarnos con un día verdaderamente espectacular. Frío, pero con un sol maravilloso que nos hizo quitarnos las cazadoras en cuanto nos pusimos en funcionamiento.

Primera parte dedicada a poner una batería nueva a la K100, comprobar que arrancaba perfectamente, y ver que el freno trasero no iba ni con música y habrá que arreglarlo. Pero eso será cosa de su nuevo piloto, si es que quiere pasar la ITV.

El caso es que, como Carlos tenía alguna experiencia previa con la soldadura, decidí pedirle que me ayudara a dar mis primeros pasos con ella, cosa a la que nunca me había atrevido. Porque, por raro que parezca, tengo un par de soldadores que nunca había puesto en marcha. En concreto uno "clásico" de electrodos (no inverter) de 120 Amperios regalado hace años por el mismo Carlos, y un soldador MIG que compré hace tres años por Ebay y jamás he conectado a corriente.

Como la experiencia de mi amigo se limitaba a equipos de arco convencionales, nos pusimos en marcha con el primero. Y ... ¡qué cosa más divertida! Por hacer algo "serio", pensamos en un soporte para poner la amoladora eléctrica en la pared, aprovechando unos tubos de hierro cuadrados que tenía en el taller.

La primera dificultad fue cortar los tubos razonablemente, porque sólo teníamos una amolador a pequeña con un soporte comprado en Lidl con el que calcular los ángulos era casi imposible, y hacer un corte perpendicular a los tubos una pura utopía. Pero nos apañamos para medio conseguir unas piezas con casi 45º para poder formar luego el rectángulo que servirá de base algún día al soporte. Hecho ésa primera tarea sin más incidencia que un trapo que nos salió ardiendo por las chispas que producía la amoladora, empezamos a soldar.

En la imagen se me puede ver sin guantes, con una chaqueta sintética (pero no tenía otra cosa y me estaba pelando de frío) y la careta automática de Brico Depot, dando los últimos toques al soporte. ¡Chispas por un tubo!


Y abajo puede observarse el (repugnante) resultado de nuestro trabajo: unas soldaduras lamentables, que presentan no sólo un acabado muy deficiente, sino unos hermosos agujeros en los lugares donde se nos fue la mano y la chapa era menos fuerte.


Y no, no eran electrodos de 3 milímetros, sino de 1,6. Lo más fino que se puede encontrar normalmente para estos menesteres. Y la máquina estaba razonablemente bien regulada. Es, sencillamente, descubrir que nos queda todo un montón de horas hasta que consigamos hacer algo decente. Lo cual pronostica que tenemos por delante un montón de horas de diversión hasta conseguir cogerle el punto al invento.

Al menos, aunque feo, el cacharro quedó de lo más sólido, que todo hay que decirlo. Más que suficiente para poder atornillarle la amoladora cuando lo tengamos terminado. Ahora sólo falta otro fin de semana de buen tiempo para rematar la faena.

¡Seguimos aprendiendo cosas nuevas, que es de lo que se trata!

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Como diría Juan Ramón Jiménez, mi troll es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva huesos.

Probablemente no tiene huesos y por eso insulta bajo seudónimo. Pero además de cobarde es tan coñazo que he decidido que sólo me moleste a mi. De tal modo que a partir de ahora me quedo con la exclusiva de leer sus bobadas. Disculpadme el resto que os haga pasar por la "moderación" de vuestros comentarios.